El genoma de A/H1N1 está en la red
columna: «se descubrió que...»
Está en la red el genoma completo del virus de la influenza porcina A/California/04/2009 (H1N1), subido por el Centro para Influenza de la OMS en los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), Atlanta. Lo tiene la base de datos GenBank.
Para entrar a las secuencias de los ocho genes, copie la siguiente línea y péguela en la barra de búsqueda de GenBank:
FJ966079,FJ966080,FJ966081,FJ966082,FJ966083,FJ966084,FJ966085,FJ966086.
Se trata de la cepa californiana de abril. La Secretaría de Salud, de intachable y eficaz acción, aún no sube a Internet el genoma de la cepa mexicana, y los equipos interesados en el mundo no pueden hacer comparaciones entre los actuales brotes y los del pasado. Entre ellos el de 1976 y el mortífero de 1918, reconstruido en 2005.
El 25 de abril pasado, ScienceInsider presentó una retrospectiva en la que Jennifer Couzin-Frankel entrevista a quien tuvo a cargo la epidemia de influenza porcina de 1976. Este es un resumen:
El especialista en enfermedades infecciosas Edwin D. Kilbourne, ahora de 88 años y retirado, estuvo en el centro del último pánico por influenza porcina en los Estados Unidos. En 1976, una cepa de influenza porcina se dispersó desde Fort Dix, una base militar en Nueva Jersey. El virus infectó a unos 500 soldados. Aunque no todos enfermaron, uno murió.
Kilbourne, por entonces con la cátedra de microbiología en la Escuela de Medicina Monte Sinaí de Nueva York, se especializa en vacunas para cepas de influenza. David Sencer, director de los CDC, quien luego habría de renunciar a consecuencia de la influenza porcina, lo puso al frente del comité que revisaría la situación de Fort Dix. En su laboratorio se analizaron las muestras de virus enviadas desde la zona contaminada y en cuestión de semanas tuvo a punto la vacuna. "Había razones para estar asustados: sabíamos que era un virus muy similar al de la influenza porcina surgido en 1918". Por entonces, al finalizar la Primera Guerra Mundial, la llamada "gripe española" produjo más de 50 millones de muertes.
Fueron vacunados cuarenta millones de estadunidenses contra el virus, y algunos desarrollaron el síndrome neurológico de Guillain-Barré, lo que levantó la controversia acerca de si había sido necesaria esa amplia vacunación.
Los investigadores de 1976 creyeron estar ante el virus de 1918. A pesar de lo cual, hubo mucha oposición al empleo de la vacuna. Pero, "por otra parte, si no hubiéramos tenido la vacuna y algo hubiera ocurrido, ¿a quién se acusaría? A toda la profesión médica".
Hace notar el investigador que fue el trabajo de campo en vacunación más amplio de la historia. Hasta el presente hay quienes sostienen que la vacuna fue la responsable del síndrome de Guillain-Barré, pero no había línea base para hacer una comparación con la ocurrencia normal de ese síndrome, así que no hay manera de atribuirlo a la vacuna: "Hay un montón de cosas que producen el Guillain-Barré".
El virus de 1918
En Science del 7 de octubre de 2005, investigadores de los CDC de Atlanta, de la Escuela de Medicina Monte Sinaí, del Departamento de Patología Molecular perteneciente al Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y del Departamento de Agricultura, reportan que lograron reconstruir el virus que causó la pandemia de 1918 y mató a más de 50 millones de personas.
El RNA del virus fue recuperado de tejidos pulmonares fijados en formalina y de tejidos de una víctima de influenza enterrada en Alaska en terreno siempre helado del llamado permafrost.
"En el presente estudio, generamos un virus que contiene la secuencia completa que codifica los ocho genes del virus de 1918 en un esfuerzo por entender la base molecular de la virulencia de este virus pandémico".
Informa luego el reporte que: "Para evaluar la patogenicidad del virus de 1918, lo inoculamos intranasalmente en ratones"... Lo mismo hicieron en huevos fértiles de pollo.
Los detalles técnicos son complejos, pero la conclusión es sencilla: reconstruyeron el virus de 1918 "con el fin de entender más completamente la virulencia de ese virus y posiblemente de otros virus de influenza humana pandémica. Porque la emergencia de otro virus pandémico es considerada posible, si no inevitable, la caracterización del virus de 1918 nos capacita para reconocer la amenaza potencial planteada por nuevas cepas de influenza viral, y arrojará luz sobre las medidas profilácticas y terapéuticas que serán necesarias para controlar virus pandémicos".
Concluyen con una nota sobre las precauciones de bioseguridad para proteger a los investigadores, al medio y al público. "El propósito fundamental de este trabajo fue proveer información crítica para proteger la salud pública y desarrollar medidas efectivas contra futuras pandemias de influenza". La correspondencia debe dirigirse a: tft9@cdc.gov
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