Se lo merecen por cobardes
columna: «la calle»
Llegó al Senado de México el candidato presidencial modelo 2018 por su propio y exclusivo negocio familiar, Morena, a entregar unos millones de firmas que, dice, exigen someter a “consulta” nacional la derogación de la reciente reforma por la que los particulares ya podemos producir electricidad y venderla si tenemos cómo y a quién. Que no, que al gobierno pertenece el de la producción y distribución de electricidad y así debe ser; también la exploración, extracción y refinación de petróleo, la captación de luz solar y viento, dice el estatólatra mayor. Como tuvo los monopolios de teléfonos y bancos (con el anterior López), dice el López reloaded Obrador.
Los senadores habían dispuesto una sala para recibir montañas de cajas llenas de firmas que exigen un plebiscito (citar a la plebe) para que vote si la reforma en temas de energía, aprobada por ambas cámaras, que para eso las tenemos y nos cuestan miles de millones al año, debe derogarse antes aún de que se haya producido un solo nanowatt por un particular.
Como la prensa lo esperaba en la antesala de la comisión senatorial, López Obrador se detuvo largamente a ofrecer enardecida conferencia de prensa ante las pilas de papel. Cámaras y micrófonos ejercen sobre el autor del Himno al PRI una fascinación ya mostrada cuando fue presidente del PRI-Tabasco, luego de pedir su inscripción al PRI años después de que Octavio Paz renunciara a la embajada de México en la India a causa del crimen de Tlatelolco. Al joven López eso lo tuvo sin cuidado: PRI es poder, es todo para un enamorado del poder. La comisión de senadores le mandó avisar, cortésmente, que lo seguía esperando a una puerta de distancia y con más cámaras, micrófonos y señales en el piso como indicación de quién se paraba dónde. Con su petulancia insoportable dijo que lo podían esperar sentados, o algo así, y se fue.
Los senadores, como novias dejadas, se dieron por ofendidos y no hicieron lo que el simple honor del Senado exigía: llamar cargadores que sacaran toneladas de papeles y las arrojaran a la basura reciclable. La marca Regio está haciendo un papel higiénico que, garantiza, no cuesta la vida a ningún árbol. Pero el valiente vive hasta que el cobarde quiere y los senadores se acobardan como si fueran gobernadores de Oaxaca ante hordas de la CNTE.
En plazo razonable, Morena pediría respuesta a su petición: “¿Cuál petición? ¿Cuáles firmas? No hemos recibido nada, señor López. Lo esperamos una hora y usted nunca llegó. El Senado no ha recibido esos millones de firmas que usted menciona ni las ha visto ni ha podido cotejar su autenticidad porque en el Senado no hay firma alguna solicitando la cancelación de la reforma en asuntos de energía y la prolongación del monopolio del gobierno”; ese monopolio que ofrece electricidad cara y mala, altas y bajas de voltaje que nos obligan a comprar reguladores para cada aparato valioso o ver quemada la computadora Apple de pantalla plana (y peor: nuestros archivos electrónicos de años) porque no tenemos una compañía alternativa en el mercado de la electricidad. No nos podemos ir con la competencia porque no la hay. Tampoco en gasolinas.
Luego, los y las senadores y senadoras podrían haber procedido en términos de ley contra quien inundó de basura un edificio público. Pero si no fueron capaces de poner la basura en su lugar (el tiradero para reciclar papel), si Gabino Cué se queda sin calzones cada que los maistros de la CNTE le ocupan el centro de su capital; si en vísperas del desfile militar del 16 de septiembre allí los tiene plantados con la muy noble exigencia de que se les permita vender, rentar y heredar sus plazas en primarias donde, año con año, no hay clases; si eso ocurre en Oaxaca, el estado con peores niveles de educación y, por lo mismo, los peores índices de pobreza; si estamos ante ese bochornoso espectáculo de autoridades humilladas y ofendidas, lo único es responder con la moda tan mexicana como internacionalizada: hacer la ola con 70 millones de mexicanos adultos y corear: ¡Puuutooooooooos!!!
0 animados a opinar:
Publicar un comentario