Autogobierno en prisión

publicado el 19 de febrero de 2016 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

¿Así que no sabían del autogobierno en el penal de Topo Chico? ¡Pero si Lecumberri era idéntico! Los estudiantes presos no sufrimos la opresión del comando, constituido por los peores delincuentes y a cargo de las normas internas, porque la autoridad, temerosa, nos aisló. Pero en Lecumberri había presos VIP en las crujías B, L y toda la I.

El comando de presos en cada crujía vendía piso: el detenido debía pagar por estar preso si quería dormir en una celda para cuatro y no con varias decenas de tumbados por el suelo. Dentro de Lecumberri había un vapor general al que nos llevaron a bañar cuando nos sacaron de la H, crujía de paso mientras se clasificaba el delito, y nos desocupaban la C.

También había una tienda Conasupo surtida como cualquier estanquillo: sardinas, pan, leche, aceite, huevos, jamón, jabones para el baño y para lavar ropa. La cárcel entregaba un uniforme al preso, pero no lo lavaba. Para eso había al fondo varios lavaderos. El jabón debía uno comprarlo. O no. Y no lavaba ropa ni se bañaba.

Pronto tuvimos nuestro propio estanquillo autorizado y lo tomó a cargo un miembro del Partido Comunista. Y como el penal no enviaba agua caliente, sino vapor, hicimos un baño de vapor tapando la ventana al baño general. Teníamos tantos televisores como deseáramos ya que el gobierno de Díaz Ordaz no nos trataba como luego trató Alejandro Encinas, del PRD, a Carlos Ahumada, el empresario extorsionado para darle contratos del GDF.

Teles, radios y guitarras. Raúl y yo pedimos una flauta dulce y llegaron doce, de soprano a barítono. Las parrillas eléctricas estaban prohibidas, pero nos las hacían en talleres con un ladrillo.

Una vez que salió el comando de los presos anteriores, nos reunimos en asamblea y elegimos, democráticamente, un comando. Quedó al frente Raúl Álvarez Garín. Pero eso ocurría nada más en las crujías de presos políticos: C, M y N. En las demás imperaba la ley de la selva: la pandilla que mataba para quedarse con el negocio de la extorsión a los presos y la venta de droga y putas. Y ¿no lo sabían?

Medalla BELISARIO DOMÍNGUEZ 2016 para Gonzalo Rivas Cámara, quemado vivo —con nobles fines— por los normalistas de Ayotzinapa: #GonzaloRivasParaBelisarioDominguez

Para cogobierno carcelario: Los días y los años, Planeta.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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