Grecia paga sus tarjetazos [versión milenio diario]

publicado el 10 de mayo de 2010 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

La foto en MILENIO es ejemplo de una actitud extendida por el mundo: una multitud avanza en Atenas, en protesta porque el rescate aprobado por la Unión Europea, 110 mil millones de euros, debe ser correspondido con rigor interno. Al gasto público excesivo debe seguir ayuno, lo sabemos en México desde Echeverría. La manta dice: Kato i junta: Abajo la junta.

¿Junta? ¿Junta militar? Grecia, como México, tiene elecciones democráticas controladas por ciudadanos y vigiladas por todos los partidos políticos y observadores internacionales; tiene también un Parlamento multicolor (e igualmente torpe). Y como aquí llaman "fascista" a un presidente al que todos los días insultan y caricaturizan, al que un mocoso espeta en su cara una expresión oída y cuyo significado desconoce, sin que lo desaparezcan los SS, allá hacen referencia igualmente facilona a la junta de los coroneles y su dictadura en los años 70.

El idioma griego que nos ha llenado de regalos, desde Cinépolis y tiendas Mega hasta telescopio, kilómetro, pentágono..., recibió de Latinoamérica una contribución sórdida: junta: junta militar. Cuando conocí Grecia la gobernaba una junta militar, la de los coroneles, que había derrocado al rey Constantino (cuya hermana, Sofía, es reina de España por matrimonio con Juan Carlos), por todas partes se veía un símbolo facho: un ave fénix surgiendo entre llamas y la silueta en perfil de un soldado, y una fecha "21 Aprilíu": 21 de abril, día del golpe en 1967. La junta duró en el poder siete años.

Me enamoré del país y de su gente y volví una y otra vez. Así fui viendo el cambio: han remodelado varias veces, de peor en peor, la plaza Omonia —irónicamente Concordia, en la que los manifestantes de la semana pasada incendiaron un banco e impidieron que los bomberos salvaran de morir incineradas a tres personas, cuatro porque una mujer estaba embarazada—, se fueron los cafés de Síntagma. Las últimas dos ocasiones, Atenas era otra: bajo Síntagma hay una estación de Metro esplendorosa; la callecita más céntrica, Ermú (de Hermes o de Mercurio) y sus tiendas de telas corrientonas y cortinas feas, es peatonal, con fuentes y jardineras, y se llenó de grandes marcas, la más baja es Zara y de ahí para arriba, ya no hay autos haciendo vibrar la mini iglesita Kapnikarea. El nuevo aeropuerto es una maravilla, la red de avenidas de seis carriles en su entorno, puentes, tréboles, alumbrado, es impresionante y de primer mundo: millones... de la UE.

Me dio tristeza. Pero los griegos se veían encantados abarrotando unos limpios y modernos comedores rápidos llamados Néon, todo acero reluciente, luz y limpieza. Frente a Kolonaki, sus restoranes elegantes con enormes terrazas bajo toldos hoy lo son más, con el añadido de muchas pequeñas boutiques y millares de jóvenes vestidos a la moda mundial, muchachas delgadas (que eran antes escasas) y sin bigotes, muchachos también sin bigotes.

Griegos y mexicanos compiten por el primer lugar en hijos de mamá, consentidos y esperanzados a que el gobierno los haga ricos. Para una canción ranchera hay una canción griega que le gana: "Debajo de mi camisa mi corazón se deshace... Me saco sangre del corazón y te firmo" le gana a José Alfredo. La que le pongan.

La última ocasión, me instalé por seis meses en una isla cercana, Poros. El pueblo es estrecho, un par de calles de fondo, pero muy largo, unos kilómetros que ondulan siguiendo la costa, así que hay dos camioncitos urbanos.

Alguna tarde iba en el camioncito, que sólo llevaba a dos mujeres en animada conversación con el chofer. Se quejaban y quejaban y quejaban: todo era caro. Intervine: Es caro para mí, que soy mexicano y debo comprar euros, pero ustedes ganan euros y gastan euros, ¿cuál es el problema? Eran dos: Que todo les resultaba mucho más caro, aun ganando en euro y, otro peor, que así como a mí le ocurría a muchos turistas: Grecia les resultaba cara y se iban a Turquía, que también tiene Egeo. En pleno junio y los hoteles seguían vacíos, dijeron. Eran empleadas de hotel. No mencioné lo que acaba de leer: la UE se quejaba de que Grecia había recibido, per cápita, más ayuda que España, y hecho con esa inversión mucho menos. Vi al pueblito llenarse en julio y vaciarse en octubre. Fue todo, con eso debían pasar el resto del año.

Como a las familias con padre dado al tarjetazo para cumplir gustos de sus hijos, les cayó la hipoteca.

Excedí con muchísimo mi espacio. Versión completa de este artículo.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

0 animados a opinar:

 

 

ÍNDICE DEL BLOG

milenio diario

la crónica de hoy

la jornada

revistas

misceláneo

 

etiquetas:


pasaron por aquí


la plantilla de este blog es el "pizarrin" donde, durante sus ratos de ocio, eltemibledani hace sus pininos modificando el xhtml fuente.

páginas vistas

desquehacerados