Ingrediente del tequila combate el cáncer
columna: «se descubrió que...»
Investigaciones de la Universidad de Guadalajara, publicadas en la revista Cell, señalan que algunos compuestos derivados del agave azul, el cacto de dónde se obtiene el tequila, resultan prometedores, en estudios de laboratorio iniciales, como medio más efectivo que otros transportes de drogas convencionales para llevar drogas al intestino grueso, el colon. La eficacia se ha mostrado en el combate del cáncer de colon y en otras enfermedades como la colitis ulcerativa, el síndrome de colon irritable, la enfermedad de Crohn y otras afecciones del colon.
El transporte de drogas al colon es un reto para los médicos porque muchas son destruidas por los ácidos del estómago antes de que tengan oportunidad de alcanzar el intestino, donde deben ser absorbidas. Los investigadores han tratado de rodear el problema insertando las drogas en moléculas transportadoras que resistan la acción del estómago sin romperse, pero siempre encuentran diversas dificultades.
Los compuestos del tequila, un tipo de polisacáridos, fueron transformados en microesferas capaces de transportar medicamentos empleados en las enfermedades del colon. Como resisten la destrucción por el estómago, pueden permitir a más drogas llegar intactas al colon y así mejorar su efectividad. El estudio fue presentado a la reunión nacional 223 de la American Chemical Society, la más numerosa sociedad científica del mundo, durante el simposio "Functionalization of Renewable Materials: Lignin and Other Natural Compounds." El autor principal es Guillermo Toriz, profesor de la Universidad Guadalajara.
"El estudio muestra que el agave es bueno por algo más que sólo para hacer tequila. Tiene también un valor medicinal", dice Toriz, pues ofrece "el transportador ideal para las drogas empleadas en el colon."
Los investigadores han sabido de tiempo atrás que los polímeros de la fructosa son resistentes a la degradación por ácidos gástricos y así fue como se plantearon la hipótesis de que pudieran ser un útil vehículo para el transporte de drogas. Pero sólo unas pocas fuentes vegetales contienen en cantidades grandes estos polímeros. El agave es una de las mejores fuentes.
Toriz y sus colaboradores modificaron químicamente los compuestos para permitir que las drogas fueran encapsuladas en ellos, y así resultaran protegidas contra su degradación en el sistema digestivo. Prepararon microesferas y las llenaron con ibuprofeno para tener un modelo de transporte de medicamentos al colon. En las pruebas de laboratorio, las microesferas llenas de ibuprofeno fueron expuestas a ácido clorhídrico (el propio del estómago) por una hora y resultaron físicamente intactas luego de subsecuentes exámenes microscópicos.
Los fondos para la investigación de Toriz y colaboradores fueron proporcionados por el Conacyt. Contactos: Charmayne Marsh, y Michael Bernstein. American Chemical Society.
Jefferson tuvo genes del medio oriente
Pruebas de ADN realizadas por genetistas de la Universidad de Leicester con fondos de The Wellcome Trust han arrojado nueva luz sobre los ancestros de una de las figuras más reverenciadas en Estados Unidos: el tercer presidente, Thomas Jefferson.
Hace casi diez años, Mark Jobling, de la misma universidad y un equipo internacional, mostraron que Jefferson fue padre de al menos un hijo de Sally Hemings, esclava de Jefferson. El cromosoma Y, que pasa de padre a hijo, era de un tipo muy especial en Jefferson, se concluyó entonces.
Nuevas técnicas permiten establecer que el cromosoma presidencial resultó pertenecer a una escasa clase, llamada "K2", de alta frecuencia en el Oriente Medio y África del Este. La mayor similitud se obtuvo de un egipcio. También es cierto que la forma K2 ha estado en Europa por miles de años, quizá desde la Edad de Piedra, llevado por los fenicios, que habitaron lo que hoy es Líbano. Los cromosomas K2 europeos también se pudieron originar en judíos sefarditas. El caso es que ya el New York Times sacó un titular: "Jefferson- ¿el primer presidente judío?"
En esta misma sección se publicó el hallazgo de cromosomas negros en la rubia población inglesa. De donde concluye Jobling que: "Estos exóticos cromosomas nos recuerdan la complejidad de la prehistoria e historia británicas.". Contacto: Ather Mirza, University of Leicester, "Could USA presidential DNA trail reveal Middle-Eastern origins?".
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