Hay evidencia de VIH desde 1959
columna: «se descubrió que...»
Acaba de aparecer 25 años de sida en México. Logros, desaciertos y retos, magníficas 400 páginas tamaño carta en las que más de 30 expertos en sida, virus, epidemias e infecciones despliegan números, datos y reflexiones sustentadas en la investigación y la práctica clínica. Firman desde Guillermo Soberón, ex rector de la UNAM y presidente de la Comisión Nacional de Bioética, hasta el secretario de Salud, José Ángel Córdova.
"Tenemos evidencia molecular de la presencia de VIH-1 en lo que ahora es Zaire [Congo], al menos desde 1959", señalan en el capítulo primero: "La evolución del sida" Samuel Ponce de León, el investigador que inició los estudios para detectar VIH en México, y Antonio Lazcano Araujo, el más reconocido experto mexicano en origen de la vida, y magnífico divulgador de la evolución. La evidencia de VIH en 1959 se encontró al analizar, en 1997, mil 200 muestras de plasma sanguíneo casi olvidadas en un laboratorio.
Se preguntan por qué la pandemia del sida "alcanzó las dimensiones abrumadoras que observamos en nuestros días" y responden enlistando varios factores, entre ellos, y quizá el más importante, "la ausencia de manifestaciones características reconocibles de la infección inicial y el largo periodo de latencia del virus en el organismo". Una gonorrea o una sífilis se las descubría el infectado en pocos días por las manifestaciones externas. La infección por VIH no las tiene.
En 1983, el grupo dirigido por Luc Montagnier en el Instituto Pasteur de París descubrió en células de enfermos evidencias bioquímicas de transcriptasa reversa, la enzima de los retrovirus. Para 1985, ya se habían diagnosticado en México los primeros casos de mujeres "con historias de transfusiones sanguíneas como único factor de riesgo". A su vez, podían infectar durante el parto a sus recién nacidos: "En 2007 ocurrieron 91 casos de infección perinatal, de los que más de 80 pudieron haberse evitado si las madres hubieran conocido su condición de seropositivas y recibido tratamiento".
Con inversiones en el orden de los miles de millones de dólares en investigación médica comenzó el descubrimiento de antirretrovirales y luego la idea de combinarlos para evitar la resistencia del virus. "Hoy pocos jóvenes podrían saber de algún amigo o compañero que muera por sida. La eficacia de las terapias ha modificado el curso de la enfermedad", señalan Ponce de León y Lazcano Araujo.
Un diagnóstico hoy resulta incomparable de uno hace 15 años. Los siguientes puntos permiten "alimentar un optimismo mesurado":
- 1. El valor predictivo de las pruebas de diagnóstico es cercano a 100 por ciento.
- 2. Existen múltiples alternativas de tratamiento muy eficaces y de fácil cumplimiento [hay fármacos combinados en una sola toma].
- 3. Los medicamentos son accesibles sin costo de manera universal para aquellos que lo requieran [Seguro Popular, IMSS, etc.].
- 4. Se ha desarrollado un sistema nacional de atención clínica especializada.
- 5. Se conoce ahora el mejor momento para iniciar el tratamiento con antivirales.
- 6. La eficacia para evitar la transmisión de madres infectadas a los recién nacidos es mayor a 95 por ciento.
- 7. En México, el sida no es, en general, motivo de exclusión [aunque todos conocemos excepciones].
Como tantas veces ocurre, ahora el enemigo principal a vencer es la estupidez: con casos esporádicos de seropositivos que no han desarrollado sida, existe gente que niega la relación causa-efecto entre el VIH y el sida. Estos casos han sido estudiados con enorme interés. El de prostitutas africanas, el de un australiano, etcétera, donde la presencia del VIH no se ha manifestado, en años, como sida.
Algunos casos se pudieron explicar por una escasa mutación: personas cuyos linfocitos, las células preferidas por el VIH, poseen membranas sin los correceptores necesarios para fijar el virus. Ahora un estudio de la Johns Hopkins, publicado en el Journal of Virology, demuestra con estudios realizados en una pareja infectada, "por qué algunos infectados con VIH permanecen libres de síntomas por años y sin antirretrovirales". A estos escasos humanos se les llama "supresores de élite".
En esta pareja, residente de Baltimore, la mujer fue infectada por el marido hace más de diez años y permanece libre de síntomas. Su carga viral (virus por mililitro de sangre) es indetectable. En cambio, el marido ha debido tomar antirretrovirales para seguir sano.
"Es un caso extremadamente raro de co-infección en una relación controlada, monógama, que nos muestra cómo el sistema inmune fuerte de un supresor de élite evita la replicación del virus", dice el especialista Joel Blankson. El estudio de estos supresores ofrece claves para crear vacunas porque prueba que las células CD8 montan una eficaz respuesta inmune.
Más información: uno, dos, tres.
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