Si el ex presidente del PRI en el DF, el multimencionado Cuauhtémoc Gutiérrez, no fuera tan feo; si no usara cintos talla 3.1416m, no habría prendido como pólvora la acusación de que ofrecía puestos de trabajo a cambio del examen de admisión en relaciones sexuales con la solicitante. O si hubiera sido presidente del PRD en el DF, y no del PRI, veríamos la cara opuesta: sus hoy acusadores serían indignados defensores de su buen nombre y denunciarían el complot, sin olvidar el racismo de la denuncia.

De las muchas agraviadas, una presentó queja. Otras ni en su momento ni ya abierto el caso y en pleno escándalo. Ahora la denunciante del tráfico de personas (y cómplice), Priscila Martínez, se desdice en el programa de Ciro Gómez Leyva y afirma que recibió 30 mil pesos “en billetes de a 500” (MILENIO 09.05 y todos los diarios) por mentir. Pero es a ésta a quien no debe uno dar crédito.

Amigas feministas me enseñaron a cambiar el género en circunstancias en que se minusvalúa a una mujer, y así descubrir el machismo. Hagamos lo contrario para descubrir el hembrismo: digamos que una mujer es acusada de exigir favores sexuales para contratar hombres. El ejemplo es malo porque los hombres, tooodos, somos fáciles, y salvo José el adivino de sueños, no somos castos. Así que, sin promesa de puesto como asesor, un hombre no se niega. Menos aún si la mujer es Lydia Cacho, que no es, ni de lejos, el equivalente femenino del señor Gutiérrez. Para ejemplificar deberíamos tener una mujer, del PRD, cuya mollera bajara en línea oblicua hasta los hombros, como un piloncillo. No me viene a la mente ninguna, por feas que sean muchas.

Pero la “izquierda” que padecemos hace de sus fobias religión. Un hombre sin pruebas por parte de las ultrajadas, con la denunciante comprada por 30 mil pesos, soborno reconocido entre mocos y lágrimas de arrepentimiento, es culpable ante el tribunal de esta Santa Inquisición que atropella, cada que se le pega la gana, la presunción de inocencia que tanto abandera cuando le conviene.

Es capaz esa “izquierda” fóbica de asumir las posiciones del cardenal Rivera contra la planificación familiar con tal de poner un golpe a Rosario Robles: la mujer que dio a las mujeres, en el DF, el derecho al aborto de embarazos no deseados.

El entrenador de Las Chivas, Ricardo La Volpe, es culpable, sin presunción de inocencia, porque lo acusa una podóloga de haberle causado “los 10 segundos” más horribles de su vida… cuando le pidió, dice ella, que le diera masaje “más arriba” de los pies. La foto de la podóloga muestra que, sin ser una Cuauhtémoc Gutiérrez, tampoco está como para rogarle sexo. Y ese caso lo resuelve un bofetón, sin que lleguen a ser “los 10 segundos peores” de la vida de nadie. Que así se ahorre un contrato multimillonario el dueño del equipo, de apellido Vergara, puede ser grato regalo luego del mal desempeño de La Volpe como director técnico de Las Chivas. Es al menos una pista: “Sigue la huella del dinero”, es un principio de todo investigador. Como lo es “cherchez la femme”.

Tercos en no conceder la presunción de inocencia, los indignados encubren el hecho repulsivo, comprobable, al que deberían estar abocadas sus fuerzas y denuncias: el robo a la niñez cometido por casi 400 mil aviadores que cobran a la SEP como maestros y cuyo fraude asciende a 35 mil millones de pesos… ¡al año! Cantidad suficiente para construir, cada año, 35 universidades de a mil millones o 3,500 primarias de muy buenos 10 millones de pesos cada escuela, con aulas, excusados, agua y electricidad. 3 mil 500 primarias cada año: eso le roba la CNTE a los niños que estudian en aulas con piso de tierra y sin letrinas ni agua.

Pero es la CNTE: maestros en lucha diaria, y no dicen “esta indignación es mía” porque temen las furias apocalípticas del dueño de Morena, urgido de millones para llegar a la Presidencia.

¿Y el asesinato de GONZALO RIVAS, quemado vivo por los normalistas que incendiaron a propósito la gasolinera donde trabajaba?

la talacha fue realizada por: eltemibledani