Algas producen hidrógeno combustible
columna: «se descubrió que...»
Nuestros bien pagados diputados pueden seguirse peleando por los siglos de los siglos acerca de admitir la participación de quien desee invertir en explorar y explotar yacimientos de petróleo, en levantar las refinerías y plantas de petroquímica que urgen para el desarrollo de México, o continuar con el monopolio de gobierno y sindicato que nos obliga a enviar crudo a Texas para que allá lo refinen, en una planta de la que Pemex es copropietaria, y nos lo vendan como gasolinas.
En el mundo entero hay un solo país que no permite la inversión privada en energía, y es México. La permiten Cuba y China, hasta la estalinista Corea del Norte, pero no México. Como la asociación con capital privado está aquí prohibida, Pemex no pudo abrir una refinería con socios texanos sino en Texas, dando empleo a texanos y a indocumentados mexicanos. Ridículo. "En la Cámara de Diputados trabajamos por ti", dice el anuncio donde anuncian que ya no anuncian.
Mientras nuestros diputados se arrebatan la palabra con el fin de explicar cómo es que perderemos soberanía si los texanos abren refinerías en México, en vez de que Petróleos Mexicanos las abra en Texas, científicos del Departamento de Energía de Estados Unidos trabajan... y trabajan para producir el combustible renovable más abundante: hidrógeno. Los motores impulsados por hidrógeno ya se instalan en autos de exposición y participan en competencias.
Los métodos para producir hidrógeno son bien conocidos hace siglos, pero se investiga uno de los más eficaces: la fotosíntesis, el proceso por el que las plantas transforman la luz solar en productos químicos y energía. Una planta no es otra cosa que una mini fábrica de productos químicos, para horror de quienes dicen no consumir ningún químico. El combustible es la luz y el desecho es oxígeno, alguna vez un contaminante fatal que acabó con especies completas, con casi toda la vida sobre este planeta. Otras especies se adaptaron al oxígeno, entre ellas las que nos darían origen a los humanos.
Por medio de algas modificadas se puede conseguir hidrógeno, el combustible renovable y barato que no lanza al exterior otro desecho que agua. "Creemos que hay una ventaja fundamental en tratar de producir hidrógeno por fotosíntesis", dice el principal químico del proyecto, David Tiede. "Ya ahora se produce etanol a partir de maíz, pero es un proceso termodinámicamente mucho más ineficiente".
Algunas variedades de alga, una planta microscópica constituida por una sola célula, contienen la enzima llamada hidrogenasa, la cual produce pequeñas cantidades de hidrógeno. Tiede y su grupo se han propuesto sacar la parte de la enzima que produce el gas e insertarla en el equipo de la fotosíntesis. Se podría obtener así casi tanto hidrógeno como oxígeno.
La naturaleza ya lo hace, pero sólo de un cinco a diez por ciento. "Lo que nos gustaría lograr es sacar el catalizador fuera de la hidrogenasa y ponerlo en el mecanismo de la fotosíntesis. Tenemos la fortuna de contar con el profesor Thomas Rauchfuss como colaborador, experto en síntesis de hidrogenasa", señala Tiede. Y el buen Rauchfuss tiene la fortuna de no estar realizando sus investigaciones en México porque iría a dar con sus huesos a la cárcel, ya que los analfabetas funcionales que tenemos por diputados hicieron un delito de la manipulación genética.
La producción de combustibles por medio de algas tiene muchas y notables ventajas sobre la de etanol a partir de maíz. Entre ellas, que las algas se pueden cultivar en sistemas cerrados casi dondequiera, incluso desiertos o azoteas; que no entran en competencia, como ocurre con el maíz para etanol, por suelos fértiles; que son más sencillas de cosechar porque no tienen raíces ni frutos y crecen dispersas en agua. Así como se pone un recipiente para producir yogurt con búlgaros en la cocina, se tendrá otro en el sótano o la azotea para producir el hidrógeno que llene el tanque del auto. Como un tanque estacionario más.
El problema de México es mayor porque nuestro pan, la tortilla, entra en directa competencia con la producción de biocombustibles. Se planta maíz para tortillas o para etanol, el mercado se nos pervierte, los engaños prosperan, la corrupción se filtra. "Hay un problema ahora que tenemos cosechas de biocombustibles en competencia con cosechas de alimentos porque unas y otras emplean el mismo espacio", dice Tiede. Las algas proveen una alternativa puesto que pueden cultivarse en fotobiorreactores análogos a fermentadores microbianos que puede usted poner en cualquier lado".
Como siguiente paso, el equipo del Departamento de Energía busca la forma de acoplar la enzima productora de hidrógeno al mecanismo de la fotosíntesis. Y como siguiente paso, el Congreso mexicano prohibirá que eso se haga en México. Contacto: Brock Cooper.
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