Las diferencias no nos gustan

publicado el 29 de abril de 2007 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

Llevamos un Robin Hood interno. Cuando tiene oportunidad, la gente sacrificará hasta algo de sus ganancias con tal de castigar al rico y ayudar al pobre. Es la conclusión de un equipo de la Universidad de California en Davis resumido por Dave Mosher para ScienceNOW. Pero nuestra promoción de la igualdad no siempre tiene motivos muy puros, aclara.

Durante un videojuego experimental se entregaron diversas cantidades de dinero (en "unidades monetarias") a los participantes, de tal suerte que unos fueron ricos y otros pobres. Durante cada vuelta del juego, los jugadores tuvieron oportunidad de gastar, de forma anónima, una "unidad monetaria" para aumentar o disminuir los ingresos de otro jugador en tres unidades.

Entonces surgió un patrón notable: los "ricos" comenzaron a ser atacados y los "pobres" a recibir una mano. Esto indica cómo la gente puede sacrificar su propio dinero para castigar al rico hasta sin obtener ventaja a cambio. Pero, contra lo que podría suponerse, no se trata de actos generosos surgidos por buen corazón, observa James Fowler, coautor del estudio. Una encuesta posterior reveló que cólera y molestia por las diferencias en ingreso fueron los principales impulsos tras de las decisiones de los jugadores. Entre más enojados estaban, más gastaron para reducir lo que otros pudieran ganar. "Nadie había aislado antes las emociones tras de las decisiones de castigo", dice Ernst Fehr, economista experimental de la Universidad de Zúrich. "Este trabajo ayuda a explicar por qué la gente se enoja tanto al descubrir que alguien obtiene 40 millones de dólares al año y ellos no". El estudio se publicó en Nature de este 12 de abril.

Que Slim amanezca más rico, no nos afecta en nuestros ingresos. Pero, ah... cómo enoja: pagaríamos para impedirlo. Así somos.

Los Mercedes Benz ajenos

Los motivos de agresión escolar (que pueden llegar hasta la masacre, según hemos visto en ocasión reciente y en otras) reciben inesperada luz del anterior estudio. Otro más indica que el estilo educativo de una escuela puede moderar o incrementar las tendencias agresivas de los adolescentes. Un estudio a gran escala realizado por la Universidad de Illinois encontró que mientras los rasgos personales y la interacción con los pares tienen el efecto más directo sobre la conducta agresiva, también el propio medio escolar influye en la agresión estudiantil. El estudio evaluó predictores individuales, familiares y escolares de agresión en 11 mil 662 estudiantes de escuela secundaria. Sus hallazgos aparecen en el número de marzo de la revista Youth & Society. Diana Yates firma la nota publicada en medios de la propia Universidad.

Informa que los investigadores emplearon un método estadístico que separa efectos producidos por el medio o por tendencias individuales y determina la importancia relativa de cada efecto. Los datos se compilaron a partir de encuestas realizadas en los grados sexto, séptimo y octavo, así como en escuelas diversas en lo racial, socioeconómico y geográfico.

En las encuestas se preguntó a los estudiantes cuántas veces en los anteriores seis meses habían sido desconsiderados, habían golpeado a otros o habían tenido peleas. Los estudiantes también reportaron cómo reaccionaron a hechos que los molestaron, ante sus experiencias diarias de problemas o riñas, y su percepción del apoyo social y emocional por parte de la familia y los profesores.

Otras preguntas midieron el sentido de pertenencia de los estudiantes a su escuela, su percepción de la justicia en cuanto a las políticas y acciones disciplinarias de la escuela, y la sensibilidad cultural (conocimiento de que existen otros valores culturales, aceptables o no). También se les pidió reportar si su escuela les ofrecía oportunidades para participar en la elaboración de las reglas internas o contribuir a moldear el medio escolar.

"La escuela tuvo un efecto relativamente modesto, pero de cualquier forma significante en la agresión estudiantil", dijo la coautora del estudio, Janet Reis. "Las dimensiones que resultaron importantes fueron el apoyo en la toma de decisiones, la inclusión de los estudiantes en formar la cultura escolar y, en general, proveer un medio participativo y más democrático".

Las estrategias de enseñanza que enfatizaron el conocimiento por encima de la memorización y el entrenamiento en sensibilidad cultural también parecieron reducir los índices de agresión en la escuela, añade Reis. Contacto: Diana Yates, Life Sciences Editor.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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