Bacterias, acupuntura y desigualdad
# 401, mayo de 2011
Bacterias para energía solar
Ante la guerra en Libia y las revueltas en países árabes, el petróleo muestra su aspecto más vulnerable: está en manos de sátrapas como los que gobiernan el norte de África, el Medio Oriente y Venezuela; los escapes de radiación en la central nuclear japonesa de Fukushima traen de nuevo a la palestra los temores racionales y los irracionales. Los aviones despegan y aterrizan por millares al día en el mundo entero sin percance alguno, pero un solo accidente fatal llena a los viajeros de un terror que no sienten cuando viajan en autos que tienen, al día, millares de accidentes. La probabilidad de sacarse el Melate es muy inferior a la de tener un accidente aéreo, pero compramos el boleto con mayor confianza y subimos al avión con temor. El carbón y el petróleo, además, colaboran a incrementar el calentamiento de la Tierra, la subida de los mares, la muerte de los osos polares…
En fin, lo real y lo fantaseado se unen para que miremos de nuevo hacia otras fuentes de energía. La mejor es la que nos provee el Sol, y el sistema de mayor eficacia para cosechar esa energía lo inventaron las plantas y se llama fotosíntesis. Nuestras celdas solares resultan de calidad muy inferior.
Investigadores de la Universidad de Washington y del Departamento de Energía en el Oak Ridge National Laboratory analizan la estructura de los clorosomas en las bacterias verdes que colectan energía, por fotosíntesis, con mayor eficiencia que las plantas y sobreviven en medios extremos.
Lo más asombroso de los clorosomas es su capacidad de colectar energía solar y dirigirla sin pérdida. Entender el funcionamiento de los clorosomas podrá resultar en celdas solares híbridas. Se busca resolver el problema de la energía viendo cómo lo hace la naturaleza.
Contacto: Morgan McCorkle, mccorkleml@ornl.gov
Acupuntura, beneficios y daños
Los beneficios de la acupuntura en el control de náusea en pacientes radiados para combatir un cáncer es igualmente efectiva, sea real o simulada. “Los efectos benéficos parecen no venir del método tradicional de acupuntura, sino probablemente de las expectativas del paciente”, dice Anna Enblom, fisioterapista e investigadora en el Instituto Karolinska, en Suecia.
Los resultados son claros: no se observaron diferencias en la mejoría de un grupo sometido al procedimiento clásico y otro simulado. A un grupo se le colocaban agujas reales en puntos señalados por los mapas tradicionales, a otro se le ponían agujas hechas para “telescopiarse”: una sección se mete en otra y parece entrar en la piel, pero sólo la toca.
Los resultados fueron los mismos.
Contacto: Katarina Sternudd, katarina.sternudd@ki.se
La acupuntura para control del dolor tampoco dio diferencias entre el método tradicional y un placebo, sostienen investigadores de las universidades Exeter y Plymouth en el Reino Unido y del Korea Institute of Oriental Medicine, en Corea del Sur. El reporte aparece en el journal PAIN. Concluyen que hay poca evidencia convincente de que la acupuntura sea efectiva para reducir el dolor, pero “sigue asociada a serios efectos adversos reportados”. Los mejores resultados estuvieron correlacionados con el entusiasmo del paciente o el estilo de comunicación del acupuntor.
La revisión de 256 artículos encontró, como resultados adversos, en primer lugar infecciones, trauma, pneumotórax (perforación del tórax), las infecciones fueron tanto bacterianas como virales. Cinco pacientes habían muerto luego del tratamiento.
Así que es falsa la creencia de que “si no me sirve, al menos daño no me hará”. Otro tanto se dice de la herbolaria y nomás pregunten a Sócrates por el tecito de cicuta.
Contacto: Christine Rullo, painmedia@elsevier.com
Preocupación creciente por la desigualdad
Se han realizado todo tipo de campañas, rumiado sistemas y diseñado métodos de enseñanza para acabar con la desigualdad entre muchachos y muchachas en lectura y matemáticas. Es muy desagradable que persistan: ellas siguen siendo mejores que ellos en lectura por más que los someten a clases especiales, ellos siguen siendo mejores en matemáticas por más que se proporcionan ayudas extra a las jóvenes.
La brecha continúa resistiendo los afanes democratizadores. Joseph Robinson y Sarah Lubienski buscaron el momento en que esa brecha comienza a abrirse. Revisando datos longitudinales nacionales, encontraron que niños y niñas comienzan en pie de igualdad en cuanto a habilidad matemática. “No hay tal brecha cuando están en el kínder”, señala Robinson. En la primaria las niñas comienzan a perder terreno y con el tiempo la brecha se amplía. En tercer grado es notoria.
Lo más interesante es lo que sigue: los investigadores descubrieron que los maestros sobrevaluaban los logros matemáticos de las niñas en relación a los de niños, y calificaban mejor a las niñas. “Nuestros resultados sugieren que hay todavía una brecha por sexo, pero no sólo en los logros, sino en las percepciones de los maestros”, dice Lubienski, “hasta cuando los niños superan a las niñas, los profesores piensan que las niñas están superando a los niños”. Esto puede ocurrir, sigue la investigadora, porque “se tiende a percibir a las niñas como buenas niñas en clase, y por eso los profesores asumen que entienden el material porque completan sus tareas y no causan problemas”.
La pregunta que no parecen plantearse los investigadores es por qué nos afanamos tanto en cerrar ese “gap”, esa brecha. Se me ocurre una sola respuesta: porque no debe existir y si existe es porque algo impide progresar a las niñas. Y que los niños sean peores en lectura no tiene importancia ya que es una brecha que favorece a las mujeres.
Esa pregunta lleva a otra: ¿por qué es tan importante destacar en matemáticas? Respuesta: porque una sociedad con hegemonía masculina dicta que lo que ellos hacen es mejor. Como son buenos en matemáticas y malos en lectura, las matemáticas son superiores a la lectura: un perfecto círculo vicioso que provoca malestar en las niñas, malestar socialmente inducido, creado por la ideología dominante y la exigencia de igualdad.
Contacto: Joseph P. Robinson, jpr@illinois.edu
El artículo, “The Development of Gender Achievement Gaps in Mathematics and Reading During Elementary and Middle School: Examining Direct Cognitive Assessments and Teacher Ratings” está disponible online.
Primera relación sexual
“Tener relaciones sexuales por primera vez puede mejorar o empeorar la propia imagen, según si eres hombre o mujer”, de acuerdo con investigadores de la Penn State. En promedio, varones en edad universitaria se vuelven más satisfechos con su apariencia luego del primer intercurso sexual, mientras que las jóvenes de la misma edad se vuelven ligeramente menos satisfechas.
“No estamos hablando de niñas de 12 años, sino de jóvenes de 17 años o más cuando tienen su primera relación sexual… y la imagen de sí mismas se devalúa”, dice Eva Lefkowitz. Es algo muy sorprendente.
Contacto: Victoria Indivero, vmi1@psu.edu
Los jóvenes religiosos… engordan
Los jóvenes adultos que atienden con frecuencia actividades religiosas son 50% más propensos a volverse obesos en la madurez que los jóvenes adultos sin vínculos religiosos, según una investigación reciente de la Universidad Northwestern. “No sabemos por qué la participación religiosa frecuente se asocia con desarrollo de obesidad”, dice Matthew Feinstein. El estudio siguió la pista a dos mil 433 hombres y mujeres durante 18 años.
Contacto: Marla Paul, marla-paul@northwestern.edu
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