Que somos agachones, dicen
columna: «la calle»
Lo somos: pero no por aceptar la "imposición" nunca demostrada, sino por no actuar contra una minoría enardecida por la derrota. Volcaré las ollas: Es que no puede ser... ¡No puede ser!: 52 millones de mexicanos salimos a votar el 1 de julio. Encontramos casillas atendidas por un millón 200 mil de nuestros vecinos dos veces sorteados, y millones de observadores. Nada más los de López Obrador fueron cinco millones, dijo él. Encontré vecinos, mayoría vecinas, sonrientes, amables, y sin el enfado que debieron tener luego de nueve horas. El IFE preparó todos los materiales necesarios para la elección y desapareció: dejó en manos de los vecinos de cada casilla el proceso de votar bajo la mirada de representantes de partido.
Luego de votar, me despedí: "Felicidades... Son ustedes héroes...". Y se me quebró la voz. Por eso, a diferencia del 2006, los perdedores se avergüenzan de afirmar que el fraude ocurriera en casillas, ¿ante cinco millones de observadores de López?
Millones en medidas de seguridad, para que un atajo de corruptos del SME que no se consuelan de haber perdido los 40 mil millones de pesos que se embolsaban al año, corruptos del SNTE y la CNTE que exigen su derecho a vender sus plazas de maestro al mejor postor o heredarlas a la prima analfabeta, los lumpen ayer del PRI hoy del PRD como los panchos villa y cuanto arribista hay, se cubran con la marca YoSoy132, ocurrencia de los chavos de la Ibero, ya de vacaciones con sus papis en Canadá. El típico desprecio clasista de las niñas bien y los chavos de la Ibero... ¿ves?, reaparece enmascarado: los nacos son corruptos, venden su voto y se venden a los criminales: nada nuevo en el clasismo puro y duro.
No entiendo la sumisión con que los clientes de una tienda Soriana permiten quedar secuestrados horas por unos cuantos gañanes. ¿No hay escobas y trapeadores?: a escobazos se abren paso y ponen la basura en su lugar. Pues no. La transnacional Wal-Mart está enjuiciada en EU por corrupción de funcionarios en México. Le da pues por el soborno: ¿Cuánto está metiendo la transnacional más grande del mundo en autoservicios para aplastar a la competencia nacional, Soriana?
Tienen el chingado mapa al revés, pendejas: cuando mis amigos y yo nos partíamos la madre haciendo sindicatos independientes, grupos políticos de izquierda que cuajaron en partidos, unificando luego partidos, los mejores creando el IFE ajeno al gobierno, éramos nacos para las niñas bien atentas a que la cocinera no quemara el suflé de Cointreau. La invasión del PRI al último piso de nuestra construcción política, el PRD, nos echó fuera, y así pudo AMLO ordenar a senadores que obtuvieron su curul por votos para el PRD que se pasaran al PT para construirle un artificial grupo parlamentario que les dio cientos de millones más, y El Peje cobra el favor para su campaña. ¡Al PT!: acusado por Cárdenas de ser artificio de Carlos y Raúl Salinas para aplastar al PRD.
"Traicionaron sus ideales...". ¡No, Barras de Piedra! ¡Ustedes por ignorancia, por estupidez, porque lo derechosos no se les borra, abrieron la puerta a la peor ralea del PRI; ustedes, niñas bien, que siempre nos han despreciado, nos siguen despreciando, ahora desde alturas morales; el colmo: han hecho senador a Manuel Bartlett, el secretario de Gobernación, por el PRI, que fabricó el fraude contra Cárdenas en 1988; López le ha dado respiración al moribundo PT salinista y a los patanes del SME que arañan sus 40 mil millones de pesos anuales.
Televisa es el Mal, pero Elenita no ha renunciado a los 1000 dólares que le paga por minuto de disparates. Nadie ha hecho tanto mal a la izquierda mexicana como Elenita: ha infantilizado la política, la ha banalizado ¡desde Televisa! con sus melcochas. Llamó a Cárdenas "envidioso" de su rey Lopitos. Ha inventado la pureza de la juventud porque ignora los tecos, los yunkes y los priistas de 17 años.
Atenco y Peña: éste, debe reconocerse o negar la realidad, envió primero a funcionarios a negociar el conflicto, originado por la torpeza de Fox y azuzado desde el GDF. A los negociadores los golpearon, arrastraron; a un policía federal lo molieron a patadas en los güevos hasta dejarlo inconsciente y un días después Peña envió granaderos a rescatarlos. Bien hecho. Hubo excesos de policías y están pagando. Las supuestas violadas retiraron su insostenible acusación. Lo que no hizo Ebrard en Tláhuac, donde la turba le quemó vivos a dos jóvenes federales. De verdad, ¿aguantaremos de todo?
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