Los sentimientos son fisiología

publicado el 22 de enero de 2006 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

Por siglos había dominado la creencia de que el cuerpo percibe, pero es necesario un elemento inmaterial para la producción de sentimientos. Unos lo llamaban alma, otros mente. El culpable de esa tontería dualista es René Descartes. Un contemporáneo suyo, Baruch Spinoza, planteó sin mucho éxito la postura contraria, que hoy asume la neurofisiología: el pensamiento es un producto de la materia. (Lo cual no resuelve el enigma pues tampoco sabemos muy bien qué sea la materia: de un electrón, uno de sus fundamentos, podemos decir mucho: su carga, su spin, su velocidad, pero no qué "es"; de ahí que uno de los fundadores de la cuántica, Erwin Schrödinger declare que los átomos "no son cosas", y todavía en 1952 insista en "What’s matter" que, honestamente, no sabe qué son esos corpúsculos: las partículas subatómicas).

Por tres siglos, la medicina y la psicología se encontraron impedidas de investigar el pensamiento porque el gran Descartes había dicho que estaba hecho de una sustancia diversa al resto del universo, era la res cogitans. Ese dualismo comenzó a cuartearse en el siglo XIX con el descubrimiento de funciones mentales claramente definidas en el cerebro. Más aún cuando, durante la primera mitad del siglo XX, se descubrió que el hemisferio izquierdo era dominante en las funciones verbales y el derecho en las espaciales. Y las diferencias son más notorias en hombres porque las mujeres poseen más abundantes conexiones interhemisféricas visibles en su cuerpo calloso más grueso (ver Lacoste, Christine de y Ralph Holloway, "Sexual Dimorphism in the Human Corpus Callosum", Science, 216: 4553, 25 de junio de 1982, pp.1431-1432.)

Sentimientos y conducta social

Uno de los neurocientíficos más destacados del mundo, Antonio Damasio, premio Príncipe de Asturias 2005 por sus trabajos acerca de la conciencia como un producto del cerebro y del cuerpo total, señala en Looking for Spinoza (Harcourt 2003) que un daño en la región prefrontal del cerebro hace emerger a otra persona dentro del mismo cuerpo. "La conducta social es un área de particular dificultad. No es fácil para estos pacientes determinar quién es confiable y guiar de acuerdo su conducta. A los pacientes les falta el sentido de lo socialmente apropiado. Se despreocupan de las convenciones sociales y pueden violar reglas de ética."

Continúa: "Sus cónyuges notan esta falta de empatía. La esposa de uno de nuestros pacientes observó cómo su esposo, quien previamente reaccionaba con cuidado y afecto siempre que ella parecía preocupada, ahora reaccionaba con indiferencia ante las mismas circunstancias." No vuelven a ser personas independientes. "Cuando el daño se restringe a sectores laterales izquierdos del lóbulo frontal tiende a no causar este problema, aunque conozco al menos una excepción; si el daño se produce del lado derecho, sí lo causa. Daño en otras pocas regiones cerebrales, como el sector parietal del hemisferio cerebral derecho, causa problemas similares, aunque menos puros, en el sentido de que otros prominentes síntomas neurológicos también están presentes."

Spinoza es uno de los casos en que la filosofía se ha adelantado a la ciencia, la ha "prefigurado", como dice Damasio. El filósofo judío sefardita portugués holandés fue el principal oponente del dualismo cartesiano. Para Spinoza, como hoy lo saben los neurofisiólogos, el pensamiento era un producto del cuerpo. Por supuesto, fue arrasado, demolido, por todas las iglesias, la judía, la católica y las protestantes que veían, en el dualismo de Descartes, la prueba filosófica, racional, de la existencia del alma.

La expresión más notoria del alma, o de la res cogitans cartesiana, han sido siempre los sentimientos. Pero otro portugués, Damasio, ahora residente en Estados Unidos, presenta los siguientes argumentos en contrario:

"Uno. Los sentimientos individuales pueden ser evitados dañando una región discreta (delimitada) del cerebro; la pérdida de un sector específico de los circuitos cerebrales lleva a perder un tipo específico de hecho mental.

"Dos. Parece claro que diversos sistemas cerebrales controlan diversos sentimientos; el daño de un área en la anatomía cerebral no causa la desaparición a la vez de todo tipo de sentimientos.

"Tres. Y más sorpresivamente, cuando los pacientes pierden la habilidad de expresar una cierta emoción, pierden también la habilidad de experimentar el sentimiento correspondiente. Pero lo contrario no es verdad: algunos pacientes que pierden su habilidad para experimentar un cierto sentimiento todavía pueden expresar la emoción correspondiente." Pág. 5.

Y a seguir la ruta, mental y geográfica de aquel portugués emigrado a un país más tolerante, a Holanda, en el siglo XVII, se dedica el portugués emigrado en el siglo XX a otro país, Estados Unidos, que le dio los medios técnicos y económicos para investigar nada menos que el gozo, la tristeza, la conciencia y todo aquello que, según la sociología del siglo XX, la religión del I, la psicología de la primera mitad del XX, y la filosofía encabezada por Descartes en el XVII, no debíamos investigar. De lo cual podemos concluir que, como siempre, los extremos se juntan y no lo saben. El materialismo conductista en psicología y la sociología marxista levantaron las mismas prohibiciones y, de forma implícita, admitieron una zona proscrita para la ciencia. Como todos los muros, hoy lo vemos derrumbarse.

 

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