México-EU / Palestina-Israel
columna: «la calle»
Dos países: uno pobre y otro rico, fuerzas militares y económicas desproporcionadas. Sí. Pero, ¿cómo ocurrió eso? Tenemos el ejemplo más socorrido entre mexicanos: la pérdida de más de la mitad del territorio que ahora es de Estados Unidos.
En 1800, América del Norte la formaban Canadá y dos países más: en el sur uno enorme y rico: la Nueva España, México desde 1821. Unos 5 millones de km2. Dato vago porque las actuales California, Arizona, Nuevo México, Texas, Nevada, Utah, Colorado, no tenían límite norte preciso: colindaban con tierras de tribus nómadas que tampoco tenían un territorio delimitado.
Por pésima administración perdimos Centroamérica en 1824 y ni supimos. Luego Texas, que se independizó en 1836 por nuestro rechazo a la libertad religiosa y falta de incentivos para toda empresa. Perdimos todo el norte en la guerra que nos declaró EU y en 1848, con la bandera de EU ondeando sobre el Palacio Nacional, firmamos el tratado de Guadalupe Hidalgo.
Visto desde hoy es un acto gandaya del grandulón contra el menor. Pero en 1800 era al contrario. El país enorme, tanto como toda Europa, rico, era México. Los EU eran trece estados en la costa atlántica.
La diferencia no eran tamaño y riqueza natural, que favorecían a México y con mucho, sino la producción de riqueza. Estados Unidos había establecido una política de libertades, religiosas y de comercio, que atraía multitudes de trabajadores especializados y capitales. Para 1830, producía pianos porque tenía la experiencia, llegada gratis, de alemanes e italianos. También barcos y cañones que hicieron la diferencia en la guerra. México se guiaba por principios del cerril cura Morelos: Arrancaremos toda hierba que no haya sido plantada por el Señor. Lo hicimos y así nos ha ido.
Lo que hoy es Israel-Palestina fueron tierras del Imperio Otomano (turco) hasta 1918; así que los judíos, perseguidos por los zares y toda Europa, compraban arena al pachá turco de Jerusalén y plantaban olivos, naranjos y hortalizas. Crearon las granjas colectivas llamadas kibutzim, de tierras comunales y reparto socialista de la producción. Todavía en 1990 la cocina del kibutz ofrecía comidas a sus colonos sin más retribución que el trabajo. Ya hay precios.
La acusación constante contra Israel es que emplea su poderío militar, enorme, contra el pueblo palestino desvalido. Pero ambos pueblos comenzaron a existir en 1948 con la partición del territorio por la ONU. Israel aceptó, pero no los líderes palestinos que consideraban ese territorio una WAQF: tierra indivisible por haber sido tomada para el Profeta. Exigieron todo. Crearon la OLP: Organización para la Liberación de Palestina. Pidieron a los árabes de territorio israelí salir “por unos días, en lo que acabamos con todos los judíos y luego ya podrán volver a sus casas”. Este profundo error de cálculo en los líderes palestinos es el origen de los campos de refugiados en los que ya han nacido tres generaciones: iban por una semana, “semana que dura todavía”.
Israel tuvo ayuda de Estados Unidos y Palestina de la hoy extinta Unión Soviética, de Europa y árabes ricos en EU y el mundo. Pero Israel levantó un país democrático, de iguales derechos para mujeres y palestinos que no siguieron el mal consejo de sus líderes. Por eso el Congreso (Knéset) tiene diputados palestinos y es bilingüe, hebreo-árabe, con traducción simultánea.
Como EU, Israel ha producido ciencia y tecnología: la Universidad de Tel
Aviv y el Instituto Weizmann publican investigaciones de punta. Para sobrevivir, la ciencia le ha dado también armas. Y magníficas. Así que cuando desde territorios palestinos caen misiles contra ciudades de Israel y matan niños judíos en escuelas fronterizas con Gaza, es como el chihuahua que le ladra al gran danés. ¿Por qué, si nacieron el mismo año y con mejor herencia los palestinos, más tierras y muchos hermanos musulmanes? Respuesta: porque los palestinos fueron los primeros en rechazar la creación de Palestina: es mayor su odio a los judíos que el amor a su pueblo.
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