Crimen violento

publicado en la revista «Nexos»
# 435, marzo de 2014

 

El 1% de la población comete 63% de los crímenes violentos en Suecia, según reporte publicado por la Universidad de Gothenburg. El estudio se realizó en 2.5 millones de personas, entre las que un 4% había sido sentenciada por al menos un crimen con violencia. De ese porcentaje, una cuarta parte había reincidido tres o más veces. De ahí resulta ese número.

“Nuestros resultados muestran que un 4% de quienes reciben sentencias por tres o más crímenes violentos padecen desórdenes psicóticos, tales como esquizofrenia y trastorno bipolar. Los rasgos de psicosis son el doble entre los reincidentes, comparados con la población general; pero, a pesar de esto, constituyen una muy pequeña proporción de los reincidentes continuos”, dice Örjan Falk.

En Estados Unidos se emplea jerga del beisbol: “Tres strikes y quedas out”, se le pregunta al investigador su opinión al respecto. Reconoce que analizando los casos de quienes cometen tres o más crímenes violentos es una idea atractiva proteger a la sociedad encerrando a perpetuidad al delincuente, “pero podrían resultar consecuencias indeseables, como sería el escalamiento de la violencia grave y mayores motivos para amenazar y atacar testigos con el fin de evitar cadenas perpetuas. Y tenemos también el hecho de que buena parte de estos crímenes violentos se cometen dentro del sistema penal”.

Estaríamos ante casos de “sentencia previa” cuando un delito no amerite cadena perpetua, pero se alcance la sentencia porque se trata del tercero o cuarto, ninguno de los cuales amerita cadena perpetua, pero sí la suma.

Falk revisa el punto de vista moral y propone tratamientos psiquiátricos intensivos y alternativas a la cárcel, como son el monitoreo electrónico del criminal relapso: un geolocalizador que permita conocer su ubicación minuto a minuto. Pero Falk precisa que aboga, más bien, “por una mayor atención en niños y adolescentes que exhiban conducta violenta y estén en riesgo de volverse criminales reincidentes”.

Y en México, ¿quién tendría a su cargo detectar esos rasgos del niño o adolescente futuro criminal? En Oaxaca, Guerrero, Michoacán y estados cercanos serían maestros de la CNTE que sostienen que “el maestro, luchando, también está enseñando”. Los rasgos de criminal en potencia los premiarían con entusiasmo.

En 115 millones de mexicanos, ¿cuántos viven de cometer actos criminales? Si incluimos todas las formas de ilegalidad y no sólo el crimen con violencia física, tendremos mucho más del millón 150 mil que nos correspondería como el 1%: desde vender mercancía robada o de contrabando, manejar un taxi pirata, bloquear los pasillos del metro con mercancía (robada o no), “tomar” camiones repartidores y despojarlos para luego incendiarlos, bloquear carreteras en el campo y avenidas en las ciudades.

Pero tendríamos que desagregar: secuestro, homicidio, robo con violencia. Y tenemos el primer problema: en México no se reportan los delitos porque, esencialmente, pensamos que hacerlo no sirve para nada. Calculan organizaciones no gubernamentales que de diez secuestros se reportan ocho. Y es uno de los delitos más dolorosos y rechazados por toda la población.

Y no estamos mejorando: cada día hay más actos ilegales que van desde la destrucción e incendio de comercios como “actos de protesta social”, hasta la ocupación de amplios territorios por bandas del crimen organizado que se constituyen como única ley.

Combustible de agua y luz solar

Los motores de combustión interna que emplean hidrógeno en vez de gasolina ya han sido probados con éxito en las pistas de varias marcas de autos. El problema del hidrógeno está resuelto. Esto significa que pronto le daremos otros usos al petróleo una vez que los capitales, nacionales y extranjeros, perforen bajo el fondo del mar y en tierra extraigan petróleo absorbido entre arenas y que por eso no salta en chorro abundante.

El hidrógeno es el más sencillo de los elementos químicos: un solo protón y un electrón. Es también el más abundante en el universo: nubes de hidrógeno primordial, originado poco después del Big Bang que creó el universo, se comprimen por su propia fuerza gravitatoria y forman nuevas estrellas. El agua, abundante en nuestro planeta con más océanos que tierras, está compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. La ruptura de la molécula de agua en sus componentes, por medio de electricidad, se conoce desde 1800 y es tan sencilla que se hace en secundaria bajo la mirada del maestro de química. Porque emplea electricidad la llamamos electrólisis, aunque toda ruptura del agua en sus átomos se llama hidrólisis, del griego ydor=agua, lysis=ruptura: la molécula de agua se rompe y sus átomos pasan a formar parte de otro compuesto químico: lo vemos a diario en el óxido de hierro.

La electrólisis consume electricidad y así tenemos que para producir combustible necesitamos electricidad… que debe provenir de otra fuente. En ese callejón se atoró por decenios la sustitución de los combustibles fósiles. Se han encontrado diversas soluciones.

El mercado

El problema no es ya de tecnología, que las hay, sino de mercado porque nadie quiere llevar un tanque lleno de hidrógeno a presión ni cargarlo en estaciones de servicio. La solución es cargar agua en el tanque y obtener de ella el hidrógeno. Eso exige un catalizador, un añadido que aumente la velocidad de la electrólisis. Y también se tiene, pero usa platino, el más caro de los metales.

Un equipo científico de la Universidad de Houston ha encontrado “un catalizador que puede generar con rapidez hidrógeno a partir de agua empleando luz solar”. La investigación se publicó en Nature Nanotechnology. No exige platino como catalizador, sino nanopartículas de óxido de cobalto. Jiming Bao, autor principal del artículo, dice que si bien “los experimentos con fotocatalizadores para dividir agua en sus componentes se han llevado a cabo desde los años setenta, es ésta la primera ocasión en que se emplea óxido de cobalto y agua bajo luz visible con una alta eficiencia en la conversión de energía sin co-catalizadores ni otras sustancias químicas”.

En el proyecto participan investigadores de la Universidad de Houston, la Sam Houston State University, la Academia China de Ciencias, la Texas State University, la Carl Zeiss LLC (Limited Liability Corporation=Corporación con Responsabilidad Limitada), y la Sichuan University. Hasta ahora no han sido acusadas de traición a la patria, ni en Estados Unidos ni en China, por intentar quebrar la boyante industria petrolera texana.

Para hablar de nanopartículas debemos revisar el sistema métrico: milímetro es milésima de metro, micro es milésima de milímetro, nano es milésima de micra. Si un metro lo estiramos mil kilómetros, su milímetro es un kilómetro, micra es un metro, nanómetro es un milímetro frente a mil kilómetros.

Los investigadores prepararon nanopartículas y las mezclaron al agua. Con luz blanca, similar a la del espectro solar, el agua se partió en hidrógeno y oxígeno casi al instante y produjo, como era de suponer, dos veces más hidrógeno que oxígeno, dijo Bao.

El experimento ofrece una fuente inagotable de energía limpia: el gas de su escape es oxígeno, renovable y segura de emplear, agua. Faltan detalles: la tasa de conversión de luz solar en energía puede pronto duplicarse, las nanopartículas tienen vida breve y son caras. Pero es uno de varios caminos en el mismo sentido: extraer hidrógeno del agua simple.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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