Un indefendible
columna: «la ciencia y la calle»
Oscar Espinosa Villarreal es indefendible. Por donde uno le busque no tiene punto de apoyo para alguna palanca ideológica que atice las emociones: es hombre, heterosexual, priista, rico y blanco. Cinco agravantes para los medios de comunicación y los grupos sociales activos. Porque es hombre no puede exclamar, como Rosario Robles, que es víctima de una conjura de quienes no soportan que una mujer tenga poder. Tampoco puede clamar que la homofobia se ceba en él. Menos todavía enlistarse entre los mártires del PRD, como, otra vez, Rosario; ni culpar a un malpagado defensor de oficio o encontrar un mecenas extranjero, pues de huichol nadie se la cree.
En cambio, por ser mujer y perredista, ha conseguido Rosario meter la basura debajo de la alfombra, al menos hasta hoy: pero su caso es infinitamente menos claro que el de Espinosa. Veamos:
- 1. A Espinosa se le acusa de no comprobar 420 millones. 1a. A Robles se la acusó de no comprobar siete mil millones y pico: 17 veces más.
- 2. Espinosa presentó un recibo, firmado por el entonces secretario de gobierno cardenista, Jesús González Schmall, que ampara la entrega de esa documentación faltante. El mismo funcionario perredista admitió que recibió los documentos y que es su firma la del recibo. El gobierno perredista "perdió" los comprobantes y no está acusado de negligencia. 2a. Robles no tiene un recibo semejante y, peor aún, se le han comprobado sus intentos por impedir la revisión de esa anomalía. Ha explicado que fueron errores, no desfalcos. Y debemos creer en su palabra porque es mujer. Quien la ponga en duda es misógino.
- 3. Espinosa no pide que creamos en su palabra, sino en un documento cuya validez nunca ha sido cuestionada... y sigue bajo proceso. 3a. Robles no está siendo procesada, se la exoneró sin explicación alguna a los ciudadanos: ¿En dónde aparecieron los siete mil millones? ¿En qué archivero estaban los comprobantes? O en todo caso, ¿quién inventó esa mentira contra la dama? Nada: la Procuraduría, por perredista, exoneró a la ex jefa de gobierno perredista: ¿fast track? Fastrackísimo!
¿Y el tren ligero?
No sólo tuvo Robles ese enorme desfalco: el "fobaproa de Rosario", sino un gasto en autopublicidad, nunca desmentido ni por ella, tres veces más alto al aprobado por la Asamblea Legislativa del DF. Por eso no tuvo para reparar cien metros de vía del tren ligero y la falta de reparación causó el célebre gran accidente con pérdida de vidas. La solución para las nuevas autoridades, también perredistas, no fue procesar a Robles, sino cancelar el tren ligero y arrestar a los hombres que conducían sobre la sección no reparada por una mujer que se gastó siete veces más en poner su foto en tarjetas telefónicas.
¿Y los costos casi cuadruplicados que pagó, sin licitación pública, por ser videograbada en todas sus correrías? Fue un hombre quien dijo que la compañía le había ofrecido hacerle un "cochinito" con los pagos excesivos para así abonar sus futuros proyectos. Y como era hombre, su testimonio fue de inmediato descalificado por la mujer: "viejo borracho" y final feliz.
Rosario Robles conjunta tres enormes ventajas, en cuanto a imagen se refiere: es mujer, no es rica y es de un partido que insiste en ser llamado de oposición aun cuando ya está en el poder. Ser oposición rinde beneficios indudables, y de allí no los bajan.
Indios y vaqueros
En la sierra huichola de Jalisco murió el periodista Philip True. Dos huicholes sospechosos del homicidio fueron procesados. Se mencionaron serias anomalías en el proceso y la opinión pública, siempre suspicaz cuando se trata de jueces (y con sobrados motivos), mantuvo reservas. Fueron liberados y muchos dimos la razón al juez. Pero en días posteriores ha quedado claro que el juez no consideró al menos tres asuntos esenciales del proceso contra los huicholes: a) la primera autopsia, que indicó estrangulamiento con un paliacate; b) el testimonio de la esposa de un inculpado, quien sostuvo que ella misma vio a su marido en el acto de estrangular a True, y c) las cinco distintas versiones de los inculpados y ahora exonerados.
Resulta curioso el júbilo con que se recibió la liberación de los huicholes y más curioso el olvido completo de los abundantes indicios de culpa, como si hubiera una certeza previa (o sea un prejuicio) acerca de su inocencia.
En cuanto a la saña con que está siendo descrito el muerto, no es curiosa sino terrible: un borracho matutino, para colmo gringo, a quien la mala vida condujo a la muerte. Algo parecido le ocurrió a Paco Stanley: el muerto acabó siendo expuesto por la Procuraduría perredista como una lacra social.
De ahí a decir que se llevó su merecido faltó un paso minúsculo que les dio vergüenza dar de forma explícita, pero lo insinuaron por todos los medios.
Así pues, a como van las cosas, no hay personaje más intocable que éste: mujer, lesbiana, perredista, pobre e india. Aléguenle y verán cómo les va.
Regalos municipales
El Ayuntamiento de Guadalajara regaló un jardín público al Arzobispado para que allí construya una iglesia. Los vecinos, que prefieren el jardín porque tienen dos templos cercanos, han centrado su descontento en asuntos ambientalistas. Pero, siendo tales aspectos dignos de toda consideración, lo grave es que los gobernantes crean que el puesto los capacita para regalar terrenos públicos a una institución con abundante dinero para comprar cuanto quiera.
Peor todavía: ninguna Iglesia no católica se ha visto beneficiada con regalos municipales. Al parecer no hay remedio: mientras no llegue al poder otra generación, educada en valores diversos, nuestros gobernantes —del PRI, PAN o PRD— seguirán pensando que el poder sirve para realizar sus antojos. El asunto permite hacer una pregunta: ¿puede un presidente municipal regalar el Teatro Degollado? Los argumentos abundan: hacerlo iglesia sería espiritualmente saludable y, de paso, tendría uso diario. ¿O no es mejor la santa misa, con su milagro de la conversión del vino en sangre de Cristo, que la frívola Traviata anual?
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