Si Narro no puede, que renuncie

publicado el 30 de abril de 2013 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

No eran sino 15 caperuzos que dos minipatrullas de la UNAM habrían sacado. Pero el rector Narro ya logró que aquellos 15 narcomenudistas atrajeran 50 solidarios; luego llegó esa bazofia llamada Universidad Autónoma de la Ciudad de México, molino de carne de cañón para el obradorismo a precios más altos por graduado que la universidad, privada y gringa, más cara del mundo; ya están allí los ayotzinapos cuya gasolina quemó vivo al trabajador Gonzalo Rivas; los atencos también irán a "salvar la UNAM", atencos que golpearon, ataron a un poste y rociaron de gasolina para quemarlos vivos, a los dos funcionarios del Estado de México enviados por el entonces gobernador Peña Nieto a resolver el conflicto que desbordó a Fox cabeza de chorlito.

Fuego: usos y costumbres. Ya rociarán de gasolina varios alumnos de la UNAM.

¿Quién falta en el coctel de buitres? Martín Esparza y su SME, los panchos villa, los taxistas piratas y ambulantes al mando de Bejarano-Padierna, defraudadores de quienes perdieron su vivienda en el sismo del 85.

"Pasen todos a tomar atole..." ya les hará libro Poniatowska que, tras de ser figura de Televisa por veinte años, a mil dólares el minuto, denuncia que Televisa fabrica figuras... Que la tv "nos obliga a usar un champú"... ¿No anuncia tres docenas de champús?

La tv ofrece basura, como telenovelas de Epigmenio Ibarra, pero también programas de Hawking, la serie Spartacus, enseña civismo y derechos humanos en series que ilustran las obligaciones de la policía al momento de acusar.

Que Televisa creó una primera dama, bocajarreó con impunidad asegurada. No sé si creó una actriz luego casada con un gobernador. Pero éste llegó a la Presidencia con ventaja de 3 y medio millones de votos. Eso la hizo primera dama.

El nivel del disparate sólo se iguala a otro de la misma gurú, experta en el 68 sin haber visto ni de lejos una sola manifestación ni una sola asamblea de los intelectuales y artistas solidarios: "McDonald’s fabrica sus hamburguesas con carne de rata de alcantarilla y de gata desvelada". ¡Imagine el precio por tonelada!... Y ese lenguaje suyo de transparente lujuria: toda gata desvelada está en celo, maúlla de forma obscena en busca de machos.

Es la gran infantilizadora de la izquierda: "Ah, los muchachos...", suspira en olvido de los jóvenes neo-nazis, los jóvenes tecos. Pocos daños peores a la izquierda como los infligidos por ella, López Obrador y Chávez, neo-Kempis citador de Cristo.

 


 

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A ver al león. - Gil Gamés

Repantigado en el mullido sillón de su amplísimo estudio, Gil ha notado que los motines y los asaltos de maestros y policías comunitarios, embozados y anarquistas, o lo que sean, les ponen los pelos de punta a observadores y comentaristas, empezando por Gamés. A articulistas (istas, istas) que Gilga pondera se les pasa la mano, y el brazo y el hombro y el pecho y todo lo demás. Lector asiduo de Luis González de Alba, Gil no pudo sino abrir ojos de plato cuando leyó el texto “Si Narro no puede, que renuncie”, publicado por su periódico Milenio. Aiwey: pasen a ver al león.

Don Luis les ha dado una azotaina a los mentores, los encapuchados y adláteres (gran palabra). ¿Le falta razón a González de Alba? No, lo que le sobran son adjetivos y figuras repugnantes. Lean esto: “No eran sino 15 caperuzos que dos minipatrullas de la UNAM habrían sacado. Pero el rector Narro ya logró que 15 narcomenudistas atrajeran 50 solidarios; luego llegó la bazofia llamada Universidad Autónoma de la Ciudad de México, molino de carne de cañón para el obradorismo a precios más altos por graduado que la universidad, privada y gringa, más del mundo”. Córcholis, qué golpiza brutal, si fuera policía, a don Luis lo habrían acusado de utilizar fuerza desmedida. Ah, la paradoja: “si Narro no puede, que renuncie” puede ser sin duda la postura de los “caperuzos” que detesta, y con razón, don Luigi. Ah, Gil hablando de moderación, lo que hay que ver.

Para González de Alba, los embozados son “narcomenudistas”, quizás lo sean, pero antes son un grupo de asaltantes, ¿para qué exagerar lo que no requiere exageración? Y luego “la bazofia” de la UACM; diantres, ¿todos los integrantes de la Universidad de la Ciudad de México son bazofia (gran palabra)? Tal vez sería mejor hablar de las brigadas creadas dentro de esa universidad, grupos de choque con la intención de crear la violencia en las calles. Cuando Gamés se remilga, le cae gordo hasta al propio Gamés. Demasiadas palabrotas anulan la crítica, el que insulta mucho pega poco. Oh, sí.

Gilga leyó con manos temblorosas: “Quién falta en este coctel de buitres? Martín Esparza y su SME, los panchosvilla, los taxistas piratas y ambulantes al mando de Bejarano-Padierna, defraudadores de quienes perdieron su vivienda en el sismo del 85”. Gil se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y caviló: ¿tiene razón González de Alba? Ni dudarlo, pero caracho, el “coctel de buitres” le resta eficacia y ensucia el piso, ¿o no, don Luis? Nada más faltó añadir algunas palabras distintivas: hienas, comistrajos, detritus, inmundicias, excrementos, estiércol. Suenan bien, ¿no? Bueno, Bejarano sí es un comistrajo, (¡oh!, gran palabra).

El desahogo, perdón, el artículo de González de Alba termina con una paliza a Elena Poniatowska que exhibe una repugnancia y un odio dignos de un estudio psicoanalítico. Que si la escritora cobra dinerales en Televisa, que si no fue a una manifestación de hace 45 años, en fon. La solfa, al final, se desvanece entre superlativos. González de Alba cita a Poniatowska: “McDonald’s fabrica sus hamburguesas con carne de rata de alcantarilla y de gata desvelada”. Y don Luis añade esto de su peculio: “Y ese lenguaje suyo de transparente lujuria: toda gata desvelada está en celo, maúlla de forma obscena en busca de machos”. Ups. Cualquiera que haya leído a Gil, conoce su opinión acerca de esa izquierda, pero caracho, si vamos a volver a los cinco años de edad, Gamés pide mano, anticutimano: caca, pipi, chanclota.

La máxima de George Orwell espetó dentro del ático: “Pero si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento”.

 

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