La crema de los tacos

publicado el 06 de mayo de 2013 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

Que no son narcomenudistas, sólo vándalos. Hum... pues comenzaron como defensores de defensores de narcomenudistas. A ese grito marcharon del Parque Hundido a la Rectoría de la UNAM, a la que entraron destrozando vidrios y atrincherándose contra la inminente “privatización de la educación”, proclama que viste mucho en todo mitin. Ante lo vergonzoso de la demanda con la que cerraron el ingreso a la Rectoría: reinscripción del Chómpiras y los cinco expulsados por defender con vandalismo a los narcomenudistas del CCH Naucalpan, los quince caperuzos de Rectoría sacaron el tema elegante de la reforma educativa. De la que nada saben. Cubrieron de crema un taco rancio e intragable.

El conflicto más reciente en el sistema CCH de la UNAM fue el intento de incendiar la dirección del CCH Naucalpan: cohetones, gasolina, golpes a trabajadores y maestros, una embarazada, trajo la expulsión de los, para no insultar, llamémoslos “proclives al incendio”. ¿Lo hacían por impulso del inconsciente, como roba el cleptómano e incendia el pirómano? No es asunto de psicología profunda ni de madres dominantes, sino de noticias: todos los diarios coincidieron, sin excepción de ideologías: era una protesta por la instalación de cámaras de vigilancia y revisión de mochilas al ingresar a la escuela. ¿Y eso? La dirección escolar está en contra de la libertad de comercio, o sea contra el neoliberalismo en salones de clase, y reprime a quienes ejercer su libertad de vender droga.

Aclaro: estoy por la libertad de que los adultos se metan en el cuerpo lo que quieran y por donde quieran. Acepto como único límite no perjudicar a otros, aunque se perjudique la salud propia. ¿No leemos a diario los graves daños del azúcar, la sal, la grasa, las harinas, los churrumáis y, recientemente, no me creerán, leí que los vegetales?

Así las cosas (gran muletilla), no es asunto nuestro si el vecino se mata de un pasón de coca, cola-cola o de la otra. Es tarea del Estado ofrecer alternativas para dejar su adicción y evitar daños a terceros: no puedes manejar en estado de ebriedad, pero nada prohíbe que te refines una botella de tequila antes del desayuno... allá cada quien.

Cierto, Gil Gamés: no debí llamar “coctel de buitres” a la mezcolanza de solidarios que, con la levadura de los días sin respuesta de las H. autoridades universitarias, se fue creando al pie de la torre de la Rectoría: tuve poca imaginación. ¿Cómo se llama al perol donde se ponen al fuego cinco tazas de narcomenudistas, dos de reprobados, una de solidarios ex huelguistas de la UACM (bazofia toda ella, oh sí, toda enterita desde su rector al último barrendero, estiércol ideológico, “cochinito” del Peje), una taza de recuerdos y otra de nostalgias del CGH 1, 2 y 3 y n?

Más ingredientes no llegados por falta de tiempo: media taza de miasmas de Martín Esparza y su SME, una de taxi-panteras, otra taza de ambulantes y demás productos de la cosecha Bejarano-Padierna-Martí leche Bety con excremento. El nombre apropiado era perol de brujas y no esa blandenguez (gran palabra): coctel de buitres. Mientras unos echaban los ingredientes entre danzas, chisporroteos y aullidos, ah... Lord of the Flies, el rector se encargaba de que el fuego no se apagara y daba vueltas al mejunje (sí, así se dice, mju) con un palo de escoba voladora.

Que ya el rector Narro había hecho las denuncias correspondientes y era obligación del MP proceder y se hacían guajes. Falso, o más bien, sofista: todos sabemos que hemos obligado a la autoridad a no proceder si no hay una petición directa y concreta: “Habla Narro: vengan ya y saquen de una pata a estos rufianes...”, además, rateros. Pero la tenía más fácil: darles todo, y todo es todo (con albur), empinado, hasta la revisión de los expulsados por incendiar la dirección de una escuela. Por cierto, ¿quién pagó el transporte CU-Bellas Artes en que llegaron a apalear policías el 1 de mayo, luego de salir, cargados de regalos, de la Rectoría? Lo dicho: Pasen todos a tomar atole...

¿Y qué tiene en esto Elena Poniatowska? Que es la embotelladora concesionaria exclusiva de estos sancochos de buena venta. Ya veremos libro nuevo: Doce noches en la Rectoría. De venta en Walmart, pero no en Soriana... ¡jamás!

¿Y el asesinato de Gonzalo Rivas, quemado vivo por los ayotzinapos que incendiaron a propósito la gasolinera donde trabajaba? No ha tenido su Poni-crónica.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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