México es un país puñetero que se venera a sí mismo y se contempla el ombligo con éxtasis: no hay país con mayores obstáculos para obtener la ciudadanía, pero exigimos facilidades a EU; debíamos seguir como el único país del mundo que rechaza la inversión extranjera en exploración, extracción y refinación de petróleo, inversión que buscan con afán las comunistas Cuba y China, dio impulso a Brasil y ha hecho un fondo de pensiones para todos los noruegos. Pero “como México no hay dos”… Por suerte… Y como Honduras, tampoco.

Dice nota de Maricarmen Rello el 13.I en MILENIO Jalisco: “Lomas del Colli sigue siendo la misma colonia marginal, al pie del cerro [que le da nombre]: calles de terracería, casas hacinadas o a medio construir, donde pululan niños y gente en sus quehaceres que mira con recelo al extraño […] Diez niños fueron rescatados a punto de ser llevados por parejas de irlandeses, quienes ya los tenían en posesión…”.

A ver: diez niños fueron rescatados de esas calles de tierra y casas hacinadas entre las que pululan niños, de seguro semidesnudos y barrigones por lombrices. Las autoridades descubrieron “una red que enganchaba mujeres, engañándolas para que cedieran sus bebés en adopción…”. Hasta donde el diario informa, los cedían en adopción. El motivo es fácil de entender sin previa encuesta por una trabajadora social: son hijos no deseados, muchos con madre soltera y viven en un cerro donde, en lluvias anteriores, hubo un deslave que arrastró y sepultó esas casas hacinadas… con todo y niños. Las niñas serán putas y los niños, narcos, pero mexicanos.

El motivo de no adoptar por las vías legales es sencillo: los trámites en México son un laberinto porque la pareja debe comprobar un nivel de vida y unas virtudes cardinales que pocos padres verdaderos tienen. Pero, sobre todo, hay la convicción de que en ninguna parte del mundo estarán mejor esos niños que en México, poco importa si es en Lomas del Colli, “colonia marginal” con calles de lodo.

Los salvaron a punto de ser convertidos en irlandeses y vivir en uno de los países con mayor crecimiento económico de los últimos veinte años; a punto de tener padres irlandeses que “pagaron cantidades millonarias por la adopción”. Y los devolvieron a su mexicano cerro.

Sé, por panistas del más alto nivel, que el PAN tiene una red de militantes opuestos al aborto que visitan mujeres cuando se enteran de un proyecto de aborto y ofrecen ayuda económica hasta el parto natural. El bebé lo entregan de inmediato a una pareja que desea un hijo y no puede engendrarlo ni demostrar la solvencia y nivel intelectual de padres perfectos para niños con padres que ni siquiera los desean y les quemarán las manos cuando se portan mal, como se acaba de publicar también en MILENIO. Conozco al menos un caso y el resultado no pudo ser mejor.

¿Qué tenía de malo el IFE?

Pues nos la hicieron: los partidos políticos acabaron con la institución que había sido el orgullo de México: el IFE. Lo más asombroso fue que el PAN diera el primer golpe luego de que Felipe Calderón ganara la Presidencia por décimas porcentuales. Razones para derruir y reedificar el órgano electoral a cargo de los ciudadanos, no hay ninguna, no al menos que se pueda expresar en público sin sentir vergüenza, pero pretextos hay uno y uno solo: no dejaba contentos a todos los participantes. Misión imposible cuando una democracia no tiene lo que la sustenta: demócratas.

Es verdad que las instituciones, para ser sólidas y respetables, no pueden depender de las personas que las integran; pero también es cierto que existe un “estilo personal de gobernar”, como diría Cosío Villegas. El mejor momento del IFE es inseparable de la personalidad y las convicciones de José Woldenberg, pero la institución nos dio elecciones posteriores en manos de ciudadanos que contaron los votos.

Nada más en cambiar papelería se derrocharán millones de pesos de nuestros impuestos. Y en las próximas elecciones no quedará satisfecho ningún partido: los que pierdan, por eso, y los que ganen por… por el síndrome Calderón.

la talacha fue realizada por: eltemibledani