La obediencia ciega es un mito

publicado el 02 de diciembre de 2012 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

Son famosos los estudios realizados en los años 60 y principios de los 70 por Stanley Milgram y Philip Zimbardo: demuestran una terrorífica obediencia a la autoridad por parte de gente buena y común. A la orden del investigador, muchos de los estudiantes administraron descargas con falsos voltajes señalados en un medidor como de niveles mortales.

Así se creyó entender la lealtad de guardias y ejecutores en campos de exterminio, la ceguera de los partidos comunistas ante los crímenes de Stalin y las masacres "necesarias" para la colectivización forzada y sus muertes por hambre. Los Juicios de Nüremberg establecieron que el subordinado sí es responsable de obedecer órdenes criminales, pero fueron 20 años anteriores a los experimentos de Milgram. ¿Se les había ahorcado injustamente?

"En ensayo publicado este 20 de noviembre en el journal PLOS Biology, los investigadores Alex Haslam, de la Universidad Queensland y Stephen Reicher, de la Universidad Saint Andrews, Australia, revisan las conclusiones de Milgram y Zimbardo, y explican cómo los actos horrendos no sólo involucran obediencia, sino también entusiasmo, lo cual es un reto a la creencia, largamente sostenida, según la cual los seres humanos están 'programados' para la conformidad".

La tiranía no resulta nada más del conformismo ciego a reglas y roles. "Más bien es un acto creativo de sumisión, que resulta de identificarse con autoridades que muestran como virtuosos actos depravados. Personas decentes pueden participar en actos horrendos no porque se vuelvan seres pasivos e idiotas que no saben lo que están haciendo, sino porque llegan a creer, bajo la influencia de quienes poseen autoridad, que están haciendo lo correcto", dice Haslam.

La gente que echó gasolina y quemó vivos a dos policías investigadores en Tláhuac, estuvo segura de hacer lo correcto con roba-chicos, si bien nadie había reportado un chico robado; los normalistas de Ayotzinapa pusieron fuego a una gasolinera porque es su derecho exigir empleo automático. La muerte de dos activistas debe ser investigada, la del trabajador Gonzalo Rivas, quemado con gasolina, ya ni se menciona.

Quienes ayer sábado en el DF se entregaron al frenesí de romper, quemar, golpear policías con vigas, lanzarles bombas de gasolina, piedras con resortera, lo hicieron bajo la influencia de una autoridad: López Obrador, que quizás no dio esas órdenes, pero sí el motivo con su machacón e improbado alegato acerca de una "imposición" lograda a base de dinero y tiempos en TV. Hace como si no recordara que él mismo tuvo, durante la campaña del 2006, una hora diaria regalada por TV Azteca, no contabilizada por el IFE en gastos de campaña.

Reicher añade que no ocurre que esta gente esté ciega ante el mal que perpetran, sino más bien que los guía el convencimiento de estar haciendo lo correcto. En el caso que ayer vimos por TV: romper todo lo rompible, lanzar vigas contra policías sólo resguardados por sus escudos e inmóviles ante la agresión fue un acto justiciero.

Las nuevas conclusiones de Haslam y Reicher son resultado de experimentos en prisión, como hizo Zimbardo hace más de 40 años. En 2002, el nuevo estudio produjo tres hallazgos: Primero, los participantes no se conformaban de forma automática a su rol asignado; segundo, sólo actuaron en términos de membresía de grupo en la medida en que se identificaran con ese grupo; y finalmente, identidad de grupo no significa que la gente acepte sin más su posición asignada, también la resistían.

"Aunque los hallazgos de Zimbardo y Milgram siguen siendo muy influyentes, Haslam arguye que esas conclusiones no se sostienen bien bajo escrutinio empírico cercano."

Reicher concluye que la tiranía no florece porque haya gente ignorante e inerme, florece porque hay gente convencida de que está haciendo algo valioso.

Esa convicción, lo vemos en México, es inmune a pruebas en contrario: hubo fraude en 2006 y hubo imposición en 2012. Es así y basta. En el primer caso, el fraude apenas logró dar unas décimas de ventaja; en este 2012 la diferencia del primer lugar con el segundo fue de 3 millones 300 mil votos.

Quemar, romper, destruir fachadas, destrozar bancos, hoteles, tiendas y simples cafeterías es algo valioso porque demuestra al mundo que el pueblo de México respondió a la imposición… Aunque no sean más de cien los representantes del pueblo y 20 millones los que votaron por Enrique Peña Nieto. "No será un día de campo", amenazaron. Ante la amenaza la autoridad respondió cercando con placas de acero de dos y medio metros de alto. El grito fue contra tal exceso.

Ayer sábado, el vandalismo demostró por qué eran necesarias. Y no era gente que actuara en obediencia ciega, como indican los estudios clásicos, sino con el entusiasmo que ven Haslam y Reicher.

Delinear: Como marear: mareo, mareas, marea; así delineo, delineas, delinea. Para que sonara delíneo debería llevar tilde y no lleva.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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