Reversa en el IFE. Luego de que los mexicanos hicimos una autoridad electoral inamovible, intocable por los partidos políticos, éstos se dieron maña para echar abajo un esfuerzo de 20 años que nos había dado un árbitro confiable y creíble. Ningún árbitro puede dar gusto a todos los contendientes, de ahí que ni siquiera en algo tan poco importante para el rumbo del país, como es un encuentro de futbol, puedan los equipos cambiar a su antojo a la autoridad del juego.

Por motivos que apenas logro vislumbrar, el señor López Obrador ha conseguido, sin la Presidencia, todo cuanto pide. Hay una sola explicación: terror. Les produce pánico a los políticos de todos los colores la sola posibilidad de ser incluidos en la lista de los condenados al fuego eterno por el mesías de Macuspana. Ceden para ganarle una sonrisa, en la más pura tradición de lambisconería priista. Y les pinta un violín, una y otra vez coge lo que le ofrecen y no sólo jamás da las gracias, sino que se atribuye el mérito del vaso medio lleno y les carga el faltante, el vaso medio vacío, a los enemigos del pueblo, o sea a quienes no siguen sus órdenes a pie juntillas.

Vimos al PAN conceder, primero, la cabeza de los consejeros que condujeron una elección sin más reproches que los inventados por López: 1. Que había ganado, dijo ante su fans minutos después de que su propia encuestadora le informó que había perdido. 2. Que el fraude se había cometido en las computadoras, era cibernético. La UNAM respondió que se había contado a mano, en las casillas, con vigilancia de todos los partidos. 3. Que siempre no, que el fraude había sido "a la antigüita", corrigió después sin sonrojo. Y nunca pudo decir dónde y cómo, porque "a la antigüita", como lo hacía el PRI de donde él viene, consistía en robar urnas donde era posible y rellenarlas con votos fraudulentos donde no. El fraude se veía en que eran más los votos en la urna que el número de votantes. Eso no ocurrió en ninguna casilla. 4. Que faltaban tres millones de votos, dijo después. Y el presidente del IFE cometió su peor error: tardarse en responder que eran los votos de las actas separadas por tener algún reparo según cualquiera de los partidos: una mancha de aguacate o un guión en vez de un cero.

Total nada. Pero luego de inmolar al IFE completo en el altar de ese quisquilloso melindres, le regalaron la ley electoral: nunca más podremos mostrar, ni siquiera desde los tiempos oficiales de los partidos, a Bejarano llenando maletín y bolsillos con fajos de dólares, ni al secretario de Finanzas de López, Gustavo Ponce, jugando en Las Vegas como cliente VIP del más caro hotel para ricos nacos. Señalar el próximo vuelo de trapecio de Muñoz Ledo, si busca un cargo de elección popular, será contra la ley porque se prohíbe todo cuanto "denigre" a un candidato. Mostrar en medios electrónicos que Acapulco se hundió en la mugre, el descuido y el narcotráfico bajo la alcaldía del PRD y su más folclórico bufón, está penalizado por la ley.

Y no sólo políticos del PRD están blindados contra cuestionamientos ciudadanos, ahora ilegales. Tuvieron a bien cuidarse unos a otros las espaldas y más abajo: el priista Mario Marín podrá competir bajo la bandera de la igualdad de género, y si alguien le menciona su "encargo" de violar a una periodista encarcelada habrá infringido la puta ley que tantos defienden. Es que se estará denigrando, denostando y desdorando al gobernador Marín, llamado "mi góber precioso" por su cuate proxeneta. Repetir la grabación telefónica entre estas lacras es ahora un delito. Believe it Or Not!, diría Ripley.

Fox podrá competir por una diputación desde la que presidirá la Comisión de Salud Mental del Congreso, y será ilegal, castigado con multa y posible pérdida del registro, si un partido lanza un spot con el diagnóstico donde el Vaticano le concede el divorcio por haber celebrado matrimonio en el estado propio de las cabras. Decirlo en radio o tv, para evitar que gane una elección futura, es un crimen según la estrafalaria y grotesca ley electoral reformada que el PRD impulsó para dar gusto a López, quien se sintió ofendido porque le dijeran "peligro para México". Ley que firmaron todos.

Y apenas la firmaron, la comenzaron a infringir. Así es todo en este país de oropel y simulaciones, con la peor calidad de políticos entre las naciones que ocupan los primeros 20 lugares de la economía mundial.

la talacha fue realizada por: eltemibledani