Una vez varón, siempre varón
columna: «se descubrió que...»
En el debate sobre si la naturaleza o la educación tienen mayor dominio en la orientación sexual, el balance ha girado en años recientes hacia los genes y el medio uterino. [En inglés, el debate tiene un nombre más divertido: nature or nurture]. Ahora esa noción ha sido conmocionada por un inusual estudio de niños nacidos con genitales malformados. Cambiar el género de un recién nacido por medio de cirugía, terapia hormonal y crianza no cambia el género con el cual la persona se identifica en última instancia.
Un extraño defecto de nacimiento, llamado exestrofia (o extrofia) cloacal, voltea literalmente a su víctima dentro afuera, y la deja con genitales incompletos. Nadie conoce qué causa esa malformación, pero los bebés nacen con sus vejigas e intestinos colgándoles por fuera de la cavidad abdominal. Ataca a los niños con frecuencia tres veces mayor que a las niñas, y los niños nacen con penes diminutos. Los cirujanos pueden meter los órganos, pero la reconstrucción del pene es mucho más difícil. En vez de hacerla, muchos cirujanos tiran el pene miniatura, prescriben estrógeno y advierten a los padres que críen al bebé con todos los aparejos de la feminidad.
Para determinar el resultado del reasignamiento de género, William Reiner y John Gearhart, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, siguió los casos de 14 niños con extrofia cloacal. Todos los niños, vistos a edades entre los 5 y 16 años, habían pasado por reasignación de género, como niñas, al nacer. Ocho de esos niños [hechos y educados como niñas] se identificaban a sí mismo como varones y tenían actitudes e intereses masculinos. Por ejemplo, preferían el futbol y el hockey en hielo a las muñecas. Cuatro de esos ocho, habían proclamado espontáneamente su masculinidad durante la infancia, aun cuando no sabían que habían nacido varones. Tres de los 14 realmente no pensaban de sí mismos como niños ni como niñas, y otros cinco vivían como niñas, según reportan Reiner y Gearhart en The New England Journal of Medicine del 22 de enero de 2004. Gearhart señala que los cinco que permanecieron hembras estaban apenas entrando en la adolescencia, así pues, podía ser muy apresurado decir que permanecerían mujeres en su adultez.
Aun si así fuera, es "de enorme importancia" que los cirujanos no les reasignen otro género para evitar a los niños traumas emocionales innecesarios.
El trabajo es "otro clavo en el ataúd" de la idea según la cual la identidad está determinada por el medio en el cual crecen los niños, dice el endocrinólogo Daniel Federman, de la Harvard Medical School en Boston. Estos hallazgos apoyan el ahora común pensamiento [con centenares de miles de pruebas publicadas en todos los journals especializados], de que algunos aspectos de la identidad de género se establecen durante el desarrollo intrauterino.
Nota de Mary Beckman en ScienceNow del 22 de enero de 2004
Los niños tienen más problemas de lectura que las niñas Investigación de la Universidad de Warwick, Inglaterra, encuentra que los niños realmente sí tienen más dificultades de lectura que las niñas. El estudio acerca de incapacidades de lectura, publicado en el Journal of the American Medical Association, confirma que los niños son mucho más proclives a tener problemas que las niñas, y que no es simplemente porque sean más distraídos.
Cerca de un 15 por ciento de niños en preescolar con incapacidad de lectura y esta investigación sugieren que los niños tienen al menos dos veces más probabilidad de dislexia, un defecto del aprendizaje que involucra problemas de lectura. Estas pueden también deberse a mala vista, problemas de oído, problemas emocionales y desorden de déficit de atención/hiperactividad.
La investigación examinó cuatro estudios previos a gran escala respecto de lectura en niños. Esos estudios incluían 9 mil 799 niños de 7 a 15 años de edad, y en cada uno cerca del 50 por ciento eran varones. Un equipo de investigadores encontró que hay significativas diferencias de género en lectura. En cada estudio los niños tuvieron notablemente más posibilidad de mostrar dislexia que las niñas. A lo largo de todos los estudios, cerca de un 20 por ciento de los varones habían tenido dificultades de lectura, comparados con cerca de un 11 por ciento de las niñas. Esto implica que las incapacidades de lectura son genéticas. Los niños tienen más probabilidad de padecer dificultades en el desarrollo, y la dislexia es uno de ellos.
La investigación tiene amplias implicaciones para los educadores. Entre más pronto se identifiquen las dificultades de aprendizaje, mejor podrán escuelas y padres proveer tratamiento temprano a los afectados. El estudio sugiere que los programas educativos deberían dirigirse a detectar de forma temprana estas incapacidades de los niños varones.
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