Paguemos por no hacer nada
columna: «la calle»
Todos los grandes temas del presidente Fox están congelados: reforma fiscal profunda y simplificadora, reforma a la Ley Federal del Trabajo, apertura del sector eléctrico y petroquímico a capitales imprescindibles para evitar un colapso: todo lo sacrificó por una paz definitiva en Chiapas y tampoco eso ha llegado ni se vislumbra solución alguna cuando la guerrilla instala retenes y cobra impuestos de guerra. Ninguno dependía sólo de él, es cierto, pero además ha gastado la pólvora de su popularidad en los infiernitos más variados, entre ellos el primero y más desgastante: su apoyo a la marcha de los neozapatistas que le respondieron con una trompetilla.
Pero un asunto que sí está por completo en manos del gabinete presidencial y fue tema de la mayor importancia durante la campaña, la desregulación administrativa, no ha sido siquiera tocado. El pasado 2 de octubre hubo un titular en el diario Reforma que lo dice todo: "Impide la burocracia generación de empleos". Según la nota, México ocupa el lugar 85, en orden descendente, en cuanto a facilidades para iniciar un negocio. Un recuadro señala que los trámites de apertura son siete y llevan 51 días, mientras en Canadá, nuestro socio comercial, se realizan en dos días, en Uganda toman 36 días y en Guatemala, 37, menos tiempo del que se pierde en México.
Datos optimistas
Pero lo peor de todo es que los datos de Reforma son optimistas y la situación es mucho más grave. Veamos un caso. La Secretaría de Hacienda ideó que todas y cada una de las botellas de vino o licor producidas en México o importadas deben llevar un marbete, una pequeño holograma, que permita hacer el recuento del producto vendido a la hora de pagar impuestos. Pensaría cualquier persona que vender esos hologramas está en el interés de Hacienda y que por lo mismo basta con llegar a una oficina, como se iba al correo, cuando aún existía, a comprar estampillas postales. Hacía uno cola, pedía sus estampillas, pagaba y salía de Correos. Pero sólo un ingenuo supone que se llega a la ventanilla de Hacienda, se hace cola, se paga y le entregan el número de marbetes solicitados de acuerdo a la factura. No, no, no, no, no, si así fuera entonces qué chiste. Así que debe uno llevar: 1) Las últimas tres declaraciones anuales en original, 2) fotocopias de esas declaraciones, 3) todas las declaraciones, desde 2002 ya mensuales, correspondientes a los meses transcurridos, 4) fotocopias de esa declaraciones, 5) lista de todos los clientes a quienes haya vendido alguna vez una botella, incluyendo domicilio fiscal, CURP y registro federal de causantes, 6) estados financieros de la empresa, 7) todos los pedimentos originales (hojas de salida de la aduana) correspondientes a lotes anteriores y al presente, 8) copias de los pedimentos, 9) factura original de los productos, 10) copia de la factura, 11) original de la carta–cupo de la bodega donde está depositado el producto manifestando, "bajo protesta de decir verdad", la fecha en la que ingresó la mercancía para su custodia en espera de los marbetes, 12) dos copias de la carta–cupo, 13) original de la credencial de elector, 14) copia de la credencial, 15) por supuesto, llenado de una solicitud con tres decenas de datos.
Y creo que se me olvidan dos o tres más requisitos. Luego se pagan, no 21 centavos ni 22, sino una fracción que está en medio de estas cantidades y va hasta la diezmilésima de centavo, algo así como $0.2147... de centavo de peso. ¿Y ya? ¿Pero qué se ha creído usted? Ahora vuelva dentro de quince días a ver si ya le tenemos respuesta... recuerde: quince días há–bi–les.
Propuesta de solución
Está bien: los diputados del PRI y del PRD hicieron todo cuanto pudieron para que se hundiera la reforma fiscal, Marcos no es amigocho, la reforma eléctrica hace agua por culpa de la oposición, la reforma del Estado ya ni quién la recuerde, Castro graba conversaciones y tampoco es amigocho, no habrá nuevo aeropuerto internacional porque los eternos manifestantes de todas las manifestaciones se manifestaron en contra hasta de los propietarios de tierras que estuvieron a favor de venderlas; no habrá Plan Puebla Panamá, que nadie sabe qué es, porque los indios de Honduras y los ejidatarios de Atenco, que tampoco saben qué es, piden mejores condiciones de vida, pero están contra un plan que, dice el gobierno, prevé inversiones multimillonarias en puertos, carreteras y empresas... Sí: todo eso está fuera del control gubernamental, pero, la venta de timbres para pegarlos a las botellas, ¿debe llevar 15 documentos en original y copia? ¿También eso es culpa de la oposición? Lo cierto es que no hay el menor indicio de una modernización en los trámites. En el mismo diario dice Steve Hanke, profesor de Economía de la Universidad Johns Hopkins: "Está todo tan desordenado (en la burocracia mexicana), que va a llevar un muy largo tiempo el poner en orden la casa mexicana."
Por otra parte, es falso que la burocracia impida la generación de empleos, más bien los produce: para leer y cotejar ese altero de papeles se necesitan varios empleados en varias oficinas, todos ellos con Seguro Social, prestaciones y la mirada puesta ya en su próxima y jubilosa jubilación. Los burócratas se reproducen como cuyos y, como en tiempos de la nobleza, han vueltos hereditarios sus puestos, pues el sindicato vela porque pasen de pariente a pariente.
No es posible despedirlos en masa porque tendríamos una huelga inmediata en las oficinas federales. Tampoco es buena idea porque se pasarían a las huestes de Padierna y Bejarano como vendedores ambulantes que se surten del contrabando o, peor aún, incrementarían las bandas de asaltantes. Pero quienes pagamos sus salarios creo que estaríamos dispuestos a seguirlos manteniendo en todavía mejores condiciones laborales: que no hicieran nada, nada, absolutamente nada. Que algunos se turnaran para vender las estampillas mientras los demás vieran telenovelas, con la condición de que no estorbaran a quienes generamos empleos productivos y se limitaran a entregar lo solicitado y cobrar el precio. ¿Eso también está fuera del alcance de Fox, el empresario?
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