Espionaje o inteligencia
columna: «la calle»
¿Para qué sirve el Cisen (Centro de Investigación y Seguridad Nacional)? "Su misión consiste en generar conocimiento útil y relevante que apoye las grandes decisiones del Ejecutivo Federal", señala como objetivo. Pero nunca se sabe lo que será "útil y relevante" en un caso particular: las costumbres sexuales de un diputado son asunto de su vida privada. Sí… hasta que aparece votando muy raro y se sospecha de algún chantaje… o muerto en un hotel. ¿No es obvio que quien tiene cargos públicos, o simplemente escribe en un periódico, con toda certeza tiene un expediente? Y si no lo tiene, ¡qué país tan estúpido!
Sin duda, la información debe obtenerse por medios legales, no penalizados. De otra manera, ahí está Watergate. Pero, hasta en ese caso, recordemos que la crisis alcanzó al presidente Nixon de Estados Unidos no tanto por mandar poner micrófonos a la oposición, sino por negar que lo sabía. Al presidente Clinton lo atraparon, también, mintiendo. La "mancha-blanca-en-el-vestido-azul" no sólo era prueba de su infidelidad conyugal, sino de su mentira, bajo juramento, a una comisión del Congreso.
Nadie mejor que Manlio Fabio Beltrones, formado bajo don Fernando Gutiérrez Barrios, el superpolicía y superdetective, para saberlo con pelos, señales y manchas. Jamás se me habría ocurrido que un gobierno pudiera sobrevivir sin informes de todo tipo. Lo ilegal es dar a conocer esos informes, filtrar las conversaciones privadas, los nombres de las o los amantes. Pero si un senador, ministro o periodista tiene varias familias, los órganos del Estado deben saberlo. Necesitan saberlo. Se ha hecho siempre y todos los que tenemos alguna vida pública, simplemente porque escribimos, suponemos que podemos estar vigilados. Unos menos porque todo lo contamos.
En todos los expedientes se acumula basura: nombre del hotel, precio pagado al joven, bebidas solicitadas: basura. Y también información pertinente: domicilio del ministro de la Suprema Corte, si tiene casa en Cuernavaca, nombres de sus sirvientes, si la cocinera tiene por amante a un narcomenudista. Lo cual debe informarse al ministro, no a la prensa. Y, sin duda, observar qué hace el ministro con esa información. Por eso, el día en que amanece muerto un personaje de la política, la policía tiene, o debería tener, de inmediato pistas.
Pero a esa labor se le llama "inteligencia" porque presupone eso, inteligencia: que no me encuentro los micrófonos. La información que recaba el gobierno es una labor de Estado, llamarla espionaje es desacreditarla de inicio. Los términos empleados por la prensa llevan carga ideológica. Cuando el gobierno ofrece recompensas por informes que permitan aprehender delincuentes, un conocido diario indica que se está invitando a la "delación".
En efecto, el asunto cambia según el color del cristal con que se mire: las FARC han declarado que la huída de sus rehenes se debió a traidores dentro de las filas revolucionarias. Otros hablamos de liberación de los secuestrados. Para eso es necesario el convencimiento previo de que no es lícito, a fuerzas que se digan de izquierda, tomar rehenes. Como entregar al Chapo Guzmán no es delación, sino tarea ciudadana.
Razzias
Las razzias o redadas, por ilegales, habían desaparecido desde los últimos tiempos del PRI. Ya les daba vergüenza practicarlas y sabían de su alto costo en impopularidad, así como su nula eficacia para control del crimen. Fue necesario que el PRI volviera al poder, en versión purificada por un Jordán supuestamente de izquierda, con careta políticamente correcta, mesiánica e iluminada, que volviera como PRID, liderado por Soyindestructible, para que se reinstalaran las redadas… Ahora con el silencio cómplice de una prensa y muchas conciencias que alguna vez, hace muchos años, denunciaban esas prácticas.
Antes de la razzia mortal en el New’s Divine hubo muchas otras, se sabe ahora, "exitosas". Nos dicen que la última falló por mal planeada y peor operada. La respuesta es insolente: todas las redadas son ilegales porque no hay delincuentes in fraganti y porque se efectúan con el solo fin de extorsionar a los padres para soltar a los jóvenes, y con robo y vejación de los detenidos. No pudo venir la orden de Soyindestructible, pues no tiene cargo alguno. ¿Quién tiene autoridad en el DF para enviar a la policía a cometer esos delitos o razzias? Quien sea, tiene la carga de la responsabilidad, y no es ética, como dice la CDHDF, es penal.
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