Estudiantes al rescate de la UNAM... ¡No!

publicado el 29 de abril de 2013 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

Pocos mitos más dañinos, y bien pagados, como el de la juventud valerosa y sin compromisos, libre e idealista (no en el sentido filosófico, sino de tía-abuelita ignorante). La ocupación de la Rectoría por quienes perdieron su narcotiendita en el CCH Naucalpan ha sido investida por las almas bobas de un aura juvenil que lucha por ideales porque aún no crea compromisos ni defiende empleos: para ser joven idealista debe mantenerlo papi, no un trabajo.

Los caperuzos de la Rectoría se han fabricado una retórica de basura a tal grado trivial e infantil que sólo la tragan quienes se enternecen porque al presidente de Venezuela le da órdenes Chávez como pajarito (su reencarnación debería ser en guajolote): desde la Rectoría gritan su defensa de la educación pública (que ellos ponen en riesgo), de la educación gratuita (que la reforma educativa no toca, pero ellos llevan clientela a la educación privada), su defensa del "pueblo" que no la han hecho sus voceros.

Y los estudiantes de la UNAM exigen que las autoridades los saquen. No lo han intentado ellos. Lo intentarán. En el auditorio recién designado Che Guevara, hicimos una asamblea para tratar la guerra de Vietnam. Nadie asistió, salvo los desquehacerados: las sobras que nos enviaba el examen de admisión porque no habían alcanzado calificación ni para entrar a Derecho. Aunque todos querían ser diputados del PRI, los cobijaba la izquierda y se arremolinaban en Historia, Geografía o Letras Italianas... Así Filosofía y Letras tenía el número más alto de lumpen-alumnos, despojos sin acomodo en el empleo ni en la educación.

Al enorme auditorio llegaron unos 50 asistentes. Alguien propuso un paro de 24 horas "contra la guerra de Vietnam". Yo era el presidente del comité ejecutivo. Dije que no le veía sentido, el resto del comité opinó igual. Nuestros amigos coincidieron: era producir antipatía entre los estudiantes sin efecto alguno ni en la embajada de EU. Sería un "paro loco" que sólo afectaría a los estudiantes de FyL. Se votó. El lumpenaje fue mayoría, por unos 5 votos, y democráticamente aceptamos cerrar.

Pusimos cadenas en las entradas y unas cartulinas: "¡Paro de 24 hrs contra la guerra de Vietnam!". En efecto, la reacción de todo estudiante fue gritarnos desde afuera que nuestro acto era nada más ridículo y perdían clases a cambio de nada. Tenían razón.

Por suerte, aún existía la derecha: llegaron otros jóvenes, tanto o más jóvenes que nosotros, pero más fornidos, y nos dieron de palos. Con marro partieron la cadena de la entrada principal y los 15 o 25 "de guardia" opusimos inútil resistencia contra la apertura de la reja. Abrieron la Facultad a empujones y nos madrearon. Existía el MURO... con sus propios ideales.

Pero el país es otro y ahora las pistolas, la gasolina y los tubos para romper cabezas son parte de la estrategia dictada desde el pantano: los ardidos por dos derrotas que aún no logran explicarse han mostrado su capacidad para hacer mucho daño con muy poca gente. La mezcla de "maestros" que defienden su derecho a la ignorancia, guerrilla y narcotráfico en los estados con los peores niveles educativos, es la última esperanza de quienes han perdido el financiamiento millonario del GDF.

El gran riesgo de una masiva intervención de universitarios dispuestos a liberar la Rectoría, es que los caperuzos, al fin narcomenudistas, activistas en el vandalismo del Centro el 1 de diciembre a sueldo de 300 pesos, podrían tener armas de fuego y responder con ellas a estudiantes sin más arma que su furia ante la hueva de Narro. Por eso la ley está en manos de la autoridad. El rector Narro está llevando los jóvenes de la UNAM al límite de un enfrentamiento que podría no terminar con unos golpeados, como en aquel paro loco de FyL. Pero algo es verdad en los cantores de la juventud: los jóvenes no calculan los riesgos.

Ya los normalistas de Ayotzinapa mostraron lo que pueden hacer en defensa de plazas vitalicias al terminar unos llamados "estudios" y contra los exámenes que podrían arrebatarles el botín de una plaza inexpugnable e inmune a exámenes reprobados: prendieron fuego a una gasolinera, donde murió el trabajador Gonzalo Rivas. No vayan a quemar un alumno de la UNAM.

Gonzalo Rivas, quemado vivo por los normalistas que incendiaron a propósito la gasolinera donde trabajaba

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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