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columna: «la ciencia en la calle»
El poblamiento de América
Los arqueólogos han encontrado en Siberia artefactos producidos hace unos 300 mil años. De confirmarse, nos convertiría en una especie mucho más antigua de lo que suponíamos. Fueron descubiertos unos 4 mil artefactos de piedra bajo depósitos de tierra acumulados por el viento. Por tratarse de sedimentos de este tipo, la técnica empleada para medir la antigüedad de los instrumentos así enterrados fue la termoluminiscencia, por la cual se cuenta el número de electrones atrapados en burbujas de la piedra con la que están hechos los objetos. El dato es del mayor interés para calcular la época por la cual los humanos cruzaron hacia Alaska y poblaron el continente americano. El sitio estudiado en Siberia tiene la misma latitud que el sur de Alaska, así que, para sobrevivir, estos antecesores nuestros de hace 300 mil años debieron tener inteligencia suficiente para encender fogatas, construir chozas y así sobrevivir en latitudes árticas, donde en invierno el día tiene apenas un par de horas de luz solar. Los arqueólogos se plantean la duda acerca de estos antiguos pobladores de Siberia. Podría tratarse de nuestro abuelo, el Homo erectus, aparecido hace un millón y medio de años, y todavía con un aspecto entre humano y chimpancé, o bien de un pariente aún más cercano, ya perteneciente a nuestra especie, el Homo sapiens arcaico. A pesar de la gran antigüedad de estos siberianos, los asentamientos humanos, en América, con antigüedad mayor a los 11 mil años, apenas comienzan a ser encontrados.
Primeros pobladores
Estudios genéticos realizados en la población nativa americana muestran que nuestro continente fue poblado por una sola oleada de migrantes, muy probablemente mongoles, hace 20 ó 25 mil años. Antes de estos hallazgos, los antropólogos compartían la llamada hipótesis Greenberg, surgida hace 10 años al unir datos genéticos, lingüísticos y hasta dentales que parecían indicar tres o más olas de migración en el poblamiento de América, olas que, separadas por miles de años, pasaron de Asia a América por el estrecho de Behring, dando origen tanto a los pueblos indígenas de Norte y Sudamérica, como a los esquimales y a los pueblos de la costa occidental de Canadá. Ya otro descubrimiento, el año pasado, había puesto en duda la hipótesis Greenberg según la cual hace 12 mil años llegaron los primeros pobladores de América y crearon la más antigua cultura conocida en este continente, la del pueblo Clovis, cazadores de mamuts que habitaron Nuevo México. Estos datos concordaban con los de la arqueología, pero las primeras dudas surgieron con la localización de una cultura, muy anterior a los cazadores de mamuts, que floreció en plena selva amazónica. Los nuevos datos, basados en estudios genéticos de indígenas, esquimales y pueblos siberianos, han resultados apoyados por otras investigaciones realizadas en Argentina y Chile, así como por otras llevadas a cabo por biólogos y genetistas europeos. Si toda la población actual de indígenas americanos se originó de un grupo asiático, era fácil suponer que hubiera sido siberiano, pero los mismos estudios genéticos muestran que es mayor la similitud con mongoles, que serían en tal caso los ancestros de todos nuestros pueblos indígenas.
La cultura de Monte Verde
También datos localizados al sur de Chile apuntan en el sentido de que la presencia humana en el continente americano tiene más de 20 mil años. Las excavaciones arqueológicas realizadas donde floreció la cultura de Monte Verde, en el sur de Chile, como ya se dijo, extienden la presencia humana en América hasta hace 20 mil años. Así que el poblamiento de nuestro continente se sigue corriendo cada vez más miles de años hacia atrás. De los 12 mil años que suponían los arqueólogos, a los 20 mil que indica la cultura de Monte Verde, o, todavía más, los 33 mil años de que ya hablan otros estudios, se triplica el tiempo en que los primeros seres humanos llegaron a estas tierras. Y por cierto, entre los artefactos más interesantes extraídos en las excavaciones de Monte Verde se encuentran piedras esféricas que, interpretan los arqueólogos, estuvieron atadas por lazos desaparecidos con el tiempo. Esto es que las típicas boleadoras de los gauchos tuvieron su origen en una época 10 veces más antigua que la guerra de Troya.
Creación de élites
Durante toda la historia, los seres humanos hemos fantaseado con la existencia de sociedades igualitarias y sin políticos. Los antropólogos han creído encontrarlas muchas veces, pero siempre acabamos con una decepción. Ahora tenemos un interesante estudio sobre la creación de los rangos sociales. Veamos. Los habitantes originales de California, el pueblo Chumash, crearon una sociedad igualitaria de cazadores-recolectores que vivieron entre Malibú y Santa Bárbara. Estudiando sus cementerios, los antropólogos han descubierto una época de gran igualdad, donde no destacan rangos sociales ni señales evidentes de mando y autoridad durante los milenios que van del año 6 mil antes de Cristo, al 3500. Luego, paulatinamente se descubren dos hechos asociados: de una parte, una rápida disminución de la estatura, tanto en hombres como en mujeres; y por otra un aumento vertical de cráneos fracturados y huesos con lesiones, lo cual indica un aumento en la violencia. Simultáneamente, el análisis del clima apunta a que ocurrió una severa sequía hacia el año 800 de nuestra era, y otra entre el 1200 y el 1350. La interpretación es la siguiente: una sociedad, igualitaria mientras hubo abundancia, enfrentó la sequía formando bandas para darse protección mutua, formando alianzas y haciendo guerras para obtener recursos cada vez más escasos. La disminución en la estatura y el aumento de las enfermedades, nos habla de hambre en esos años —que coincide con las evidencias arqueológicas de sequía—, y el incremento en los cráneos aplastados nos señala un fuerte aumento de la violencia. Como dato confirmatorio está la aparición de entierros con grandes adornos, que indica el surgimiento de jerarquías entre los Chumash. Ocurre así porque a la hora de hacer alianzas y de ofrecer protección, los individuos más capaces en estas tareas se vuelven la élite social, y esta élite comienza a enterrar a sus muertos con abundantes adornos, símbolo de su rango. Así pues, en resumen: la sequía trajo hambre, el hambre trajo violencia, la violencia dio ventaja a los más hábiles en la guerra y en la política, y éstos formaron rangos y élites. Parece que no entendemos.
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