La fusión nuclear está en plena carrera
columna: «se descubrió que...»
El Departamento de Energía de Estados Unidos ha cancelado su proyecto de producir electricidad por medio de fusión atómica, el proceso que ha empleado el Sol por ya largos cinco mil millones de años y dará para otros tantos.
Los reactores nucleares que producen electricidad en el mundo, y de los cuales México ha construido sólo uno, el de Laguna Verde, en Veracruz, emplean la fisión o ruptura de átomos pesados por una reacción en cadena: el mismo proceso de una bomba atómica. El calor resultante calienta agua que hace vapor que mueve turbinas que generan electricidad… Un proceso complejo para calentar agua, y riesgoso porque los residuos son altamente radioactivos y lo siguen siendo por siglos. Estados Unidos se propuso construir un depósito bajo una montaña en el estado de Utah, alejada de centros de población y fuentes de agua, pero ha enfrentado oposición. La consecuencia ha sido peor: cada quien guarda su basura radioactiva como puede.
Una solución sería no emplear fisión sino fusión. No romper átomos, sino unirlos. Es el proceso que mantiene encendido al Sol: una nube de hidrógeno se fue concentrando por acción de la gravedad y cuando el gas interior estuvo sometido a presión tal que venció el rechazo entre átomos, éstos se fusionaron y así el hidrógeno comenzó a transformarse en helio. Es también lo que ocurre en una bomba de hidrógeno.
Un reactor nuclear que empleara fusión de los átomos más ligeros, los de hidrógeno, daría como desperdicio únicamente helio, como en el Sol y que de ahí toma su nombre: un gas de bajo riesgo.
Es pues muy mala noticia la que publica Adrian Cho en último número de Science: el Departamento de Energía de EU (DOE) jaló el enchufe de un proyecto que había rebasado con mucho su presupuesto inicial. De 58 millones iba ya en 170 millones... apenas lo que Bush jr se gasta en días de su interminable guerra en Irak.
Esta semana, el DOE canceló el National Compact Stellarator Experiment (NCSX), que desde 2001 llevaba a cabo el laboratorio de plasma de la Universidad de Princeton. El problema central es cómo lograr que el calor no funda también el reactor mismo y Princeton emplea "confinamiento magnético" en el reactor experimental. Con este procedimiento, el gas a 100 millones de grados queda suspendido y presionado entre campos magnéticos. El gas ionizado (ion es el átomo que ha perdido o ganado electrones y deja por lo mismo de ser neutro) y calentado alcanza otro estado de la materia llamado "plasma".
El proyecto, iniciado en 2001, debía concluirse en 2005. El precio no solamente se triplicó, sino que el plazo de entrega se fue hasta 2013, en el mejor de los casos. De cualquier forma, ante los gastos de guerra no son nada esos 170 millones de dólares y podría haber competido con el experimento europeo, de 12 mil millones, que se construye en Cadarache, Francia. Éste es del tipo tokamak: reactores en forma de dona, "toro" en geometría. La estructura en espiral de los campos magnéticos hace circular el plasma dentro del tokamak, toro o dona y así se produce una corriente eléctrica, como en las turbinas. El proceso, de alta sofisticación, se basa en principios descubiertos por el inglés Michael Faraday en el primer tercio del siglo XIX: "En la actualidad, toda dínamo con su zumbido, todo motor eléctrico en su girar, canta un himno de alabanza en honor de aquel inglés genial, sosegado y laborioso", dice un prefacio al Diario de Faraday.
En proyectos como el suspendido por falta de unos dólares que ni para Carlos Slim serían muchos, el stellarator de Princeton, los campos magnéticos se hacen girar en espiral por medios mucho más extraños e inmensamente complicados, dice Cho. De esta forma se consigue que circule materia en el estado que se podía encontrar únicamente en el Sol. Los problemas de ingeniería surgidos fueron mucho más difíciles de resolver que lo pensado. Una vez resueltos, los investigadores ya habían construido las partes del NCSX y les faltaba armarlo. Pero eso exigió "mucha más maña que enchufar la clavija A en el enchufe B", dice Donald Rej, cabeza del proyecto, citado por Cho.
"Dado el problema de energía que tenemos, no tiene ningún sentido cerrar proyectos como éste", dice Miklos Porkolab, del famoso MIT en Cambridge, quien señala que en la carrera para obtener energía eléctrica por medio de fusión y no fisión están avanzadas también China y Corea del Sur, que han concluido sus propios experimentos, además de participar en el proyecto de Cadarache.
Aquí tenemos otra línea del frente por donde avanza la ciencia en la transformación de nuestra vida cotidiana. La producción de electricidad por fusión atómica está en pleno desarrollo y muy pronto se sumará al uso del viento, de la luz solar y otras novedosas fuentes de energía para un mundo voraz y multitudes que están saliendo de la pobreza y entrando al mundo del bienestar, que no existe sin electricidad.
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