Los detestables buenos
columna: «la calle»
¡Musulmán! Hay un judío oculto tras de mí, ¡ven y mátalo!
Plataforma de Hamas. Art. 7
Los buenos pululan por el mundo llevando su mensaje candoroso y lleno de melcocha. Un ejemplo: en carta a Público un lector se refiere al complejo problema griego con la cándida versión de que el joven Aléxandros Grigorópulos caminaba con sus amigos cuando un policía lo mató de un balazo. ¿Un policía loco, borracho y drogado? De otra manera no se entiende.
Omite un primer dato: el joven, que no merecía morir por eso, con su banda apedreaba una patrulla por haber invadido su barrio. Los policías fueron de inmediato detenidos, sometidos a proceso y la bala a peritaje para revelar si pegó de rebote. Lo cual, por supuesto, nadie creerá. En México, no se ha resuelto el asesinato de nueve adolescentes, aplastados y asfixiados por un operativo policiaco que no tenía más finalidad que extorsionar a sus padres y ordenó el gobierno perredista del DF: el caso New’s Divine. Y no pasa nada porque es el PRD.
En el actual conflicto palestino-israelí ya se elevan voces clamando por uso excesivo de la fuerza. No condenan la fuerza porque, aun los más obtusos, saben que Hamas ha declarado su intención de acabar con Israel, un hecho, una nación, una realidad guste o no. Condenan el exceso. Significa que si Hamas ataca con cohetes de manufactura casera, ¿Israel debe hacer otro tanto? Su ejército es uno de los cinco más poderosos del mundo: eso deberían recordarlo quienes lanzan cohetes sobre estadios de futbol. Hamas va por el total exterminio judío, Israel apunta a Hamas: hay diferencia.
Pero el asunto no comenzó ayer ni en 1948: tiene milenios, desde que los palestinos se llamaban filisteos (y los romanos escribían esa F con Ph por razones que ignoro). El primer pleito judeo-palestino está... ¡en el Génesis! Veamos: "Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre (de Isaac) en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra". Génesis 26.15.
No menciona el Génesis qué les hizo Isaac para que le taparan sus pozos. Pero amistad no había. Y esto es antes de que el hijo de Isaac, Jacob, tuviera 12 hijos; antes que uno de ellos, José, fuera vendido a mercaderes y acabara en Egipto adivinando sueños al faraón y así llegara a primer ministro; antes de que llegaran los 11 restantes a Egipto, se reprodujeran como cuyos y Moisés los sacara para devolverlos a la tierra de Abraham, esto es: antes del Éxodo.
¿Alguien quiere tomar partido en ese lío? Sí, los buenos, que están con una Palestina que no existió jamás: en ese territorio hubo, hasta 1918, una región pobre del Imperio Otomano (turco). Como en la guerra mundial del 14 los turcos se aliaron con los imperios alemanes y con ellos perdieron la guerra, Inglaterra y Francia se repartieron los despojos y dejaron a Turquía únicamente la península (que del siglo XII a.C. al año 1453 d.C. fue la Jonia griega y los griegos reclaman, por cierto...).
Bueno... las potencias vencedoras no le concedieron a los griegos toda Turquía (aunque fue de ellos), pero sí una parte; dieron Bulgaria a los búlgaros, olvidaron crear Kurdistán para los kurdos, pero sí delimitaron (muy artificialmente) Irak, Líbano, Siria, Jordania y Palestina; la última quedó bajo protectorado inglés de 1918 a 1948, en que la joven ONU creó allí dos países: Israel y Palestina. Muchos palestinos abandonaron, por voluntad propia, la zona israelí que podían gobernar como ciudadanos, otros se quedaron, no perdieron sus tierras ni casas, y por eso hay diputados palestinos en el congreso (Knesset) de Israel y es bilingüe: hebreo-árabe.
El conflicto se remonta, pues, a dos hermanos: Abraham tuvo un primer hijo con su esclava Agar porque su esposa, Sara, no le daba uno. Lo llamó Ismael (casi Israel). Cuando al fin Sara logró concebir y parió a Isaac, el padre desalmado lanzó a esclava e hijo al desierto. Ésa es la herida freudiana: el repudio del padre por el hijo espurio.
Nadie sabe cuántos milenios después (porque nadie sabe cuántos nos separan de Abraham), los filisteos-philistinos-palestinos, hijos de Ismael, insisten en tapar los pozos de Isaac, su medio hermano. Tapar los pozos del hijo reconocido, no hacer los propios y vivir en paz, sino "cegar y rellenar" los de un enemigo con mismos genes e idioma hermano: unos dicen shalom y otros salam al desear paz. Luego lo olvidan. Es que, con los cristianos, tienen al mismo dios, vengativo e iracundo, pues "alá" no significa sino "dios" en árabe: en él está el problema.
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