Orión es cunero de estrellas
columna: «se descubrió que...»
En la lista de errores científicos cometidos por grandes escritores no es menor el de Jorge Ibargüengoitia que en Los pasos de López, su divertida versión de la rebelión fracasada de Miguel Hidalgo, a quien llama "Periñón", dice lo siguiente: "Como las campanadas del reloj del señor Borunda no alcanzaban a oírse en el barrio del Carmen, los mayordomos se guiaban por las estrellas. Cuando la cabeza de Orión se ocultaba tras el cerro del Tecolote, más o menos las cuatro de la mañana..." A la corregidora la llama Carmencita, y están preparando su fiesta. La virgen del Carmen tiene su día el 16 de julio. Los conjurados de Querétaro habían determinado octubre para el alzamiento que, descubierto, es adelantado por Periñón a la mañana del 16 de septiembre.
Pero resulta que la bellísima constelación de Orión en julio acompaña al sol. Hacia fines de septiembre la podemos ver los desvelados salir hacia las 4 o 5 de la madrugada; en noviembre surge al atardecer y para abril o para mayo va tan cerca del sol que sólo es visible cerca del horizonte poniente en cuanto se oculta el sol. Después sus estrellas quedan sumidas en el resplandor diurno y se meten y salen con el sol.
En estos días de diciembre, Orión está en el cielo la noche entera, acompañado por sus perros de cacería en los que Sirio, la estrella más brillante, destaca con luz azulosa. Hacia el centro de la constelación, abajo del cinturón formado por tres estrellas muy semejantes (llamadas las Tres Marías), por donde cuelga el espadín del gigante, podemos observar en noches muy claras una nubecilla: es la Nebulosa de Orión.
El telescopio espacial Hubble nos acaba de dar, a mediados de este mes, treinta imágenes de sistemas planetarios en estado de embrión. Estos discos de polvo, gas y piedras, llamados protoplanetarios, rodean estrellas recién nacidas y arrojan luz sobre la formación de planetas. El telescopio de la NASA y la Agencia Europea del Espacio, con su alta resolución y sensibilidad, permite fotografías muy detalladas de esos discos circumestelares.
La Nebulosa de Orión con la gracia de una acuarela, visible a simple vista en noches claras de otoño e invierno, es uno de los objetivos favoritos del telescopio Hubble y nos muestra cómo las estrellas recién nacidas emergen de esa mezcla de gas y polvo que son los discos protoplanetarios: el centro del disco giratorio se calienta y se vuelve una nueva estrella. Ocurre por acción de la gravedad: el hidrógeno gaseoso alcanza presiones extremas que rompen la ingeniería de sus átomos y los fusionan en átomos más pesados de helio. La fusión se transforma en reacción en cadena y nace una estrella en la que la fusión de átomos dará energía según la ecuación más famosa de la historia.
El material restante sigue girando en torno a la nueva estrella, de nuevo la gravitación pega el polvo en masas planetarias. Así es como los discos protoplanetarios se convierten en jóvenes sistemas solares con planetas en torno a la estrella. "Empleando la Advanced Camera for Surveys (ACS) del Hubble, los investigadores han descubierto cuarenta y dos discos protoplanetarios".
A sólo mil 500 años-luz de distancia, la nebulosa, también conocida como objeto Messier 42, es la más cercana región donde se estén formando estrellas. Su luminosidad, que la hizo reconocible desde la antigüedad, le viene de las estrellas con suficiente masa para calentar el gas a su alrededor y darle esas pinceladas de color que la hacen favorita de los contempladores de estrellas.
En torno a estrellas jóvenes o apenas en formación, los investigadores han identificado por ahora dos diferentes tipos de discos protoplanetarios: los cercanos y los alejados a la estrella más brillante del racimo. Las estrellas de una constelación se identifican con letras griegas de más a menos brillante, y el nombre en genitivo latino de la constelación: alfa, beta, gamma, delta, etc. Alfa Tauri es la más brillante de Tauro: la inmensa y roja Aldebarán, visible también por estos meses; Alfa Orionis, llamada Betelgeuze, es la más brillante de Orión y forma un hombro del gigante; Beta Orionis es Rigel, en el pie del lado opuesto; Gamma Orionis es Bellatrix, en el otro hombro. Y la estrella más brillante de la Nebulosa es Thita Orionis: la número ocho en brillo aparente.
Esa estrella calienta el gas de los discos cercanos y los hace visibles por su brillo. Los discos alejados se detectan como siluetas oscuras contra el fondo brillante de la Nebulosa. El estudio de esas siluetas permite a los astrónomos determinar las propiedades de los granos de polvo que podrían llegarse a unir y quizá formar planetas como el nuestro: planetas rocosos.
No verá los discos protoplanetarios, pero busque la constelación de Orión, por estas noches en lo más alto del cielo entre las 10 y las 12.
Contacto: Cody Mooneyhan.
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