Juárez, el panista

publicado el 24 de agosto de 2009 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

El PAN ha sido la gran decepción del cambio: nomás no logra entender en dónde tiene a sus enemigos mortales, que es en el PRD, heredero del más viejo PRI, refugio del priismo hostil a las reformas empezadas por De la Madrid, seguidas por Salinas y profundizadas en el primer trienio de Zedillo. Fox hizo del PRI el objeto favorito de sus chascarrillos; pero, al fin apolítico e ignorante, combinación funesta, no supo desmontar la maquinaria que da vida al PRI y son las corporaciones: sindicatos, organizaciones, grupos de poder y monopolios que conforman la columna vertebral corporativa, dinosáurica y decrépita, pero no agotada del PRI, y rescatar el espíritu de Castillo Peraza y sus criticadas alianzas con el PRI renovador.

Fox atacó a Juárez con el berrinche infantil de retirar un óleo de la oficina presidencial sin ver, por ignorancia de la más elemental historia de México, que es Juárez la figura que mejor representa los planteamientos actuales del PAN y del PRI reformadores: es el hombre que implantó el liberalismo económico, el que trajo un aire de modernidad a un país regido por leyes y costumbres medievales. "1. Libertad civil y de conciencia... 7. Ley Agraria que arregle la propiedad territorial y dé por resultado la cómoda división y adquisición de ésta", son dos puntos del Plan de Ayutla que todavía el PRI-PRD y los usos y costumbres indígenas discuten; pero desde 1850 plantearon Juárez y su generación: la tierra sí se vende, estúpidos. Lo dice el Benemérito que el PAN no ha sabido siquiera citar, ya no digamos seguir.

No es el PRI ni su filial el PRD, con su nacionalismo rancio y cerrazón al mundo que tan bien representó el obtuso cura Morelos, sino el PAN —sin yunques— quien posee hoy, con el PRI renovador, las banderas de la generación de la Reforma, las de Juárez, Gómez Farías, José María Luis Mora cuyas ideas ganaron una guerra civil para liberar las fuerzas productivas constreñidas, entonces, por la Iglesia católica y normas medievales. Ahora el equivalente de aquellos conservadores lo vemos en el corporativismo del PRI y las necedades del PRD. Los enemigos de la Reforma liberal, la reforma por la que nos rebasaron España, Chile y Corea, son el PRD y los sindicatos priistas que sostienen a líderes ladrones, venden y rentan plazas de "educadores" que reprueban todo examen; es la ideología conservadora que prefiere quedarse sin petróleo antes que abrirse a la exploración y la explotación como se han abierto Venezuela, Cuba y China.

El lugar de los obispos católicos que enfrentaron la Reforma hoy lo ocupan grupos clientelares del PRI-PRD que abastecen carne de mitin a cambio de diputaciones entregadas a quienes no saben legislar y van a que les tiren línea. Son éstos los representantes actuales del Estado español, fallido, ante la pujanza capitalista de Inglaterra, por el fracaso de las reformas borbonas.

La llegada de un joven panista a la Presidencia pareció ser el retorno al PAN informado que distingue a sus aliados y no pierde tiempo con sus enemigos. Pero Felipe Calderón tampoco dio la medida como el estadista que México espera. Ha querido congraciarse con las inconquistables páginas de La Jornada, tarea imposible y además inútil. De ahí que acordara la contrarreforma del IFE, la decapitación de los que resistieron el vendaval que buscaba imponer un presidente interino, aplaudiera la no reforma fiscal, la no reforma en petróleo y energía, y se conforme con lo que aparezca.

Ni el grandote ni el chaparrito han sabido colarse, con política audaz, por entre los obstáculos que los nuevos conservadores levantan, ni evadir las zancadillas de quienes sólo desean demostrar que tienen la exclusiva en saber conducir al país y los demás son novatos.

El crecimiento del narcotráfico era ya intolerable. Pero son el secuestro, el asalto y la inseguridad lo que todas las encuestas señalan como fuente primordial de alarma. Es la prepotencia y la corrupción de la policía, no el vendedor de droga, lo que humilla al ciudadano, la deslealtad de quienes deberían custodiarnos lo que nos aterra. Añadamos leyes que hostigan la propiedad y ¿usted invertiría aquí?

La población también tiene lo suyo: mal informada por el gobierno y desinformada por interesados, se opone a todo: en Guadalajara Macrobús no, Villa Panamericana tampoco, ni aceras nuevas ni puente sobre un crucero congestionado. Y cuando así paraliza al gobierno, vienen los gritos: "¡No hacen nada!".

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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