Elena Poniatowska entreveró y tergiversó a Luis González de Alba

 

RESUMEN

 

Mediante el artículo "Para limpiar la memoria", Luis González de Alba solicitó a Elena Poniatowska corregir, de La noche de Tlatelolco los párrafos correspondientes a su novela Los días y los años; párrafos usados con su autorización, porque, después de ser entreverados y tergiversados por Poniatowska, introducían falsedades e inexactitudes graves que en nada describían los hechos reales.

La solicitud fue explícitamente señalada a 28 párrafos, un poco más de 500 líneas de texto debían ser corregidas, y presentadas bajo: "una reedición, minuciosamente corregida e históricamente apegada a los hechos".

Tal solicitud la justificó en que lo escrito en Los días y los años son narraciones testimoniales de González de Alba. Él estuvo en los lugares de los hechos y/o fue actor principal de todo lo narrado en su novela. No así el caso de Elena Poniatowska, que no estuvo en Tlatelolco el "2 de Octubre", y sólo se enteró de los hechos indirectamente: "Debía basarse en entrevistas porque, no habiendo conocido los hechos sino por los relatos deformados de la prensa de entonces y las conversaciones con su hijo mayor, que le contaba la parte más divertida, debió partir de lo que los dirigentes y otros participantes le informáramos".

La publicación de "Para limpiar la memoria", en nexos, causó que Elena Poniatowska renunciara al Consejo Editorial de esa revista. Y, la publicación en La Jornada de "Las fuentes de la historia / I", provocó que la subdirectora del periódico Carmen Lira Saade ordenara, a exigencia de Carlos Monsiváis, el despido de Luis González de Alba.

Inicialmente Poniatowska no accedió a la solicitud de González de Alba, en consecuencia, éste demandó por vía legal (Instituto Nacional del Derecho de Autor) se hicieran las correcciones al clásico, y casi histórico, libro de Poniatowska. Tras ganar la demanda, "La noche de Tlatelolco" fue corregida y reeditada por su autora. Los cambios resultan un beneficio a los lectores, ya que según palabras recientes de González de Alba: "la versión de su crónica hoy disponible mejoró mucho".

Finalmente, el origen de la idea acerca de que Elena Poniatowska había plagiado a González de Alba posiblemente surgió del texto de Raúl Álvarez Garín: "Aclaración necesaria", en el que explícitamente lo menciona.

foto tomada a Luis González de Alba el 02/octubre/1968, cuando lo apresaron junto a otros dirigentes del 'consejo nacional de huelga' (CNH) en el tercer piso del edificio Chihuahua, en Tlatelolco.

tomada de las fotos publicadas en la revista 'Proceso' No.1310; diciembre de 2001)

 



 

IDEAS PRINCIPALES EXTRAIDAS DE LOS TEXTOS

 

En el número 238 de la revista "nexos" correspondiente a octubre de 1997, Luis González de Alba publicó el artículo "Para limpiar la memoria", en él explica cómo tras ser traducido al estilo "poniatosko", fue tergiversado y entreverado por Elena Poniatowska en su crónica "la noche de Tlatelolco".

En el artículo, González de Alba puntualiza detalladamente:

Es el listado de páginas que los historiadores deberán tomar con cuidado en La noche de Tlatelolco, pues citadas —ciertamente con mi autorización— de Los días y los años, fueron modificadas por Elena Poniatowska. A partir de esos cambios introducidos por Elena, ya no habla quien en mi narración hablaba o ya no habla como hablaba, o, casi siempre, ambas cosas: ni habla el que hablaba ni habla ya como hablaba. Los números sin paréntesis corresponden a páginas de La noche... donde hay material de Los días y los años, los números entre paréntesis correponden a páginas de este último libro donde se encuentra el párrafo original: 19 (20), 27 (158), 32 (59), 34 (61), 41 (46), 48 (98), 52 (106), 60 (119), 63 (120), 64 (117), 70 (125-126), 76 (122), 77 (134), 81(146), 85 (150), 101 (152), 102 (153), 105 (154), 152 (143-145), 153 (184), 174 (184), 175 (183), 180 (190-191), 183 (185-186-192), 194 (192), 195 (192), 211 (191) y 236 (203). En total, 28 párrafos con más de 500 líneas, extraídos de Los días y los años, y entreverados en La noche de Tlatelolco, de los cuales ninguno, ni uno solo de esos 28, está correctamente atribuido a la persona que dijo en la realidad real esas palabras, y, además, en casi todos está cambiado el lenguaje hacia un sentido más cercano al que Elena cree popular. Dos aspectos de una misma realidad virtual. Otros cuatro o cinco párrafos, citados también de Los días y los años, aparecen en La noche... sin cambios, por lo mismo no están enlistados arriba.

...

La noche de Tlatelolco sigue requerimientos estéticos en la mezcla de voces, sin conceder mucha importancia a la fidelidad: no importa si A dijo las palabras citadas por Elena Poniatowska, importa que A acaba de tener ya una cita en la página anterior, por lo tanto suena mejor atribuir lo dicho a... (Elena baraja su memoria)... a M, que desde páginas atrás no aparece. ... Así ocurre con los relatos que, tomados por Elena de Los días y los años, se extienden en la sola voz del narrador de ese libro. Elena Poniatowska desea emplear mi narración porque hay más de 30 párrafos que le gustan para incluirlos en La noche de Tlatelolco, pero habría debido citar en más de 30 ocasiones a González de Alba, que es el narrador. Como eso se veía mal, Elena decide, con sabiduría estética, atribuir esos relatos a muchos de los estudiantes encarcelados, entre ellos al propio González de Alba, y así es como varias decenas de descripciones, que son voz del narrador en Los días y los años, acaban luego democráticamente repartidas, en el libro de Elena, entre Gilberto Guevara Niebla, Eduardo Valle (el Búho), Florencio López Osuna, Raúl Alvarez Garín, Ernesto Olvera, Félix Hernández Gamundi, una Elena González desconocida para mí y Salvador Martínez della Roca ... ... En una puesta en escena del texto, como poesía coral, por ejemplo, no importaría. Pero La noche de Tlatelolco es cada vez más una obra empleada en la investigación histórica del pasado reciente. ... ... Para los historiadores del futuro debe quedar claro que el dramatismo, la sonoridad, la música, en La noche de Tlatelolco, tienen prioridad sobre la verdad escueta.

...

Hasta allí lo que encontramos es un recurso literario emotivo. Pero los cambios hechos por Elena Poniatowska a mi relato para incorporarlo al suyo, ¿son triviales? Algunos de ellos, quizá.

Cuando las tergiversaciones y entreveraciones no son triviales, y el lenguaje "poniatosko" altera los hechos reales.

De las páginas 152, 153 y 154 de Los días y los años, Elena Poniatowska toma la descripción de la detención de Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca (págs.105 y 106 de La noche). De acuerdo con su técnica coral democrática me elimina como narrador, pues todavía no me toca turno, y atribuye el párrafo a Raúl Alvarez Garín..., con una gravísima denuncia. Yo afirmo en mi libro que solamente Ayax Segura conocía el domicilio de Cabeza de Vaca. Elena transcribe ese párrafo en La noche de Tlatelolco, pero añade, por mala lectura de mi texto, a Jorge Peña, con lo cual lo implica en la sospecha sin motivo alguno. Pero como no hablo yo, pues me ha vuelto a eliminar, ni habla ella porque no es sino la entrevistadora, sino Raúl Alvarez Garín porque ya le tocaba turno y hace varias páginas que no aparece, resulta ser éste quien implica a Jorge Peña en una sospecha grave: la de haber colaborado con Ayax Segura en la entrega de Cabeza de Vaca a la policía. Si alguien se lo echa en cara a Peña, tiene una fuente prestigiosa en la cual basarse: nada menos que La noche de Tlatelolco.

...

En la página 205 de La noche de Tlatelolco, Elena Poniatowska vuelve a desbarrar. Describo lo que ocurría en la tribuna del mitin ese 2 de octubre en Los días y los años. Nadie me lo contó: yo estaba en la tribuna y allí fui detenido. Elena atribuye mi narración de los jaloneos que por obtener el micrófono se dan en todo mitin a Raúl Alvarez Garín. Dice "Raúl" como pudo haber dicho "Gilberto": al azar de la simpatía y de que no aparezcan referencias consecutivas. Pero elige ¡exactamente al único dirigente que no estuvo en la tribuna del mitin! La dirigencia se había dado la orden estricta de no acercarse a la Plaza de las Tres Culturas. Todos fuimos. Pero solamente Raúl cumplió a medias la orden y se quedó en la plaza. No pudo por tanto relatar que: "No era posible que hablaran todos, solamente se leían mensajes y cartas, telegramas y saludos y se anunciaban las nuevas organizaciones que se adherían al Movimiento."

...

Otra descripción de lo ocurrido en el tercer piso del edificio Chihuahua, lugar clave para comprender el crimen, la confusión, la saña y la torpeza juntas, resume en la página 183 de La noche..., las páginas 185, 186 y 192 de Los días y los años. Una vez más, Elena decide que hace varias páginas no cita a Gamundi, así que cree oportuno hacerlo responsable de esa descripción, toda ella un relato personal de lo que me ocurrió y vi en los primeros minutos de esa masacre. No sería grave ni motivo de querella... Pero resulta que, como Raúl Álvarez, tampoco Gamundi estuvo allí. Se encontraba en el departamento de su novia que, por mala suerte, vivía en Tlatelolco y lo había invitado a comer. Mal tino el de Elena.

...

Solución propuesta

Elena Poniatowska haría otro gran favor a la causa del 68 si recordara los 30 años, el año próximo, con una reedición, minuciosamente corregida e históricamente apegada a los hechos, de La noche de Tlatelolco. Así como está es ya fuente de confusión, aunque todavía podamos desenredar el enredo. Pero en 50 años, que se van volando, ya no estaremos los que podamos aclarar que M no estuvo donde dice Elena, que B no fue quien dijo tal cosa, que P no entregó a Z a la policía. Si nuestra historia es tal nudo de mentiras, pípilas, niños héroes, paraísos indígenas, malos y buenos, conquistas, derrotas y un panteón donde hemos acostado juntos a los enemigos acérrimos, es porque desde las fuentes mismas empezamos contando mentiras. Por el camino de Elena Poniatowska quizá el 2 de octubre no se olvida, pero se convierte en otra cosa.

El lunes 13 de octubre de 1997 Luis González de Alba publicó en su columna "la ciencia en la calle"; del periódico La Jornada, el artículo "Las fuentes de la historia / I". Este texto corresponde a la parte inicial del artículo "Para limpiar la memoria".

Lo publicado en "nexos" y "La Jornada", tuvo una réplica el día 16 de octubre de 1997, por parte de Raúl Álvarez Garín: "Aclaración necesaria".

La respuesta de González de Alba, a la réplica anterior, se publicó el día 17 de octubre de 1997: "A cada narrador sus palabras". En éste texto le subraya a Raúl Álvarez Garín la errónea lectura que hizo de "Para limpiar la memoria".

Ni en Nexos ni en La Jornada he reclamado a Elena Poniatowska por haber empleado en La noche de Tlatelolco párrafos de Los días y los años, pues yo mismo autoricé las citas que deseara tomar. Tampoco soy tan bobo como para objetar que nuestros libros tengan similitudes, dado que narran lo mismo. Le estoy solicitando a Elena que ponga en voces de quienes corresponde cada párrafo, para que así no aparezca Raúl Alvarez Garín como testigo de lo ocurrido en el tercer piso del edificio Chihuahua el 2 de octubre de 1968, pues no estuvo allí, o Gilberto Guevara haciendo llamados a "impulsar la organización de los obreros en gremios independientes" (sic), línea política que combatió, o yo mismo hablando con el Búho en un departamento del quinto piso del edificio ya dicho y a la vez tirado en el suelo del tercer piso, viendo disparar al Olimpia. Es todo lo que exijo a Elena y a la editorial ERA.

...

Yendo al grano: no le reclamo a Elena que en su página 76 transcriba mi descripción del grito en CU (página 122 de mi relato), sino que siendo yo el narrador lo atribuya a Gilberto Guevara. Aquí van los dos párrafos:

  • Los días y los años

    A las once de la noche, cuando se terminaba en el Zócalo la ceremonia oficial, repetida en cada pueblo y en cada ranchería del país, se dio el "grito" de independencia en la Ciudad Universitaria y el Politécnico en medio de un júbilo desbordante... etcétera.

  • La noche de Tlatelolco

    A las once de la noche, cuando se terminaba en el Zócalo la ceremonia oficial, repetida en cada pueblo y en cada ranchería del país, dimos el "grito" de independencia en la CU y el Poli en medio de un júbilo desbordante... etcétera.

El primero lo relato yo, el segundo (según Elena) lo narra Gilberto Guevara. Es obvio que se trata de una transcripción de mi texto, transcripción que, repito y repito y repito, yo acepté, permití, autoricé. No es ése el problema, sino que Elena haya decidido cambiar en éste y otros 30 párrafos, al narrador, en ocasiones con repercusiones políticas graves, como las señalo en mi artículo y que no repetiré aquí.

No estoy acusando a Elena de plagio ni de fraude, pues me preguntó si acaso podía y le respondí que sí podía... Le estoy solicitando, única y exclusivamente, que atribuya a cada narrador sus palabras y no ponga en boca de Gilberto posiciones políticas que no sólo le eran ajenas, sino que las combatió abiertamente. ¿Hago mal?

Según palabras de González de Alba, la consecuencia a pocas horas de la publicación en "La Jornada" de "Las fuentes de la historia / I" fue:

"En noviembre [octubre] de 1997 fui despedido del diario La Jornada por publicar un artículo que el jefe de sección y el director editorial habían aprobado. Estuvo sobre el escritorio de la directora tres días antes, pero no lo leyó. Al mediodía del lunes en que apareció, recibí una llamada del jefe de sección, Javier Flores, quien me informó, con voz en la que se percibía resistencia, que por orden de Carmen Lira estaba fuera del periódico. Me reí y lo tranquilicé: no era posible, el artículo había sido previamente leído y aprobado, además yo era fundador y copropietario del diario.

Insistió en que era verdad: 'Monsiváis llamó a Carmen, furioso, a las ocho de la mañana, y le exigió: o Luis o yo; y te informo de la decisión tomada por la directora', fueron las palabras de Javier, quien poco después renunciaría a su puesto ante el aviso de que la sección, la de ciencia, sería cancelada indefinidamente mientras un equipo la reestructuraba. Todos sabíamos que la razón era falsa y se trataba, simplemente, de ocultar el hueco que dejaría mi sección, La ciencia en la calle."

Fuentes: 1.- "Al Director y los lectores"; 2.- Donde corrobora TODAS las palabras arriba reproducidas, es la entrevista televisiva transmitida el 23 de octubre de 2008: "La izquierda en México y el 68": 1/4, 2/4, 3/4, 4/4.

A causa de su despido La Jornada censuró la publicación de la continuación de su artículo, que debería ser: "Las fuentes de la historia / II"

Terminando de exponer los hechos. Once años después de su despido, Luis González de Alba repite:

Un video subido a YouTube me obliga a aclarar un asunto, espero que por última vez: No, no, yo no demandé a Elena Poniatowska por plagio ...

No hubo pues plagio. Pero no autoricé los cambios que hizo, algunos graves, como poner a relatar la llegada del Ejército a Tlatelolco al miembro del CNH que no la vio. Esa página la eliminó en la edición corregida. Las otras correcciones las hizo, todas, y su libro ganó mucho como fuente histórica confiable.

La reproducción del artículo completo, más buenas referencias electrónicas que lo complementan, se puede consultar en: "No, no acusé [a Elena Poniatowska] de plagio"

 



 

CONCLUSIÓN

Que cada lector llegue a la suya, después de leer los textos completos.

 

AUTOR: E Daniel Galván A

 



Anexo - 2014 enero 03



SOLUCIÓN CIVILIZADA

[1998 mayo 01]

Luis González de Alba

En pocas líneas

En 1971 publiqué un relato sobre 1968: Los días y los años. Un par de meses después apareció La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska, donde empleaba, con mi consentimiento, párrafos de mi relato. El año pasado señalé en Nexos los cambios realizados por Elena Poniatowska a esos párrafos tomados de mi obra. Le pedí que las futuras ediciones de su libro se atuvieran a la cita literal del mío. Obtuve silencio como toda respuesta. Por eso en diciembre de 1997 demandé ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor lo que había solicitado.

El 3 de este mes de abril, las partes firmamos un acuerdo, ante la Junta de Avenencia del INDA, por el que ha quedado concluido el asunto de forma muy satisfactoria y civilizada, lo cual honra a Elena Poniatowska y a Ediciones Era.

El convenio final

Quedo firmado que: "La editorial, en cumplimiento a lo pactado, ha entregado al demandante un libro que contiene sobrepuestas las correcciones que se incluirán en futuras ediciones de la obra (La noche de Tlatelolco), a las que el demandante ha aumentado cuatro correcciones más en su comunicación de fecha 24 de febrero de 1998; han sido aceptadas por la editorial las numeradas 1, 2 y 4".

Lo esencial del convenio viene en la cláusula cuarta: "La editorial en este acto se obliga a incluir todas y cada una de las correcciones acordadas con el demandante, que se mencionan en la cláusula tercera que antecede, a partir de la segunda edición de la obra (La noche de Tlatelolco), que aparecerá durante el mes de enero de 1999, así como en toda edición o reimpresión posterior que se realice".

Luego señala que "en virtud de que el demandante no ha solicitado reparación del daño patrimonial a la editorial", ésta cubre en el acto los honorarios de la abogada que llevó el procedimiento de avenencia.

Las correcciones serán pues todas las que pedí en Nexos. No se incluyó en el convenio el punto 3 de mi respuesta, porque, dice mi abogada: "...si bien la autora tomó en consideración tu propuesta [...], solicitó no fuera incluida en el convenio mencionado, toda vez que no se refiere a los derechos de autor que a ti te corresponden".

Explico esta salvedad. La página 183 de La noche de Tlatelolco aporta elementos de peso para conocer cómo se originó la balacera aquel 2 de octubre. Es una descripción de lo ocurrido en el tercer piso del Edificio Chihuahua antes de y durante la balacera. Pero Elena Poniatowska, quien reporteó los hechos días y años después de ocurridos, atribuye a Félix Lucio Hernández Gamundi. quien no estuvo allí, ese fundamental relato sobre el Batallón Olimpia y sus primeros disparos. Los elementos de esa descripción se encuentran en las páginas 185, 186 y 192 de mi relato. Los días y los años; pero el párrafo de Elena no es textual no es idéntico palabra por palabra a mi relato, como sí ocurre en otros párrafos de su obra. Por lo mismo es difícil argumentar derechos de autor. Por eso di otras razones:

El punto 3

3. En la página 183 de La noche de Tlatelolco hay una larga descripción que se atribuye a Gamundi. Me parece importantísimo hacer ver que Gamundi no estuvo donde pudiera ver lo que allí se narra. Ese es el momento clave de la masacre [...]; apelo no tanto al derecho de autor, sino al buen sentido de Elena y de Neus [directora de Ediciones Era], y sobre todo al interés que supongo en ambas por esclarecer aquel crimen, para que no se atribuya un testimonio esencial a quien no estuvo allí [...]; sería fácil que la Comisión que ahora investiga descartara el testimonio de Gamundi con medio minuto de interrogatorio.

"Espero que tanto Elena Poniatowska como Ediciones Era concuerden en la necesidad imperiosa de que no se afecte la credibilidad de quienes hemos hecho un relato inaceptable para el punto de vista oficial, al menos el oficial de hace 30 años".

Entiendo que se hará el cambio, aunque no se incluya en el convenio.

Agradecimientos

Así termina un conflicto que entre muchas otras expresiones, ofreció a La Jornada la trampa con la que se deshizo de mí, como deseaba años atrás, pues luego de conocer mi artículo entregado para publicarlo en partes, revisarlo, releerlo, aprobarlo y publicarlo, argumentó ese hecho mismo: la publicación, para eliminar mi enfadosa voz de sus páginas, sin considerar siquiera que soy un socio fundador de ese diario.

Agradezco desde aquí las notas de (algunos) amigos y las de periodistas a quienes no conocía o no conozco, los ofrecimientos de trabajo en diarios y revistas, las llamadas telefónicas, las cartas solidarias que nunca publicó La Jornada y me hicieron llegar mis lectores por otros medios.


 

González de Alba / Poniatowska: El desenlace

Luis Miguel Aguilar / Rafael Pérez Gay

En el número 238 de Nexos publicamos un artículo de Luis González de Alba titulado "1968: Limpiar la memoria", donde el autor señalaba algunas imprecisiones en el libro La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska y pedía "una reedición, minuciosamente corregida e históricamente apegada a los hechos" de ese libro indispensable de la cultura mexicana. La publicación del artículo de González de Alba ocasionó un "pequeño sismo en el cogollo" como solemos decir, en el cogollo y la renuncia de Elena Poniatowska al Consejo Editorial de la revista Nexos. El desenlace de este episodio de la vida cultural mexicana confirma que fue una buena decisión haber publicado el artículo de Luis González de Alba, sin ejercer la censura ni la autocensura. Con fecha del 16 de abril de 1998, Luis González de Alba nos ha hecho llegar otro artículo, avisándonos que días después aparecería en su sección "La calle" del periódico La Crónica. Lo publicamos aquí para comunicar a nuestros lectores que, como dice González de Alba, "ha quedado concluido el asunto de forma muy satisfactoria y civilizada, lo cual honra a Elena Poniatowska y a Ediciones Era". Compartimos esta última afirmación y reiteramos a Elena Poniatowska que las páginas y el Consejo Editorial de Nexos están abiertos a ella.

 

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