La buscan hace ochenta años los físicos. Una primera nueva física nació en 1900 con el postulado de Planck acerca de la energía: que no es continua, como un chorro de agua, sino discreta, en paquetes minúsculos, como un chorro de canicas indivisibles. A esa mínima energía, irreductible, la llamó quantum, tomando el latín para "cuanto". Surgió así la nueva física, la basada en el quantum, la cuántica, remachada por Einstein en 1905 y por Heisenberg en 1927. La generación posterior perfeccionó el llamado Modelo Estándar: la más perfecta explicación de la materia y la energía.

Al mismo tiempo, Einstein había desarrollado su teoría de la gravitación como una curvatura del espacio. Ambos modelos, cuántica y relatividad, son perfectos... pero incompatibles.

"El Modelo Estándar, que nos ha dado la más competa explicación hasta ahora del universo, tiene grietas, y es incapaz de explicarnos fenómenos como la materia oscura o la interacción gravitatoria entre partículas. Los físicos, por lo mismo, están buscando una teoría más fundamental, a la que llaman ‘Nueva Física’ (más nueva), pero hasta el momento no ha habido prueba directa de su existencia, sólo observaciones indirectas de materia oscura, como se deduce, entre otras cosas, del movimiento de las galaxias", plantea un equipo de la Universidad Autónoma de Barcelona, UAB, España (todavía...), y del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) de la Universidad de París.

La materia oscura se deduce del hecho, observable, de que las galaxias rotan a una velocidad que debería hacerlas pedazos si tuvieran sólo la materia observada. Como allí están, entre otras la nuestra, la Vía Láctea, su contenido en materia y por ende la atracción gravitatoria en ellas es mayor. Se le ha llamado materia oscura a ese pegamento gravitatorio extra.

En cuanto a las partículas subatómicas: no permiten que se les apliquen las leyes de la gravitación. Planetas y estrellas se rigen con exactitud por la gravitación. También las piedras que caen, la hoja de un árbol... pero no un electrón. En cuanto se le trata como a un Júpiter minúsculo responde incoherencias y sinsentidos: las ecuaciones exactas de la cuántica dan resultados aberrantes al incluir la gravitación.

Desde 1930 eso tiene perplejos a los físicos y a encontrarle solución dedicó Einstein sus últimos años. No lo consiguió y rompió con la cuántica porque predecía "spooky actions at a distance". Desde 1983 sabemos que esas acciones fantasmagóricas ocurren: la teoría está bien, la realidad no es como plantean Aristóteles, Newton, Einstein y el sentido común. La "loca de la casa" resultó ser la realidad.

El 19 de julio pasado, en la conferencia internacional 2013 sobre partículas, celebrada en Estocolmo, Suecia, el equipo presentó los resultados de experimentos llevados a cabo en el LHC (gran colisionador de hadrones). Las medidas de una cierta partícula, llamada mesón B, y de cómo se deshace y transforma en otras, mostraron desviaciones de los cálculos previos hechos por la UAB y el CNRS.

¿Se equivocaron los dos equipos al calcular? Es lo aconsejado por la navaja de Occam: lo más sencillo. Pero múltiples revisiones llevan a plantear que "todas las desviaciones muestran un patrón coherente y eso permite identificar su origen en una fuente única".

Todo indica que el equipo binacional ha dado con una prueba científica de un mundo subyacente al Modelo Estándar de la cuántica, con sus electrones, fotones y el recién comprobado, también con el LHC, bosón de Higgs: debajo hay una fuente única.

"Debemos ser prudentes porque serán necesarios más estudios y más mediciones experimentales para la confirmación", explica Joaquim Matias, "pero si la confirmamos será la primera prueba directa de la Nueva Física, una teoría más general que el vigente Modelo Estándar". Y añade: "Si el Higgs completó el rompecabezas del Modelo Estándar, estos hallazgos podrían ser la primera pieza de un rompecabezas aún mayor".

la talacha fue realizada por: eltemibledani