Cometas
columna: «la ciencia en la calle»
Hayakutake
Aunque una publicación popular en inglés habla de un cometa Hyakutake, el órgano oficial de la American Association for the Advancement of Science lo deletrea con una a más: Hayakutake. Ignorante de la transliteración correcta del japonés a las letras latinas, esta sección seguirá la de Science. Estaba pues el 31 de enero Yuji Hayakutake, astrónomo aficionado, mirando al cielo con unos binoculares, cuando descubrió un cometa. La publicación menos confiable y más popular dice que fue el 30. Parece simple ver un cometa cruzando el firmamento, pero no lo es nada. Una estrella fugaz es de inmediato detectable como tal por cualquier persona. Pero un cometa lejano, cuando apenas es un punto luminoso semejante a una estrella, confunde a cualquiera, ya que su movimiento no es evidente sino a lo largo de horas, cuando se tiene suerte, o de varias noches. Sólo consigue sospechar quien sepa que, en el mar de estrellas, ese débil punto no debería estar allí. Para que la observación lleve a suponer que se trata de un cometa, es indispensable que el astrónomo, aficionado o no, conozca la región observada en sus menores detalles. Después, una vez detectada la estrella intrusa, hay que rastrearlo noche a noche: si crece sin cambiar se sitio, estamos ante una nova, una explosión estelar. Si no varía mucho su brillo, pero sí su posición, se trata de un cometa. Yuji Hayakutake encontró así el cometa que por eso lleva su nombre.
Cómo encontrarlo
Una vez que se sabe dónde buscar es muy fácil verlo. Hoy, primero de abril, el cometa Hayakutake estará en Perseo. Eso no nos dice mucho, así que va enseguida una receta sencilla. Busque Polaris, la estrella polar. Se encuentra con facilidad, hasta en el cielo brumoso y sobreiluminado de la ciudad de México buscando primero la Osa Mayor, que es un gran cuadrado con una cola de tres estrellas visible toda la noche y todo el año cuando se mira al norte. Localizada la Osa Mayor, mire usted las dos estrellas más brillantes de la constelación, que son también las más alejadas de la cola. Se las conoce como los pointers, igual que a los perros que señalan la presa de cacería, porque apuntan a la polar: basta con trazar una línea imaginaria que una a las dos estrellas y prolongar esa línea unas seis veces la separación que hay entre los dos pointers y encontramos a Polaris. Ahora bien, el Hayakutake cambia velozmente de posición de una noche a otra, pero el primero de abril podrá encontrarlo si traza otra línea imaginaria, esta vez desde Polaris hacia el poniente. ¿Y qué tan larga? Unas tres veces la anterior, o sea el triple de la distancia que hay desde los pointers a la polar, pero ahora hacia el horizonte poniente, sobre la constelación de Perseo, que se encuentra muy cercana a Casiopea, una como W de cinco estrellas.
Cómo se ve
Para encontrar el cometa es muy importe saber el aspecto que tendrá. No espere ver un objeto estelar asombroso con una larga cabellera. A simple vista es apenas como si viera la estrella polar a través de un vidrio opaco, de esos para baños, lo cual hace más que un punto, una mancha luminosa. Puede uno confundirse con alguna nubecita, pero enseguida sale de dudas porque éstas se mueven y desvanecen. La otra nubecita luminosa permanece en el mismo sitio aparente entre las estrellas toda la noche, cambiando únicamente con la rotación. Si así ocurre, ya localizó al Hayakutake. Suerte.
Sorpresa
El descubrimiento del cometa Hayakutake fue tan tardío, esto es, estando ya muy cercano a nuestro planeta y al momento en que se volvería visible a simple vista, que cogió por sorpresa a todas las publicaciones especializadas, que no lo mencionan siquiera. Por ejemplo, nada menos que The Planetary Report, dedica la portada y el artículo central de su número de enero-febrero al cometa Hale-Bopp, descubierto por los también aficionados Alan Hale y Thomas Bopp el 22 de julio de 1995, y que no será visible sino dentro de un año, aunque, por lo que hasta ahora se ha observado, será un gran espectáculo, pues si bien todavía está a más de seis veces la distancia que hay entre el Sol y la Tierra, esto es, más alejado que Júpiter, ya presenta una brillante cabellera.
CO para una hermosa cabellera
Esta temprana actividad de un cometa que aún se encuentra demasiado alejado del Sol como para iniciar la formación de una cauda, ya que éstas se deben al calentamiento del cometa, hace suponer que será el año próximo, en abril también, realmente muy espectacular. Con el telescopio espacial Hubble se ha descubierto el motivo de esa temprana formación de la cabellera, cauda o cola: el cometa Hale-Bopp contiene monóxido de carbono (CO), que es mucho más volátil que el hielo formado de agua. El monóxido de carbono está arrancando partículas de hielo de agua que siguen en estado sólido en la cauda debido al gran alejamiento del cometa respecto del Sol, pero que contribuyen a que desde ahora sea un bello espectáculo.
¿De dónde son los cometas?
Doce veces más lejos que Plutón, el último de los planetas, se encuentra un anillo plano formado por material sobrante en la formación del sistema solar. Es el anillo Kuiper, donde se encuentran unos 200 millones de núcleos cometarios. De allí vienen los cometas de período corto, como el Halley, que vuelve cada 76 años. Pero los que tardan miles de años en regresar se desprenden de la nube Oort, una esfera de polvo, hielo y piedras que envuelve al sistema solar y cuyo radio es dos mil veces mayor que la distancia entre el Sol y Plutón. De allí llegó aquel cometa Kohoutek, el gran fracaso de 1974, que no volverá en un millón de años.
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