Acabemos con la chiquillada
columna: «la calle»
Hoy, día del niño, propongámonos una Operación Herodes para nuestro voto en julio: acabemos con la chiquillada, como llama Fernández de Cevallos a los partiditos garrapata que no representan a ningún sector de la población y fueron ideados por expertos en el saqueo del erario como simples negocios que venden caro su amor, tan caro como algún partido esté dispuesto a pagar.
Son organizaciones de interés público, simpaticemos o no con ellos, el PRI, el PAN y el PRD. Pero el Niño Verde y sus amigochos que van de parranda en Cancún a parranda en Niza, en yates propios y de papi ¿representan algo? Sí, a ellos mismos y su afán de seguir chupando, en todos sentidos. El PT inventado por los hermanos Raúl y Carlos Salinas de Gortari ¿tiene militantes más allá de quienes entran a la rebatiña por los puestos? El Panal ya sabemos que es la palanca con que La Maestra fuerza hasta las mejores chapas. Y el otro... ¿cómo se llama? Convergencia: ¿qué es eso?
En México tenemos el sistema de elecciones más caro del mundo porque gastamos en dar certeza a todos los partidos de que su voto será contado: papel de seguridad para las boletas, numeración de éstas y su talonario, credenciales con fotografía, urnas transparentes. Esta bien, aunque los perdedores griten siempre que los robaron, sin informar cómo ni cuándo ni cuánto. Pero buena parte de la población que sale a votar constata el entrenamiento de los funcionarios de casilla, la presencia de representantes por partido con sus gafetes y sus caras largas, las monerías que tiene la boleta similares a billetes. Son gastos que, supongo, los electores justificamos, o al menos no he leído quejas al respecto.
Las he leído y muchas, por los miles de millones que se reparten los partidos antes de la elección. Algunos decimos que los deberían mantener las cuotas de sus militantes. La ley y muchas personas de gran sensatez y respeto dice otra cosa: es un gasto público necesario... Quizás, pero ¿tanto? La chiquillada había encontrado la forma de asaltar el erario: se unía a un posible ganador, como hizo por decenios el PPS de Lombardo "lanzando" días después al candidato del PRI. El candidato Díaz Ordaz respondió a la comitiva del PPS: "Me basta con el nombramiento que me ha dado mi partido, el PRI...". Y aceptó con desprecio. Lo mismo vemos hoy: cargadas sobre partidos reales que, si no ganan la Presidencia, ofrecen legisladores.
Un avance en la nueva legislación electoral, que ni se rebajó los costos de radio y televisión ahora gratuitos, ni permite denuncias "denigratorias", así sean ciertas, es que en la boleta no veremos esos rompecabezas con diversas siglas y colorines. Usted podrá votar por la misma persona marcando PRD o PT o eso otro. Será la misma cara. Pero a la hora de las cuentas, cada partido tendrá resultados independientes. Así es como podemos evitar que el Niño Verde cargue su yate con cajas de Dom Perignon que usted le paga.
Un aspecto positivo, para mí el único, de la nueva legislación, es que evitará las garrapatas adheridas a un candidato con intenciones de voto que estos chupasangre jamás alcanzarían solos.
No lo olvidemos: un voto por Peña Nieto no va al Verde si no se cruza el Verde. Uno por López puede ir al PRD o ser para vividores. Podremos hacer limpieza de la casa.
¡Urnas electrónicas no, no, no!
Si con boletas contables y recontables se grita fraude, imaginen cuando la misteriosa urna contenga no sabemos que tecnología y, allí sí es posible hasta un algoritmo, palabra que perdió popularidad a los pocos días de usada en las elecciones de 2006. Si la urna transparente produce sospechosismo, imaginen una máquina electrónica que, sería perfectamente posible, cuente un voto de mi candidato favorito por cada diez que le lleguen porque así está programada, sí tiene un algoritmo. Por lo pronto es cosa de gran misterio y avanzada tecnología que puede estar conectada al Pentágono, digo, o a la White House, donde suben y bajan los números a su gusto y placer. ¿Eso quieren?
Pablo Hiriart
Sostiene que, de perder, veremos a AMLO en la boleta de 2018. Se queda corto: de ganar también lo veremos en 2018. Salvo que, como dice Chávez, ya EU esté enfermando de cáncer a sus indeseables.
DE:
Como jarro DE atole, botella DE vino, copa DE tequila, taza DE café, cartón DE cerveza, así vaso DE agua: porque hablamos de uno lleno y no simplemente mojado. Glass of water, verre d’eau, bicchiere di aqua... etc.
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