Los primeros planetas extrasolares fueron "predichos", no vistos, al observar el bamboleo de estrellas semejantes a nuestro Sol. Como el sonido de una ambulancia, que cuando se acerca es agudo y al alejarse pasa a tonos más y más graves (el efecto Doppler), así el espectro de la luz se corre al azul cuando se acerca el objeto que la produce, y al rojo cuando éste se aleja. ¿Por qué razón una estrella habría de bambolearse así? Los cálculos respondieron: porque un objeto la atrae y, cuando se interpone entre nosotros y la estrella, la acerca, luego la aleja cuando se coloca "detrás" de la estrella, detrás desde nuestro punto de vista. Así aparecieron un centenar de planetas en estrellas más o menos cercanas y todos nos aburrimos de seguir dando la noticia: el planeta nonagésimo octavo... (98). Luego hubo otro tipo de detección indirecta: el brillo de la estrella se opacaba ligeramente cuando el planeta pasaba entre ella y nosotros, como cuando ocurre el tránsito de Venus frente al Sol. Se podía calcular tamaño del círculo opacante, y como se tenían, además, los datos del bamboleo de la estrella, podían confrontarse unos y otros.

Ahora tenemos otro paso: imágenes de dos planetas generadas por computadora: Empleando el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, los investigadores han, por primera vez, detectado luz proveniente de planetas confirmados en órbita de estrellas fuera de nuestro sistema solar (por supuesto, pero así dice la nota.)

Dos equipos de investigadores han observado, de manera independiente, dos planetas en nuestra galaxia, la Vía Láctea. Uno, catalogado como HD 209458b, orbita una estrella a 153 años luz de distancia (o sea, cuya luz tarda en llegarnos 153 años: la luz que fotografiaron los astrónomos salió de allá en 1852) en la constelación del Pegaso. El segundo planeta TrES-1, es aún más distante: la luz que ahora vemos partió hacia nosotros hace 489 años, en 1516: tres años antes de cuando Hernán Cortés tocó tierras de lo que, luego, sería México). La estrella con este planeta se localiza en la constelación de Lira. Ambos equipos acordaron anunciar de manera simultánea sus descubrimientos el pasado 23 de marzo en una conferencia de prensa celebrada en Washington.

Se ha demostrado la existencia de al menos 130 planetas fuera de nuestro sistema solar. Y estos planetas también se habían detectado ya con los métodos indirectos antes señalados. Sin embargo: "Nuestras observaciones con el Spitzer son la primera medida directa de luz procedente de planetas extrasolares confirmados", dice Joseph Harrington, investigador del Centro para Radiofísica e Investigación del Espacio, de la Universidad de Cornell, Nueva York. Las imágenes son maravillosas: sólo imagine que se trata de planetas en órbita alrededor de otra estrella. Hay imágenes en luz visible y luz infrarroja en: Spitzer Telescope home page.

Religiosos por naturaleza

La naturaleza ayuda a crear adultos religiosos, sostiene un estudio recién publicado por el Journal of Personality. Se investigaron gemelos monozigóticos (idénticos, formados de un mismo óvulo) y dizigóticos (no idénticos, de dos óvulos), para buscar diferencias en religiosidad. Por supuesto, se descubrió lo obvio: que los padres y la vida familiar influyen en la religiosidad del niño. Pero fue menos obvio que estos efectos sociales declinan con la transición a la edad adulta. Los gemelos idénticos mantuvieron similitud religiosa entre sí con el paso del tiempo, ya fuera que conservaran o perdieran su religiosidad infantil; mientras que los gemelos dizigóticos se volvieron menos similares en sus expresiones de religiosidad. "Estas correlaciones sugieren que la influencia genética es baja y la del medioambiente alta cuando los gemelos son jóvenes, pero que conforme maduran es mayor la influencia genética", dicen los autores.

La religiosidad se midió usando reportes de los mismos gemelos, 273 pares de varones. "Como otros rasgos de personalidad, la religiosidad adulta es heredable, y aunque ocurren cambios durante el desarrollo, es muy estable", concluyen los autores.

El estudio fue encabezado por Laura Koenig, del departamento de Psicología de la Universidad de Minnesota. Sus investigaciones incluyen influencias ambientales en la religiosidad de hijos adoptados y la conexión entre religiosidad y conductas prosocial y antisocial. Para mayor información, contacte a Jill Yablonski.

Las avispas fabrican estreptomicina

Investigadores de la Universidad de Würzburg han descubierto una fascinante relación simbiótica entre una especie de avispas y una recién descubierta especie de bacterias: relación que arroja luz sobre cómo las bacterias pueden ser utilizadas con éxito por organismos superiores para combatir microbios. Las hembras de la Philanthus triangulum europea, especie que anida en el suelo, guardan bacterias de estreptomicina en sus antenas para proteger sus larvas contra hongos patógenos. Para mayor investigación puede encontrarse en el último número de Current Biology. Contacto: Heidi Hardman.

la talacha fue realizada por: eltemibledani