PRD-PAN: matrimonio contra-natura
columna: «la calle»
Con gran tino político y buena dosis de humor, tan ausente —al menos el voluntario— en nuestros políticos, el senador priista Manlio Fabio Beltrones ha llamado engendro y matrimonio contra-natura (de lo que tanto se habla ahora) a la posible alianza del PRD y el PAN para derrotar al PRI en Oaxaca y otros estados. Hasta el grave Cuauhtémoc Cárdenas ha bromeado. ¡Ups!
El dirigente del PAN, César Nava, argumenta que son legítimos los acuerdos políticos. Sin duda tiene razón, pero pelea contra molinos de viento porque no es lo importante con quién se acuerda, sino contra quién y cuándo. Y en este caso es contra el PRI, cuando es el único posible aliado del Presidente en sus diez iniciativas de reforma, mismas que el PRD combate.
Una de ellas, las candidaturas ciudadanas, hoy prohibidas, tiene un opositor de enorme prestigio y es José Woldenberg. Pero Nava, con su engendro, le echa por tierra una tesis idílica: "Los partidos son organizaciones de ciudadanos que cumplen funciones estratégicas para la reproducción de un régimen democrático: organizan a quienes quieren participar en política, ofrecen un ideario y dotan de signos de identidad..." (Excélsior, 21.I).
A la escasa luz de Nava: ¿cuál es el ideario y la identidad del posible pacto PAN-PRD? Ir contra el PRI... que apoya las reformas de Calderón. Una de ellas, elevar requisitos para continuar un negocio, digo, un partido político, iniciativa que muchos apoyamos y, al mismo tiempo, al parecer en contradicción, exigimos candidaturas independientes.
"Y los candidatos independientes, en el momento en que se registren, acabarán cumpliendo —si son exitosos— con esas funciones [las de los partidos]. No hay escape porque los partidos son connaturales a las elecciones y a la dinámica de los congresos", (ídem). Pues entonces menos aún se justifica la prohibición de candidatos por fuera de los partidos. Que en el camino acaben formando un partido es, en todo caso, una vía de acción en la libertad ciudadana.
Al parecer Woldenberg nos cree enemigos de los partidos a muchos que, como yo, hemos estado con él en la formación, precisamente de partidos. Nos previene: no habrá candidato que no se les contamine con un rostro partidario. Pero nadie que yo conozca busca esa "pureza", lo que denunciamos muchos es que la ley electoral cancela la igualdad del ciudadano asentada en el artículo 1 de la Constitución. Nada menos. Si los amigos de Perfecto Ciudadano acaban convertidos en partido o especie de, es asunto de ellos. Las candidaturas independientes no se buscan para preservar una supuesta castidad ideológica, sino para reabrir la puerta y dejarla como dice el primerísimo artículo constitucional.
Pero, con todo, se entienden los travestismos cuando son para llegar al poder: El PRD acusó por años al PT de ser invención salinista para golpear al PRD, ahora López Obrador lleva tres años haciendo campaña para ese PT, a donde ya se han ido los senadores Monreal e Ibarra de Piedra; acusó al priista José Guadarrama de ser el operador de los megafraudes realizados en Michoacán contra el PRD y de autor intelectual en el asesinato de campesinos perredistas en el estado de Hidalgo. Ahora el mismo PRD, que ya hizo senador de la República a ese Guadarrama a quien acusó de asesino, lo quiere llevar a la gubernatura de Hidalgo... Travestismo, aborto y cambio de sexo político.
Pero ni en esa óptica sin calzones se comprende cómo la dirección del PAN crea conveniente una alianza con el PRD, opuesto al proyecto de reformas planteado por el presidente Calderón, y no con el PRI, donde el senador Beltrones se ha manifestado públicamente por una reducción con generalización del IVA y un ISR que atraiga capitales.
"El presidente Calderón, en el tercer aniversario de su llegada a la Presidencia, planteó un paquete de reformas básicas para transformar al país. ¿Va a sacar adelante una reforma fiscal integral con el PRD? ¿O le va a pedir al PRI que pague el costo político de votarla en el Congreso, mientras el PAN negocia con el PRD cómo derrotar al PRI?", pregunta Pablo Hiriart (La Razón, 21.I).
La más cruda Realpolitik, la vulgar búsqueda del poder, la "contundente avidez política", como dice Raúl Trejo (Eje Central, 22.I) permite entender al PRD, pero no al PAN: sólo un tonto de capirote como el dirigente panista puede creer que las reformas urgidas por el presidente Calderón se las va a sacar el PRD, que se manifiesta a diario contra ellas.
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