Un equipo de astrónomos que incluye varias instituciones ha detectado agua en la atmósfera de un planeta que gira en torno a la estrella taf (o tau como nos enseñan, mal, en la escuela) de la constelación del Boyero (Boótor= Pastor en griego, Bootis= del Pastor) y la técnica empleada permite calcular el número de planetas con agua en el universo.

El Boyero o Pastor es una constelación visible desde este mes de marzo hasta septiembre, aunque ya muy cercana al horizonte poniente. Las estrellas de una constelación reciben letras griegas conforme a su luminosidad aparente, de alfa a omega. La alfa del Boyero es Arturo (o Arcturus), la cuarta respecto de todo el cielo. La estrella que tiene el planeta con agua en órbita es la taf, así que debe uno consultar un alfabeto y contar letras: es la número 19 o décimo novena.

El planeta con agua en Boyero es enorme, tiene la masa de Júpiter y orbita muy cerca de taf Bootis. Es un Júpiter caliente. El descubrimiento lo publicó este 24 de febrero The Astrophysical Journal Letters.

Uno de los autores, Chad Bender, de la Penn State University, afirma que la detección de agua en planetas tan calientes ayuda a entender cómo se forman y desarrollan. Pero “también demuestra la efectividad de nuestra técnica, que analiza la radiación infrarroja en la atmósfera de esos planetas”.

Otros equipos de astrónomos han detectado vapor de agua en exoplanetas “usando una técnica que sólo funciona si el planeta tiene una órbita que lo ponga frente a su estrella, visto desde la Tierra”. Otras técnicas exigen que el planeta esté suficientemente lejos de su estrella. “Sin embargo, porciones significativas de la población de planetas extrasolares no se ajustan a ninguno de estos criterios”.

Los primeros planetas extrasolares se descubrieron al notar el “bamboleo” de una estrella: un tirón gravitatorio que desvía el espectro de su luz hacia el azul cuando el tirón es hacia nosotros, hacia el rojo cuando es al contrario. Es como el efecto Doppler del sonido: un tren que se acerca pitando suena agudo y conforme pasa y se aleja el tono es más grave: el frente del tren comprime las ondas de sonido en el aire cuando viene, se “aflojan” al pasar. Lo mismo ocurre con la luz: el azul, con menor longitud de onda, indica que el objeto viene; el rojo, de mayor longitud de onda, que se aleja. Así descubrió Edwin Hubble que el universo entero se expande y Einstein debió revisar su teoría de la relatividad general, en la que había metido una tramposa constante que evitaba lo que sus ecuaciones predecían: un universo en expansión.

El corrimiento hacia el rojo de los espectros de luz había sido observado desde 1912 por otro astrónomo de EU, Vesto Slipher. A tiempo para que Einstein lo tomara en consideración en 1915, pero no fue sino hasta 1929 cuando Hubble le dio el sentido universal que ahora conocemos. El telescopio espacial Hubble lleva ese nombre en su honor.

Luego vinieron los planetas extrasolares descubiertos por atenuación de la luz en una estrella. Era el efecto de un minieclipse, como ocurre durante el “tránsito de Venus”: cuando Venus cruza entre la Tierra y el Sol: un planeta alineado con nuestro punto de vista cruzaba su estrella madre. Esto también condujo a las primeras observaciones de la atmósfera, si la había, en esos exoplanetas.

La nueva técnica se aplica a planetas no en tránsito, no alineados con nuestro punto de vista y su estrella, lo cual es una casualidad rara. “Ahora estamos aplicando nuestra nueva técnica infrarroja a otros planetas no en tránsito que orbitan estrellas semejantes al Sol”, dice Chad Bender. “Estos planetas están mucho más cercanos a nosotros que el más cercano planeta con tránsitos, pero los astrónomos los habíamos ignorado porque medir sus atmósferas con las técnicas existentes era difícil o imposible”.

Aprovecho para hacer propaganda al SETI (Search for Extraterrestrial Inteligence). Es un salvapantallas que analiza información de radiotelescopios cuando usted no emplea su computadora.

la talacha fue realizada por: eltemibledani