La próxima Edad Media -II
columna: «la ciencia en la calle»
A partir del siglo V de nuestra era
Y durante algunos siglos, los europeos desaprendieron lo que habían recibido de Africa, Asia y el oriente de Europa en los tres milenios anteriores. Pero nunca la barbarie fue completa. Apenas olvidado el trabajo del mármol, los pueblos bárbaros descubrieron el trabajo de la cantera. Hubo pronto san Bernardo y el románico de las abadías, luego el gótico. Los destructores del Imperio levantaron sus propios imperios.
Final feliz
Otro tanto ocurrió en muchas partes, aunque sin final feliz: los olmecas, los teotihuacanos y los mayas tuvieron en América su esplendor y posterior decadencia. Pero no conocieron un renacimiento y por lo mismo sus "Edades Medias" se prolongaron por siempre. Faltó a los olmecas y a los mayas una institución que, al permitir el paso del antiguo conocimiento hacia siglos posteriores, logró en Europa que éste renaciera: el monasterio. Pero nada habría podido hacer el monasterio, salvo rezar, sin dos invenciones: la escritura fonética y el papel. La escritura fonética permitió que no fueran olvidadas las palabras griegas y latinas con sus sonidos propios; el papel, que cualquiera, poseyendo el secreto de los 26 signos, pudiera recuperar la música de la poesía y el drama, el conocimiento de la filosofía, la geometría y la física.
Feliz siglo XXI
Ya hemos comenzado a olvidar. Nadie recuerda que la era cristiana fue creación de un monje, Dionisio el Exiguo, quien trató de establecer el año del nacimiento de Cristo y erró por, al menos, cuatro años, quizá más. De tal manera que Cristo nació el año 4 antes de Cristo. Si tal afirmación nos suena extraña, tenemos otra solución que consiste en colocar el cero en su nacimiento y el año 1 el día en que cumplió un año. Pero entonces deberemos corregir todas las fechas de estos últimos dos mil años y decir que el próximo 1 de enero comienza el año 2001 y por tanto el siglo XXI y el tercer milenio. Colón llegó a estas tierras en 1496, el "grito" lo dio Hidalgo en 1814 y cada uno de nosotros deberá adelantar en cuatro años su fecha de nacimiento. Lo cual, no se alegre, no servirá para quitarnos edad, pues esos mismos años los añadiremos al desearnos, dentro de dos semanas, un feliz 2001.
Otros dos olvidos
El empleo de la era cristiana para contar los años, no se generalizó en Europa sino por las cercanías del año mil, y en algunas naciones mucho después. El segundo olvido, también referido al nacimiento de Cristo, es la fecha del 25 de diciembre. Ninguno de los evangelios menciona la fecha de la natividad, ni siquiera si hacía frío. En cambio, sí hablan los evangelios de pastores acampando a la intemperie con sus ovejas, lo cual sugiere que era cualquier estación, excepto invierno. Celebrar la navidad el 25 de diciembre fue una decisión tomada por la Iglesia primitiva para encubrir la fiesta pagana del solsticio de invierno y, por exactamente esa razón, contó con la oposición de padres de la Iglesia y actuales santos, que vieron herejía en igualar el nacimiento de Cristo con el nacimiento del dios sol, celebrado por los pueblos paganos. También se nos olvidó ya a los mexicanos la manera en que creamos a la virgen de Guadalupe, lentamente, añadiendo pinceladas a la imagen y al mito siglo a siglo.
Y el arte
Si peligrosamente debilitamos la política, negamos la ciencia y rechazamos la civilidad del diálogo, también "hemos destruido la respuesta natural, placentera, al arte." En ese campo, ahora tenemos un mercado de cínicos donde la carrera artística se planea con mercadotecnia: "jamás tardes más de dos años en publicar un nuevo libro: la gente te olvida"; "cada ecuación elimina un diez por ciento de lectores en la divulgación de ciencia". Poco importa si en dos años no tenemos nada que nos guste al menos a nosotros mismos. Ni si la ecuación es indispensable para comprender el texto. El objetivo es estar en las librerías como una disciplina. Tenemos a quien todo lo pinta de azul o de negro. Por tanto ya no será exitoso el pintor que todo lo pinte de rojo o de amarillo. Habrá que buscar otra novedad que se venda. Debe saber uno, en primer término, en dónde está el dinero, y luego tener el descaro sólido, desenvuelto, al que jamás le gana la risa, para solicitar una beca...
Nuestro turno
El civismo, la ciencia y la política son los tres pilares de la conducción racional de la sociedad y de la vida. Esto es, las normas de comportamiento, las reglas para pensar y las leyes que a todos obligan. Contra los tres pilares existe una rebelión mundial. Los argumentos, las razones, los acuerdos, los pactos: todo se estrella contra la verdad predicada, la simple obstinación, la bandera ideológica y el irracionalismo. El jueves 12, con este artículo ya escrito, recibí el reciente libro de Carl Sagan The Demon-Haunted World, algo así como El mundo espantado por el demonio. Mientras pagaba con tarjeta, y por tanto la fecha es comprobable, lo abrí y en la solapa la primera frase decía, en traducción libre: "¿Estamos al borde de una nueva Edad Oscura de irracionalidad y superstición?" Añadí esa frase, que repito hace años, a estos párrafos eliminados la semana pasada por falta de espacio.
¿Olvidaremos también todo?
Ahora se predica la democracia directa, posible únicamente en los clanes dispersos. Médicos e ingenieros piden puntajes extra por su origen social desafortunado o la lejanía de sus hogares. La arquitectura vertical es fálica y por tanto machista, los exámenes son expresiones del poder (y el poder es patriarcal), el cálculo de la resistencia de estructuras deriva de la física, que es blanca y occidental, nos dicen. Quizá pensemos un día, ante las ruinas de nuestros rascacielos de acero, que ya no sabremos construir, que los levantaron cíclopes, como afirmó Pausanias ante las ruinas de Micenas.
0 animados a opinar:
Publicar un comentario