El primer pecado: la soberbia

publicado el 04 de febrero de 2013 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

No es difícil de entender, pero exige deseo de entender: los gastos de un partido se distribuyen entre sus candidatos: Presidente, gobernadores, senadores, diputados. Esto es, los 100 millones de pesos que se dieron a conocer como cifra con la que el PRI rebasaba sus topes de campaña se atribuían a la campaña de Peña Nieto. Y los demás candidatos... ¿no gastaron un centavo en sus campañas? El IFE va por el país contando, por ejemplo, espectaculares entre tinacos y tendederos; abusa de sufridos empleados que deben oír todos los espots de todos los partidos en todas las estaciones y contarles los segundos, hacer otro tanto en tele.

Pero los partidos que presentaron candidatos a todos los distritos electorales, tuvieron 300 candidatos a diputados y 62 a senadores en campaña. El gasto de esos 362 candidatos debe prorratearse, distribuirse, entre todos. Son otras 362 campañas que no se habían considerado en los 100 millones con que rebasaba su tope la campaña del PRI. Un espectacular que lleva la cara de Peña Nieto y la de la senadora Ramírez se asigna como el partido declare, a Peña o a la senadora. Para eso es urgente saber sumar o no equivocarse con las teclas de la sumadora. Luego el IFE revisa y acepta o rechaza los números del partido al cotejar con los suyos propios.

Un partido puede incurrir en tonterías al distribuir sus gastos de campaña. Los abogados tienen una expresión para la ayuda que la autoridad presta al acusado tonto que comete un obvio error. Y el IFE se sorprendió de tal forma con las evidentes faltas en el reporte de gastos del PRD que les está supliendo la ignorancia.

Parece que nada más el PRI supo llenar sus formularios y distribuir sus gastos conforme a lo que permite el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. Como en la declaración anual ante Hacienda, un buen contador aplica todas las deducciones que benefician al declarante. Uno chambón, lo hunde. El PAN gastó 116 millones menos de su tope en la campaña de Josefina, que siempre se quejó de abandono por su partido y pocos le creímos. Ahora está demostrado: Madero et alii la dejaron chiflando en la loma. Hubo franca deslealtad, como el inicio de campaña ante un estadio que se iba vaciando minutos antes de que la candidata tomara el micrófono.

En cuanto a la coalición que llevó de candidato a López Obrador, entregó al IFE un total de gastos por 286 millones y pico de pesos, en los que no iban incluidos los gastos realizados por el Partido del Trabajo y el Movimiento Ciudadano, miembros de la coalición Movimiento Progresista. Dejemos lo naftalino del nombrecito, sino que suman otros 84 millones y pico. Además, según datos de MILENIO no desmentidos por el IFE ni por los partidos obradoristas, "la Unidad de Fiscalización detectó un gasto por 28 millones [...] que no fueron reportados".

Luego viene el esquema de prorrateo por el que la coalición de López debió distribuir sus gastos conforme al reglamento de fiscalización y se hizo bolas. Total, que "la Unidad de Fiscalización concluyó que la coalición Movimiento Progresista hizo un gasto real de 398 millones 878 mil 726 pesos". De esa forma, rebasó en más de 62 millones "el tope establecido en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, lo que deriva en sanciones equivalentes para PRD, PT y Movimiento Ciudadano".

Pero no fue todo, los honestos y valientes recibieron "34.4 millones de pesos de aportantes impedidos por la ley electoral". Y sigue: "Sin olvidar que la autoridad electoral identificó 12.7 millones de pesos en gastos sin objeto partidista (¿?) y 28.1 millones de pesos en gastos no reportados".

Honestos no son, sin duda, y más que valientes, atrevidos y fanfarrones que echaron el gato a retozar: Un primer oficio les señaló 202 irregularidades, "de las que únicamente subsanaron 53; en tanto que en un segundo oficio se les realizaron 84 nuevas observaciones". Y, claro, el grito en el cielo: ¡Quieren desprestigiarme! Pero el asunto es de números, y no escasos, 62 millones que rebasaron el tope, y peor, 34 millones de "aportantes impedidos por la ley electoral" y 12.7 que, sin el eufemismo empleado por el IFE, fueron robados a la campaña.

¿Cómo fue atrapado en esa ruindad el Único Honesto? ¿El Rayito de Esperanza para el pueblo bueno? Por su infinita soberbia: "...Y mi palabra es la ley", es el lema josealfrediano de su Presidencia Legítima.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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