¿Es la globalización un mito?
columna: «la calle»
Ricardo Becerra, del Partido de la Rosa, ha expuesto en La Crónica dos excelentes notas sobre sorpresivas críticas a la globalización, provenientes nada menos que del Banco Mundial, o sea Mr. Global Itself. Ahora el Economics and Social Research Council sostiene, en breve síntesis que "las estrategias y prácticas de las más grandes multinacionales del mundo exponen el mito de la globalización".
Becerra es un economista y esa indisciplina no se me da, así pues, me limito a ofrecer al lector la nota que con el título "El mito de la globalización" y el insospechado subtítulo arriba entre comillas, publicó el Consejo. Ésta es la traducción y, por lo que parece, va en el sentido de las reservas hechas públicas por el Banco Mundial.
Se cree ampliamente que mercados y firmas se están volviendo crecientemente globales. Sin embargo, una investigación realizada con fondos del Economics and Social Research Council y llevada a cabo por el profesor Alan Rugman de la Universidad de Indiana y el Templeton College de la Universidad de Oxford, revela que muy pocas de las 500 empresas multinacionales que dominan los negocios internacionales tienen una presencia global genuina.
En realidad, la enorme mayoría de estas multinacionales no están siguiendo una estrategia global, sino más bien enfocándose primordialmente a las ventas dentro de su "home region", ya sea ésta América del Norte, la Unión Europea o Japón. Y muchas de ellas luchan por mantener operaciones provechosas en el extranjero.
Para cada uno de los tres años pasados, el profesor Rugman ha construido el Templeton Global Performance Index, que clasifica por grados [qué lata es a veces el español: todo eso para "ranks"] las multinacionales líderes en el mundo de acuerdo a la rentabilidad de sus operaciones extranjeras en el año previo.
El índice muestra que algunas compañías e industrias tienen operaciones extranjeras muy rentables. Por ejemplo, cada año la industria farmacéutica ha alcanzado el tope de los rangos en desempeño global (has topped the global performance rankings by industry every year).
Pero en los tres años del estudio, la brecha entre las compañías con mejor y peor desempeño se ha ampliado notablemente, y hay ahora una inclinación hacia la "desglobalización" en vista del persistentemente pobre desempeño global.
Los datos de Fortune 500
El anuario Fortune 500, organiza en orden de importancia (features) las 500 más grandes empresas multinacionales medidas por sus ventas. Estas corporaciones dominan los negocios internacionales y dan cuenta de más del 90 por ciento del stock mundial en inversión directa extranjera y de cerca del 50 por ciento del comercio mundial. De ellas, 430 se basan en las regiones de la tríada medular: Estados Unidos, Unión Europea y Japón.
Pero, según la investigación del profesor Rugman, muy pocas de ellas tienen en realidad alguna presencia significativa en todas las tres partes de la tríada. De hecho, sólo un puñado, como Nestlé y Unilever, pueden realmente ser consideradas para calificar como empresas multinacionales "globales". Un subconjunto de las 500 , mayor en alguna forma, tienen una fuerte presencia en al menos alguna otra parte de la tríada en adición a su sector de origen, serían multinacionales birregionales.
La falta de evidencia acerca de un inevitable proceso de globalización en los negocios internacionales es particularmente severa en el sector de las ventas al menudeo, el cual hace casi 10 por ciento de las 500 multinacionales más grandes del mundo y que incluye Wal Mart, la corporación más grande del mundo en cuanto a ventas en 2002.
De los 49 menudistas vistos como "globales" en la lista de Fortune 500, 18 son exclusivamente domésticas, 24 están muy concentradas en su región de la tríada (con ventas intrarregionales), sólo cinco son birregionales, y sólo una es global: el menudista de bienes de lujo Christian Dior/LVMH.
Contactar a Alan Rugman o tener mayor información al teléfono de su oficina 001-812-855-5415.
Cursilería extrema
La cursilería verbal de un pintor nada cursi en su obra pictórica, el oaxaqueño radicado en Los Ángeles, California, Francisco Toledo, alcanzó su cúspide al llamar "sagrado" al centro de la ciudad de Oaxaca en uno de los actos de la cruzada que lo lleva a impedir allí la apertura de unas hamburguesas McDonald’s. El dicho centro, para empezar, es conocido por el modismo chilango "zócalo", primer acto imperialista del que deberían despojarlo quienes están dando la madre de todas las batallas contra McDonald’s. Y luego limpiarlo de cuanto negocio exista allí, todos y cada uno, pues ninguno es digno de abrir en un lugar definido como sagrado. ¿Por qué no hamburguesas McDonald’s y sí colchones Simmons, licuadoras Osterizer, coca-colas en las fondas y estanquillos?
Al parecer muchas personas no acaban de comprender lo que es un país de leyes y reglamentos. Poco importa si las hamburguesas son comida "chatarra" (que no lo son, o no tanto como las tortas de tamal), eso lo decide el cliente; tampoco importa si la marca es nacional o extranjera, ni mucho menos si el logotipo se encuentra por todo el mundo. Importa un asunto y uno solo: los reglamentos municipales. Si éstos permiten abrir allí negocios de comidas, abre cualquiera que cumpla con las normas. Si no, ninguno.
Pero declarar la sacralidad del "zócalo" oaxaqueño, que no han sabido defender ni del nombrecito achilangado, es no sólo una ridiculez, sino una muestra insoportable de soberbia en quien no tiene mandato alguno para declarar zonas sagradas. Para eso está el Instituto Nacional de Antropología e Historia, quien dictamina si un anuncio afea una fachada protegida por la ley y establece las normas para evitarlo. Así vemos en otras ciudades tan sagradas como Oaxaca y mucho más bellas, en Puebla, Guanajuato, Querétaro, Zacatecas y otras, que nuestro rico patrimonio se cuida; pero no impidiendo el comercio, sino exigiendo que los comerciantes cumplan todos por parejo las normas municipales en cuanto a respeto de los inmuebles que ocupan. Pero la primera en ser pareja debe ser la autoridad. Así de simple.
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