Criminalizar la protesta social

publicado el 27 de octubre de 2008 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

Magnífica expresión de Miguel Ángel Granados Chapa al recibir la medalla Belisario Domínguez: "Criminalizar la protesta social" es algo que debe evitarse. De acuerdo. Pero tiene dos lecturas: algunos afirman que la protesta social no puede tener límites ya que ponerlos es criminalizarla: liberar una avenida de un bloqueo, desalojar a quienes toman casetas de pago en carreteras; impedir la ocupación de Los Pinos, el Palacio Nacional o la Secretaría de Gobernación es olvidar las intenciones sociales de esos actos. De esta forma el robo es expropiación revolucionaria, el homicidio es destrucción del enemigo de clase, el secuestro de ricos es merecido… Es el viejo, rancio y nauseabundo encubrimiento de un modus vivendi: el de los "luchadores sociales".

Pero otra lectura es que, en efecto, la protesta social ha recurrido a métodos claramente delictivos y quienes llaman a no criminalizar la protesta están exigiendo a los bribones, golfos, pillos y truhanes al estilo de los appos de Oaxaca, asesinos de maestros que pretendieron dar clase a sus alumnos, que abandonen esos métodos criminales al plantear sus protestas, o sea, pues, que "no criminalicen la protesta social", no hagan como los maestros que piden el retorno de los puestos heredables, típicos de las monarquías. ¿Es contra esa criminalización de la protesta social que Granados Chapa levanta su voz? ¿Quién podría estar en desacuerdo con él? ¿Cómo podríamos permitir que Felipe Calderón pudiera heredar su plaza? ¡O venderla!

Durante los últimos años hemos visto cómo las protestas sociales se criminalizan, o sea, se practican con métodos criminales y fuera de la ley. Lo hacen no solamente los escasos guerrilleros que aún medran, sino también los atencos enmachetados, los maestros rejegos a presentar exámenes, los alumnos que exigen exentar materias y pase automático a la vida, etcétera. Y, desde la tribuna del Senado, Granados Chapa les grita un "¡ya basta!" rigorista, moralmente intachable, éticamente recio. Por eso nos unimos a él con entusiasmo quienes estamos cansados de ver a los activistas de la protesta social vivir a esas costas y avanzar en la criminalización de sus métodos, lucrar con su habilidad para conducir masas y tomar cada día una porción más del territorio de la ley.

Nadie mejor que el priista de toda su vida, López Obrador, para mostrarnos la tenebrosa labor de contrainsurgencia con la que, priista infiltrado como izquierdista, consigue el regreso al poder federal de su partido, su única querencia, su viejo amor: el PRI. El próximo Presidente de la República será del PRI gracias a las maquinaciones, mentiras, engaños y argucias del priista López Obrador. Sus métodos son, creo, el tema denunciado por Granados: obra social criminalizada: no puso a concurso los segundos pisos, escondió precios para los siguientes diez años, corrompió empresarios con magna obra pública no licitada a cambio de nunca sabremos cuánto, ocultó a su jugador secretario de Finanzas en territorio perredista, inventó encuestas favorables y millones de votos "perdidos"… que su partido consultó en una sola noche hasta ochenta veces, envenenó mentes jóvenes… y ya no jóvenes. El crimen del narcomenudeo creció un 750 por ciento… ¿a cambio de qué? El del ambulantaje se instaló en las calles para vender productos del robo y del contrabando, y sí sabemos a cambio de qué: carne de mitin y votos a cambio de calles privatizadas para el ambulante fiel. En fin, obra de gobierno asociada al crimen.

El DF fue entregado a la protesta social criminalizada: bloqueos, carpas en Reforma, policías quemados vivos, marchas armadas. Ya basta. Absolutamente de acuerdo con Granados Chapa: nunca más un Jesús Piedra en el secuestro y asesinato de un industrial, nunca más la desaparición de un Jesús Piedra en vez de entregarlo a las autoridades para juzgarlo y sentenciarlo. Ni la vergüenza de una madre casi oligofrénica (diagnóstico, no ofensa) trepando en su carrera política sobre el cadáver de un hijo para, luego, ir a sentarse al Senado con los asesinos del hijo, súbitos "camaradas" en los salarios y prestaciones de sultán… ¿Y el "pueblo"? Nunca más un grupo de mexicanos sorprendidos en territorio de la narcoguerrilla más sórdida en la sórdida historia de las guerrillas colombianas y latinoamericanas. Nunca más una protesta social con métodos criminales. No a la criminalización de la protesta social. Bravo, Miguel Ángel.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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