La razón anula respuestas automáticas

publicado el 03 de septiembre de 2006 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

La conducta racional emana de la habilidad para anular respuestas emocionales automáticas, más que de una ausencia de emoción, según reciente investigación del University College de Londres (UCL). La conducta irracional surge como consecuencia de reacciones emocionales provocadas al encarar decisiones difíciles, y que pasan a la acción sin filtro.

Por mucho tiempo se ha asumido que la gente actúa de forma enteramente racional al tomar decisiones (de ahí que siempre tendamos a analizar los actos de un opositor como premeditados, razonados, con lo cual le atribuimos una inteligencia superior a la nuestra: el opositor nunca comete tonterías, lo que hace siempre es parte de un plan...). Sin embargo, se reconoce crecientemente que los humanos actúan con frecuencia de forma irracional (o comienzan a reconocerlo quienes jamás han leído a Freud, como los autores de esta nota en Science). Por ejemplo, dicen, la forma en que se presente una pregunta afecta fuertemente la respuesta, así vemos que una operación que se anuncie con 40 por ciento de probabilidad de éxito resulta más atractiva que la misma cuando se dice que tiene un 60 por ciento de oportunidades de fracasar. En pocas palabras: no es lo mismo decir que un vaso está medio lleno que describirlo medio vacío. Para la lógica es lo mismo, para el sentimiento no. Y las implicaciones son importantes para las teorías económicas.

En el estudio publicado en Science, los investigadores efectuaron un experimento con juegos de azar para establecer las bases cognitivas de la toma de decisiones racional. La finalidad consistía en acumular tanto dinero como fuera posible. Se dio a los participantes 50 libras al principio de cada jugada. Luego se les pidió elegir entre una opción segura o una azarosa, en la que podrían ganar todo o perder todo: opción de todo o nada. Los sujetos enfrentaron estas elecciones bajo dos marcos donde se decía lo mismo de manera distinta: en uno podían ganar 20 libras de las 50, en el otro podían perder 30.

Parece un engaño torpe, y no lo es porque el estudio encontró que los participantes estuvieron más dispuestos a aventurarse bajo la amenaza de perder 30 libras que con la oferta de ganar 20. Lo que en aritmética es lo mismo, en el juego no lo fue. Además, hubo una notoria diferencia en la conducta de los participantes. Algunas personas, con un acercamiento más racional al juego, emplearon de manera igualitaria y consistente ambos marcos, mientras otras mostraron una verdadera aversión al riesgo y otras más se solazaron en la conducta de alto riesgo.

Las imágenes cerebrales revelaron que la amígdala, una región que controla nuestras emociones y media en la reacción de "lucha o huye", apuntaló este sesgo en el proceso de tomar decisiones. Aún más, el estudio reveló que gente de conducta más racional tuvo mayor actividad del cerebro en la corteza prefrontal, región involucrada en procesos ejecutivos de más alto orden, lo que sugiere que sus cerebros son más capaces de incorporar sus emociones en procesos de razonamiento mejor balanceados.

Benedetto de Martino, del Instituto de Neurología en el UCL, dice: "Es bien sabido que las elecciones humanas se afectan por la forma en que una pregunta se expresa. Por ejemplo, decir que una operación conlleva una tasa de sobrevivencia del 20 por ciento puede disparar una respuesta diferente comparada con decir que tiene un 80 por ciento de posibilidad de morir en ella, aun cuando ambos casos ofrecen el mismo nivel de riesgo. Nuestro estudio provee evidencia neurobiológica de que un sistema emocional con base en la amígdala apuntala este sesgo de las decisiones humanas. Más aún, encontramos que la gente es racional, o irracional, en grados ampliamente diferentes. Resulta interesante cómo la amígdala se activó en todos los participantes, sin importar si se comportaban racional o irracionalmente, lo cual sugiere que cada persona experimenta una reacción emocional cuando confronta ciertas elecciones. Sin embargo, descubrimos que individuos más racionales tuvieron una mayor activación de la corteza órbito-frontal (una región de la corteza prefrontal), lo cual sugiere que los individuos racionales son capaces de un mejor manejo de sus respuestas emocionales o quizá las anulan".

Contacto: Jenny Gimpel, "Irrational decisions driven by emotions".

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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