Placer y dolor tienen mensajero común
columna: «se descubrió que...»
Los transmisores químicos cerebrales que indican placer, también se producen como respuesta al dolor. Esta novedad puede explicar por qué algunas personas son más vulnerables al abuso de drogas cuando se encuentran bajo estrés o dolor crónico.
Un neurotransmisor (mensajero químico entre la terminal de una neurona y los receptores de otra), la dopamina, es considerado el "mensajero químico del placer", pues envía señales que recompensan por alguna actividad. Cocaína y heroína amplifican el efecto y así conducen a la adicción.
Pero un nuevo estudio, realizado en la Universidad de Michigan en Ann Arbor, da un nuevo giro: el sistema de la dopamina también se activa cuando una persona experimenta dolor. Como podrían haber predicho Sade y Masoch. El estudio se publicó en el Journal of Neuroscience. "De nuestro estudio resulta que la dopamina actúa como una interfase entre dolor, estrés y emociones o entre hechos físicos y emocionales, y se activa tanto con estímulos positivos, como negativos", dice el autor principal Jon-Kar Zubieta.
La dopamina se produce en áreas, los ganglios basales del cerebro, que responden a estímulos positivos, como la comida o el sexo. La noticia es que también a mayor inquietud y temor a causa del dolor, más dopamina se libera en el nucleus accumbens: la región implicada en la drogadicción.
De manera similar, la liberación de dopamina en otras dos áreas de los ganglios basales, el putamen y el núcleo caudado, estuvo fuertemente correlacionada con el dolor. Los autores concluyen que en esa regiones cerebrales la dopamina está involucrada en la evaluación del dolor mismo, mientras en el área ventral se relaciona con la experiencia emocional del dolor.
Para medir el nivel de actividad de la dopamina, los investigadores emplearon tomografía por emisión de positrones, o PET, con la que obtuvieron el porcentaje de receptores activados de ese transmisor. Combinando resonancia magnética (MRI) y PET hallaron las áreas exactas de actividad de dopamina. Se encontraron también diferencias individuales en cuanto a la respuesta a la dopamina y la respuesta emocional al dolor. Este tipo de variación podría explicar la que hay entre los individuos cuando se exponen a drogas adictivas: algunos se vuelven adictos, otros no.
Ahora, el equipo examina los factores hormonales y genéticos que podrían ser diferentes entre personas cuyos sistemas de dopamina responden de forma diferente al dolor. Acaban de recibir fondos del National Institute of Drug Abuse.
Contacto: Kara Gavin, University of Michigan Health System.
El sexo influye al procesar palabras
Niños y niñas usan diferentes partes de sus cerebros al procesar algunos aspectos básicos de la gramática. Al cometer errores, como el de decir "Ayer sostení el conejito", las niñas usan principalmente un sistema para memorizar palabras y las asociaciones entre ellas, mientras los niños confían más en un sistema que gobierna las reglas del lenguaje.
"El sexo ha sido virtualmente ignorado en los estudios sobre aprendizaje, representación, procesamiento y bases neurales del lenguaje. Este estudio muestra que las diferencias entre sexos pueden ser un importante factor en estos procesos cognitivos", dice el autor principal del estudio de la Universidad Georgetown, Michael Ullman. Fue publicado en Developmental Science.
Es conocido que las mujeres tienden a superar a los hombres en las tareas de memoria verbal, como recordar una lista de palabras. El estudio de Georgetown se plantea si las niñas podrían ser mejores que los niños en recordar tiempos verbales irregulares, como "sostuve". Sorpresivamente, no fue así. Las niñas emplearon más las formas regulares cuando estaban ante un verbo irregular. Esto ocurre, sostiene el equipo, porque emplean un tipo de memoria que no es sólo una lista de palabras, sino otro, en el que subyacen patrones comunes entre las palabras, llamado memoria declarativa. "En este caso, las niñas habían memorizado los pasados regulares", dice Ullman.
"Sostení" se forma por el modelo "sometí", "cometí", palabras que riman y tienen patrones generales, en vez de la forma correcta, e irregular, "sostuve". Por el contrario, los niños no sobre-regularizaron verbos porque no emplearon su memoria declarativa. Las mujeres adultas tienden a usar su memoria declarativa más que los hombres adultos, afirma Ullman. "Aunque ambos sexos parecen estar haciendo lo mismo, y haciéndolo igualmente bien, están empleando dos diferentes procesos cerebrales neurocognitivos. Un hallazgo que es definitivamente muy emocionante".
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