La creación de Dios

publicado el 10 de agosto de 2014 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

La primera referencia a un Dios único no está en la Biblia, ya sea en sus libros en hebreo o en los cristianos en griego; tampoco en el Corán árabe, últimas noticias enviadas por Dios a la Humanidad, sino en los muros y obeliscos de Amarna, la capital de Egipto creada por el faraón Amenofis IV  (1353-1335 a. C.), un adolescente que tomaría el nombre Akenatón para honrar al Dios único, Atón, e imponerlo a todo Egipto.

Más de un  milenio antes de Cristo, Akenatón literalmente echó a los sacerdotes fuera de los templos. Atón, por voz de su profeta, el faraón adolescente, era el único dios y tenía la característica de no poder representarse pues no tenía forma. Era Acto Puro mil años antes de que Aristóteles acuñara la expresión, misma que entusiasmaría, otros mil años después, a Tomás de Aquino: Primer Motor, Motor Inmóvil.

Que el islam toma a su dios de Aristóteles lo señaló Manuel Llanes en Facebook: buena aportación al tratar el asunto palestino y los mártires del islam a quienes no importa poner bombas en torno a sus cuerpos con tal de vencer al Mal.

El cristianismo se llenó de imágenes y, al menos para la segunda persona de la Trinidad, son plenamente humanas: Jesús. En el Imperio Bizantino (Romano de Oriente), hubo guerras contra la admisión de representaciones humanas: los iconoclastas (el que rompe iconos). El judaísmo siguió fiel a la no representación de Dios, pero admitió un alto grado de laicismo. Más aún: es el único monoteísmo que no predica la Verdad ni envía misioneros a salvar pecadores.

Pero el islam, a quien debemos la traducción de Aristóteles y su conocimiento en la Edad Media, unió el Acto Puro aristotélico, no representable, y la prédica cristiana de la única religión verdadera y único pase a la Gloria eterna.

Si vamos a la Metafísica de Aristóteles encontramos que hay un Primer Motor, a su vez inmóvil y no material (libro XII, capítulos 6 a 9). Pero es mil años posterior al dios no representable de Akenatón, quizá coetáneo del autor del Génesis.

Como los ritos exigían una representación, Akenatón admitió que se empleara el disco solar, pero con la restricción de que no era Ra, dios solar, sino el invisible, el innombrable, la Nada en acción de crear y sostener la existencia de la creación, como señala Mortimer Adler en los Great Ideas Today, Britannica: el cosmos puede, en cada instante, asumir la forma “no existir”, luego debemos proponer “una causa que lo exnihila, lo saca de la nada, y lo preserva de volver a la nada”.

Con Israel y dos primeros libros, el Génesis y el Éxodo, aparece el Dios de las tres religiones monoteístas en Occidente. El origen del dios de Akenatón se pierde en los milenios. “Hondo es el pozo del pasado, o sería mejor decir que es insondable”, comienza Thomas Mann su maravilloso cuarteto de novelas José y sus hermanos. Narran otro intento por arrebatar el poder a los sacerdotes egipcios: implantar el monopolio del trigo porque luego de siete vacas gordas (abundancia de cosechas) vendrían siete vacas flacas (escasez y hambre). Es el sueño del faraón que José interpreta y por lo que llega a primer ministro, encargado de forzar el monopolio del trigo.

El faraón adolescente fue, también, el primero en imponer al arte egipcio el realismo. Antes y después de él los faraones son enormes e imponentes ejemplares humanos. Akenatón se hizo pintar y esculpir en relieves que lo muestran feo: un muchacho flaco, medio jorobado, de barriguita blanda, cara muy larga y ojos demasiado juntos, rasgados, cráneo ovoide y un aspecto general enfermizo.

Los intentos por destruir su memoria, a su prematura y quizá deliberada muerte, dejaron rastros imborrables: muros en donde los bajo-relieves, con los que los egipcios escribían su historia para la eternidad, están destruidos a cincel y martillo; no el texto completo, sino los cartuchos que, sabemos desde Champollion y la piedra de Rosetta, con su marco indican que el nombre es de un personaje importante. Todavía ponemos un óvalo al leer un libro y querer destacar un dato. Lo mismo hacían los egipcios, pero en granito.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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