Hay fMRI para 'Jennifer'

publicado el 21 de abril de 2013 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

El último congreso de la Cognitive Neuroscience Society ofrece respuesta al dilema de los infortunados testigos que en México hunden en la cárcel por meses o años a inocentes. Un escaneo con fMRI "detecta si una persona reconoce escenas de sus propias vidas". Se les mostraron a voluntarios unas 45 mil imágenes mientras se observaban las áreas cerebrales activadas. "El estudio busca comprobar las capacidades y límites de tecnología basada en el cerebro para detectar memorias, técnica que está siendo considerada en sus posibles empleos legales".

Dice MILENIO este 19 de abril que la PGR abrió averiguación previa contra funcionarios de esa dependencia y el testigo protegido, y bien pagado, Jennifer, "cuyas acusaciones dieron origen a la pesquisa que llevó a la cárcel al general Tomás Ángeles Dauahare", escriben los compañeros Rubén Mosso y Leticia Fernández. "El mismo testigo fue soporte en el caso de Noé Ramírez Mandujano, ex titular de la SIEDO, preso desde 2008 y que el lunes pasado recobró su libertad".

El tal Jennifer, cuyo nombre es Roberto López Nájera, al parecer fabricó pruebas como parte de la Operación Limpieza de la procuradora Marisela Morales Ibáñez. Nada tiene de extraño que un criminal, gente del narcotraficante La Barbie, invente historias bajo pedido. Lo abominable es un sistema de justicia que los admite como prueba única.

Si bien lo que puso en libertad a Florence Cassez fue el montaje sobre su detención, hubo también serias dudas acerca de los testimonios presentados por las víctimas de secuestro. Y no olvidemos el caso de la edecán Paola Durante, a la que un preso vio y escuchó en un reclusorio cuando participaba en la planeación del homicidio del conductor de tv Paco Stanley. El procurador del DF, Samuel del Villar, persiguió con saña a la edecán, a quien sólo un presidente de la CDH del DF como Luis de la Barreda logró poner en libertad.

Tenemos, por supuesto, desde hace años un instrumento de escasa confiabilidad, el llamado "detector de mentiras", que ofrece pruebas indirectas como son los cambios en la conductividad de la piel por falta o presencia de sudor. No es confiable porque los datos pueden tener muy diversos orígenes. Pero la evidencia neurocientífica proporciona una prueba directa de memorias en un cerebro.

Lo que inspiró al equipo de Anthony Wagner, de Stanford, a probar escaneo cerebral para detectar memorias fue un caso, en la India, en el que un juez citó un EEG (electro-encefalograma) como evidencia de que un sospechoso de homicidio tenía información del crimen que sólo el asesino podía poseer.

Wagner y sus colegas buscaron la confirmación de memorias por observación directa del cerebro. Colocaron cámaras al cuello de los voluntarios y tomaron fotos de manera automática durante la jornada. En varias semanas juntaron 45 mil fotos por participante. Luego les mostraron series mientras observaban sus cerebros en escáner. Las series mezclaban fotos de hechos en los que el voluntario había estado presente y otras diversas. "La media de certeza fue del 91 por ciento en la discriminación entre secuencias reconocidas por los participantes y las que percibieron como no conocidas". No está mal para un primer intento.

En otro experimento, el equipo probó si los voluntarios podían vencer la tecnología. Los pusieron sobreaviso: Lo que estamos tratando de hacer es comprobar si los patrones observados en sus cerebros coinciden con memorias de un rostro o lo perciben como desconocido. "Ahora deseamos que traten ustedes de vencer el sistema alterando sus respuestas neurales". Para eso debían pensar en una persona o experiencia conocidas mientras se les presentaba la imagen de una rostro nuevo o enfocar un rasgo nuevo de un rostro previamente encontrado".

Los resultados no fueron tan confiables como en el primer caso. Esto es, los humanos podemos ayudarnos de falsas memorias. Para su uso forense quedan todavía por afinar estos recursos. Pero destaca el tema filosófico de la relación entre los elementos objetivos y la subjetividad, los impulsos eléctricos, las descargas de neurotransmisores, la activación y desactivación de áreas cerebrales visibles en la pantalla de un fMRI, y la conciencia subjetiva del recuerdo, el gozo, la tristeza que nos ofrece un rostro, un ser amado, perdido. "Pero al ver aquellos ojos, ojos que a mí me lloraron, comprendí que con el tiempo sus promesas olvidaron"… Esa experiencia, subjetiva, íntima e inefable, está mediada por datos duros y objetivos como la actividad de un grupo de neuronas y no de otro. ¿Cómo se transforma en Un viejo amor?

El simposio "Neuroscience and Law: Promises and Perils" tuvo lugar este 16 de abril en San Francisco, dentro del 20o congreso de la Cognitive Neuroscience Society.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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