Primates no-humanos conocen el estado mental de otros
columna: «se descubrió que...»
Acaba de morir Chita, la de Tarzán, a la edad de 80 años. Hoy sabemos que los primates no-humanos tienen razonamiento, sin comillas, y sofisticado.
Los chimpancés, orangutanes, gorilas y los pequeños bonobos, como chimpancés reducidos, toman decisiones más sofisticadas de lo que siempre hemos pensado, dice la nota de Daniel Haun de este 21 de diciembre en PLoS ONE, journal en línea. Estos grandes monos, nuestros primos cercanos en la línea evolutiva, sopesan las oportunidades de éxito basándose en lo que previamente saben y en la verosimilitud de alcanzar éxito al imaginar la acción antes de emprenderla. "Estos hallazgos pueden darnos vislumbres también de la toma de decisiones humana".
El equipo, conducido por Daniel Haun, de los Institutos Max Planck, investigó la conducta de estos cuatro primates no-humanos. Se les presentó un trozo pequeño de plátano, siempre a su alcance en el mismo lugar, y otro más grande oculto bajo una o varias cubetas. Bajo las cubetas bien podía no haber nada y perdían tanto el trozo pequeño como el grande. Las elecciones de los monos se regularon por las posibilidades de tener o no éxito en la elección riesgosa (el trozo mayor oculto). Eligieron con más frecuencia el trozo pequeño y seguro conforme las oportunidades de adivinar correctamente fueron más bajas.
Los monos se arriesgaron a ir por el trozo grande, y quizá no obtener nada, en al menos el 50 por ciento de las ocasiones. Y tomaron la decisión riesgosa casi en el 100 por ciento de las pruebas cuando la diferencia en tamaño fue mayor. Chimpancés y orangutanes se arriesgaron en promedio más que los gorilas y bonobos. Y si las oportunidades de adivinar correctamente el lugar del trozo mayor se reducían, con más frecuencia apostaron a lo seguro y eligieron el trozo pequeño pero visible.
Haun concluye: "Nuestro estudio se añade a la evidencia creciente de que la vida mental de los grandes monos es mucho más sofisticada de lo con frecuencia supuesto".
Contacto: Daniel Haun. Max-Planck-Gesellschaft.
Chimpancés y su audiencia
Una regla básica para la comunicación efectiva consiste en determinar la audiencia a la que nos dirigimos. Bien: los chimpancés así lo hacen en su medio natural, según reporte del 29 de diciembre en Current Biology: "Es más probable que los chimpancés den señal de alarma acerca de la presencia de una víbora cuando otros miembros de su grupo están distraídos y no se percatan del peligro que se aproxima".
Muchos animales producen llamadas de alarma ante predadores y es más probable que lo hagan si están en peligro sus crías o sus parejas sexuales. La novedad del estudio entre chimpancés salvajes de Uganda es que la alarma varíe según el estado mental atribuido por el descubridor del peligro a los otros miembros del grupo: toma en consideración, para su alarma, si los supone ya alertas o no. "Reconocen el conocimiento o la ignorancia de los demás", dice Roman Wittig, del Instituto Max Planck. Ese rasgo se atribuye sólo a humanos. Tampoco en eso somos únicos.
Estos hallazgos sugieren que los chimpancés rastrean la información disponible para otros chimpancés y toman decisiones selectivas acerca del mensaje. "Los chimpancés en verdad parecen tomar en cuenta el estado mental de otros", dice Catherine Crockford de la Universidad St. Andrews, Gran Bretaña. "Es como sí los chimpancés en realidad entendieran que ellos saben algo que los demás no saben y entendieran que por una vocalización específica pueden proveer a los demás con esa información", dice Witting.
El equipo, que incluyó investigadores del Instituto Max Planck para Antropología Evolutiva, en Leipzig, Alemania, encontró evidencia de que las alarmas para indicar la presencia de un predador tomaban en cuenta la opinión que el chimp se formaba acerca de si el grupo ya estaba alerta o no lo estaba. Esto es: la alarma toma en cuenta la opinión que se forma el descubridor del peligro sobre el estado mental de los miembros de su grupo. Esto presupone habilidad para reconocer el conocimiento de otros individuos del grupo.
Estos hallazgos desafían la noción de que sólo los humanos reconocen la ignorancia de otros y actúan en consecuencia, dicen los investigadores. "Es en particular digno de atención en los debates acerca del rol de atribuir un estado mental en la evolución del lenguaje. Algunos científicos sostienen que dar información faltante es un momento crucial en la evolución del lenguaje: "¿Por qué informar a otros miembros del grupo si no es porque te das cuenta de que necesitan esa información?" , concluye Witting.
Es de gran importancia que los resultados se hayan obtenido en chimpancés salvajes, "que están haciendo simplemente lo que siempre hacen".
Contactos: Elisabeth (Lisa) Lyons. Cell Press. Roman M. Wittig. Max-Planck-Gesellschaft.
Maravillas y misterios de la física cuántica, Cal y Arena 2010.
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