Por qué las mujeres evitan carreras científicas
columna: «se descubrió que...»
El lugar común dice que a las mujeres se les impide seguir carreras como matemáticas o física y que se les "relega" a las ciencias sociales, las artes y la literatura. En esa afirmación tan políticamente correcta está implícito que ser matemático es superior a ser socióloga o doctora en letras inglesas. Lo cual es, para empezar, un poco raro: suena a reconocimiento acrítico de ciertos valores masculinos. Pero es, además, difícil de explicar en las condiciones sociales de hoy día: que una familia impida a una joven seguir una carrera universitaria, todavía ocurre. "Al fin que te mantendrá tu marido" es una frase que aún se oye, aunque es una especie en extinción. Pero una vez que la joven impone su voluntad y sigue estudios superiores: ¿quién la obliga a inscribirse en psicología, biología, medicina y le impide entrar a física o matemáticas? Nadie... salvo una circunstancia recién descubierta. "Las muchachas escurren el bulto a carreras de matemáticas, ciencia e ingeniería porque ven la ciencia como una ocupación solitaria, más que social", según estudio de la Universidad de Michigan en Ann Arbor.
La tarea, entonces, debe comenzar, por "criar niñas que tengan confianza en su habilidad para tener éxito en ciencia y matemáticas", afirma Jacquelynne Eccles, del Instituto para Investigación acerca de Mujeres y Género de esa Universidad.
"Mas, para incrementar el número de mujeres en ciencia, también necesitamos interesar más a las jóvenes en esos campos, y eso significa hacerlas conscientes de que la ciencia es una labor social que exige trabajar con personas colaboradoras".
En el estudio de Michigan, las jóvenes estuvieron más dispuestas que los muchachos a calificar con alto valor las ocupaciones que permitieran flexibilidad y no exigieran ausentarse de la familia. Las mujeres valoraron más el trabajar con otras personas. Los jóvenes tuvieron mayor tendencia a mostrar una mejor opinión de sus propias habilidades en matemáticas y ciencia, y en general de sus habilidades intelectuales. Tendieron a valorar más aquellos trabajos que les exigieran supervisar a otras personas.
"Para mejorar la confianza de las muchachas, necesitamos mostrarles que los científicos trabajan en equipos y resuelven problemas de forma colaborativa. Y que como resultado de su trabajo, los científicos están en posición única para ayudar a otras personas. Nosotros, como cultura, hacemos muy mal trabajo al explicar a nuestros niños lo que hacen los científicos. La juventud tiene una imagen de los científicos como viejos hombres excéntricos con pelo rebelde, fumando puros, sumergidos en sus pensamientos, solitarios. Básicamente, se piensa en Einstein. Necesitamos cambiar esa imagen y dar a nuestra juventud una visión más rica y matizada de lo que son los científicos, qué hacen y cómo trabajan".
Mm... Falta que Eccles nos diga por qué ella misma hace investigación de género y no de partículas subatómicas, y cómo hacemos para que este Año Internacional de la Física, por el centenario de la relatividad, no esté ligado a la imagen de un hombre que es, exactamente, lo que ninguna muchacha querría parecer. Es como eliminar del mundo el estereotipo del revolucionario con la cara y el gesto del Che Guevara. A ver... ¿cómo?
Computadora a base de "luz helada"
Científicos de Harvard han demostrado cómo pueden emplearse átomos ultra-helados para congelar y controlar luz. Esa luz formaría la unidad procesadora central de una computadora óptica. Las computadoras ópticas transportarían información diez veces más rápido que los aparatos electrónicos tradicionales. Esto rompería los límites intrínsecos de velocidad propios de la tecnología de silicón.
Esta nueva investigación podría ser un enorme avance en la búsqueda de crear computadoras súper-rápidas que usen luz en vez de electrones para procesar información. La profesora Lene Hau, quien encabeza la investigación citada, se volvió mundialmente famosa, con su grupo, por sus impresionantes trabajos con la luz. Ella sostiene que átomos ultra-fríos, conocidos como condensados Bose-Einstein (en los que una nube de átomos se comporta como uno solo), pueden emplearse para procesar información con luz. En la materia ordinaria, la información contenida en un pulso de luz se pierde. El trabajo de Hau en condensados Bose-Einstein prueba experimentalmente que atributos de la luz, como la amplitud y la fase, pueden ser preservados. Un instrumento así será algún día el CPU de una computadora óptica.
(En un condensado Bose-Einstein los átomos, a casi cero absoluto de temperatura, pierden su individualidad, se cuajan en un solo "superátomo". La predicción, hecha en 1924 por el hindú Satyendra Nath Bose y Albert Einstein, se llevó a cabo en 1995 por Cornell y Wieman).
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