Los golpes de la vida nos hacen crédulos
columna: «se descubrió que...»
Nos inclinamos a pensar lo contrario: que los golpes nos hacen duros y suspicaces, desconfiados. Pero un reciente estudio llevado a cabo durante seis meses en la Universidad de Leicester, Reino Unido, revela que la gente que ha sufrido fuertes golpes de la vida al crecer tiende a ser más crédula que quienes han tenido comienzos más protegidos. El estudio encontró que más que endurecer a las personas, las experiencias adversas en la infancia y adolescencia las hacen más vulnerables y fáciles de desviar.
Los resultados sugieren que personas con esos historiales de adversidad pueden, por ejemplo, ser más abiertos a la sugestión durante un interrogatorio policiaco o ser influidos por campañas de medios o de publicidad.
Mientras algunas personas pueden tener piel más dura a causa de la adversidad, la mayoría se vuelve menos confiable de sus propios juicios.
Kim Drake condujo la investigación con Ray Bull y Julian Boon. Kim dice: "La gente que ha sufrido una infancia y adolescencia adversa está más predispuesta a creer información que no es verdadera, en pocas palabras es más sugestionable y fácilmente desviable, lo cual, a la vez, se refleja en sus futuras elecciones en la vida; es gente que pude sucumbir más rápidamente a la presión de sus pares."
Si otro estudio comprobara que los pobres pasan por circunstancias más adversas, lo cual es intuitivamente cierto, eso explicaría por qué son presa más fácil de predicaciones, ya sean religiosas o políticas. La religiosidad de los pobres es mayor... hasta en política. Vean cómo los receptores del programa Oportunidades, de la Presidencia, no votaron por el PAN ni por la candidata de izquierda, sino por un Mesías, un salvador, así como también creen más en brujas y aparecidos.
Las experiencias adversas examinadas incluyeron lesiones o enfermedades graves, fracasos, dificultades en el trabajo, bravucones en la escuela, haber sido víctima del crimen (robo, violencia sexual), divorcio de los padres, muerte de familiares y otras. Un 70 por ciento de la variación en sugestibilidad puede ser explicada por los diferentes niveles de hechos negativos en la vida que han experimentado, encontró el estudio.
"También descubrimos que la forma como la gente maneja la adversidad tuvo impacto sobre su perfil psicológico", dijo Kim.
"La mayoría de la gente puede aprender a desconfiar de su propio juicio a causa de la repetida exposición a la adversidad; una persona podría creer que algo es verdad, pero cuando, por ejemplo, lee en un diario algo que contradice su opinión, o habla con alguien de diverso punto de vista, esa persona es más probable que asuma ese distinto punto de vista. Así ocurre porque la persona pudo haber aprendido a desconfiar de sus acciones, juicios y decisiones debido al hecho de que la mayor parte del tiempo ha percibido que sus acciones conducen a consecuencias negativas."
Kim añade que ya hay evidencia que sugiere una relación entre intensidad y frecuencia de impactos negativos y el grado de vulnerabilidad.
La adversidad puede llevar a creer a la persona que nada de cuanto haga será la bastante bueno. Por el contrario, los hallazgos sugieren también que hechos positivos en la vida temprana pueden tener una influencia protectora contra los efectos de futura adversidad.
Pero si los hechos adversos preceden a los positivos, esas personas pueden más susceptibles a la sugestión y a la información engañosa. El orden en que ocurren los hechos de la vida es al parecer muy importante.
De ahí se deriva que las habilidades para manejar los hechos negativos, aprendidas en la infancia y adolescencia, permanecerán con la persona el resto de la vida. Los padres son modelos de rol para sus hijos, y les enseñan sus propios estilos para el manejo de los hechos negativos de la vida, dice Kim.
Un resultado notable fue que, durante un interrogatorio policiaco, la gente que ha experimentado un más alto número de adversidades puede ser propensa a confesar falsamente debido a que es muy sugestionable, con el posible resultado de que sea sentenciada por error. También es gente que responde con más facilidad a los medios, los anuncios de TV, y que hace en su vida más elecciones equivocadas.
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