Dos nuevos medicamentos controlan el sida
columna: «se descubrió que...»
Dos nuevos medicamentos se unen al arsenal para el control del virus causante del sida: un inhibidor de la proteasa y un inhibidor de la fusina, enzimas indispensables para la replicación de virus. Son el Darunavir y el Fuzeon. Ya hay más de una veintena los medicamentos que, combinados, controlan el VIH, agente causal del sida descubierto en 1983 por Luc Montagnier en el Instituto Pasteur de París (hay microfotografías del VIH hasta en internet). Es difícil encontrar otro organismo más estudiado y más perfectamente cartografiado que el VIH, virus de la inmunodeficiencia humana, pues se le conoce molécula a molécula, aunque otra cosa es vencerlo.
Claro, en ocasiones resulta aún peor enemigo el raudal de ignorancia, estupidez, sensacionalismo amarillista y delitos contra la salud: mucha gente muere de cáncer curable por buscar ayuda en charlatanes, y otra —cansada de un tratamiento de por vida, caro y molesto— presta oído a las sirenas que aúllan por televisión medias verdades, mentiras completas, conclusiones erróneas y disparates de babiecas sin remedio para inducir al paciente a dejar el tratamiento del que pende su vida.
Ricardo Rocha y la Iglesia católica cometen el mismo tipo de delito contra la salud; pero es mucho más grave en Rocha, pues da voz a quienes afirman que el VIH no causa daño alguno; por tanto, ¿a qué estarse molestando por usar condones? La Iglesia, al menos, reconoce la existencia del sida, aunque receta abstinencia. Los programas de Rocha van más allá que las voces del púlpito: ningún cura pide a sus feligreses dejar sus tratamientos antiVIH.
Darunavir y Fuzeon permiten a los pacientes con infección por VIH alcanzar carga viral indetectable en su examen de sangre. Reducir el número de virus, o carga viral, hasta hacerlo indetectable a las finas pruebas desarrolladas recientemente, es la meta que se plantea un buen tratamiento médico porque, ante la reducción del virus mayor la certeza de que no aparezcan los síntomas del sida. Recordemos que una cosa es tener infección por VIH y otra tener sida. La infección puede prolongarse por años sin que el virus dañe el sistema inmunitario lo suficiente para cancelar la respuesta defensiva.
Los años que pasen entre la infección y la aparición de síntomas dependen mucho de la constitución del paciente y sus hábitos. Algunos duran más de 10 años sin síntomas, otros son inmunes al VIH porque, se sabe de pocos años a la fecha, sus linfocitos T, la célula preferida de la infección, carecen de los co-receptores necesarios para que el virus se acople al linfocito: una mutación que, en las condiciones científicas de siglos pasados, sin los conocimientos y medicinas actuales, habría seleccionado a la población portadora y en pocos años el resto, menos afortunado, habría muerto. Darwin simple.
El Comité Europeo para Productos Médicos de Uso Humano ha expresado una positiva opinión sobre el potente inhibidor de la proteasa, Darunavir, lo cual es buena noticia para los pacientes con resistencia a drogas. Los estudios muestran que el Darunavir, combinado con el inhibidor de la fusión Fuzeon, puede reducir hasta indetectable la carga viral: la nueva meta de todo tratamiento para evitar la aparición del sida.
Sin embargo, las guías dictadas por las principales asociaciones de salud, tales como el US Department of Health and Human Services, la International AIDS Society, el Ministerio Francés de Salud y la Asociación Británica VIH, han recomendado que alcanzar máxima supresión viral sería ahora también la meta con pacientes veteranos (que han pasado por diversos tratamientos).
Esta meta, mucho más ambiciosa para gente con VIH resistente a drogas, ha sido posible plantearla por la emergencia de nuevos medicamentos contra el VIH, como Fuzeon: combinado, controla la infección y por tanto no hay sida. Salvo la mejor opinión de brujos, cavernarios y merolicos de la medicina.
Aprobado por la FDA en marzo de 2003, el Fuzeon es el primero y único inhibidor de la fusión (impide que el material genético del virus se fusione al propio del linfocito y así consiga una fábrica de virus). El Darunavir, también conocido como TMC-114 y con nombre registrado Prezista, es efectivo contra virus que han desarrollado resistencia a otros inhibidores de la proteasa.
El término "protease inhibitor" ha sido por mucho tiempo mal traducido en el idioma español como "inhibidor de proteasa". La realidad es que no, no está hecho de proteasa, tal como la expresión parece indicar, sino que inhibe a la proteasa, la enzima encargada de la replicación del VIH. Contacto: Vicki Norgan.
Cartas de Antonio Lazcano Araujo y Luis González de Alba
Más aclaraciones sobre Science y la UNAM
Estimado José Luis [Palacio-Prieto]: Leí con cuidado el intercambio de cartas que tuviste en el periodico MILENIO Diario el día de hoy con Luis González de Alba. Me parece que, en efecto, Luis se refería en su artículo no a la cantidad de citas que han acumulado en Science los trabajos de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, sino al número total de trabajos que hemos publicado en dicha revista los investigadores de la UNAM. Sin embargo, los números que cita Luis en su texto de MILENIO Diario tampoco son los adecuados. Quien ha analizado esta situación con detalle es Antonio del Río Portilla (Centro de Investigación en Energía, UNAM, Temixco), en un texto que me permito adjuntar y que, hasta donde sé, se publicará en un futuro no muy lejano en la revista Ciencia, de la Academia Mexicana de Ciencias.
Como le hice ver a mi amigo Luis González de Alba en una conversación telefónica, el número de textos publicados en Science y en Nature es mucho mayor que la cantidad que él mencionó y, en efecto, el investigador mexicano que más ha publicado en estas dos revistas soy yo. Sin embargo, habría que ponderar esta afirmación, porque hay trabajos de Francisco Bolívar (Instituto de Biotecnología, UNAM) que se consideran clásicos por el número de citas que han recibido, y tanto Luis Felipe Rodríguez (Centro de Radioastronomía, UNAM) como Rafael Pérez Pascual (Instituto de Física, UNAM) han publicado trabajos en Nature que merecieron que se les dedicara, en su momento, la portada de dicha revista. Por otra parte, es importante hacer notar que, de acuerdo con la ISI Citation Database, en la lista de los científicos más citados en el mundo (entre los 250 más citados según su área) se incluyen sólo a tres mexicanos, a saber, Rafael Kelly (CICESE, Ensenada), Ravi P. Singh (CIMMYT, México) y el propio Luis F. Rodríguez.
Por último, creo que vale la pena recordar que existen contribuciones tan notables, que ya ni siquiera se cita el trabajo original. Ello ha ocurrido, por ejemplo, con la doble hélice de Watson y Crick, la expansión del universo de Hubble, el teoría de endosimbiosis de Margulis, y el experimento de Miller, por citar sólo algunos casos.
Cordialmente, Antonio Lazcano Araujo.
De Luis González de Alba
Finalmente me llegó la nota de Antonio Lazcano Araujo, vía MILENIO Diario, y aprovecho para aclarar cómo obtuve el número de investigaciones, hechas por científicos de la UNAM, publicadas en Science: Entro a Science y en una primera búsqueda aparecen, como dice Antonio, las referencias de todo tipo a la UNAM: son 228. Entonces voy a la parte inferior de la página de resultados, donde hay opciones para búsqueda más cerrada. Escojo la casilla "original research", con lo cual me da exclusivamente los reportes de investigadores, altamente técnicos y casi siempre breves, que hacen el meollo de la revista. Con eso elimino, bien lo sé y me lo hizo notar Antonio en amable conversación telefónica, valiosas cartas, revisiones de libros y hasta notables ensayos, como el del propio Lazcano Araujo en la serie "Global Voices of Science". Lo hago así por la sencilla razón de que estoy buscando investigaciones, descubrimientos, avances producidos por la UNAM.
No revisé otros medios porque escribo para un diario y sólo buscaba un ejemplo. Uno bueno, pero no único, es Science.
Bien, como "original research" el buscador de Science me da 12 trabajos de la UNAM en un siglo y cuarto; pero, al leer, observo que dos son referencias y uno es un error del buscador, pues deletreó unam-bigously... y, como las computadoras son tontas, lo atribuyó a la UNAM. Divertido asunto.
Pero menos divertido es lo que hace el Dr. Palacio-Prieto al contabilizar como investigación de la UNAM no sólo los trabajos realizados por Drucker-Colín en y para la Universidad de Saskatchewan, sino los de cierto R. Drucker que escribe sobre la densidad del hielo en el mar de Ojotsk y publica en el Journal of Geophysical Research: trampa o ignorancia de Palacio-Prieto, pues el Drucker hoy en la UNAM es un estudioso de la fisiología cerebral. De hielos conoce los cubos de su "refri".
Por supuesto, como dice Antonio Lazcano, no busco las citas a la UNAM, con frecuencia aterradoras, sino el número de trabajos publicados por investigadores de esa querida y sufrida Universidad.
Atentamente, Luis González de Alba.
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