Nostalgia mata soledad

publicado el 16 de noviembre de 2008 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

Con el título de aquella canción interpretada por Mary Hopkin, que llenó las mañanas carcelarias durante los primeros meses en Lecumberri, Those were the days, encabeza Psychological Science su estudio acerca de la nostalgia que nos invade a todos conforme los días se vuelven más cortos y más fríos, el año termina, la Navidad trae recuerdos de infancia. Más gente se suicida. Equipos de las universidades Sun Yat-Sen y Southampton exploran la relación entre soledad y nostalgia.

El artículo me conmovió especialmente porque el título provisional para mi relato sobre el 68 fue el de esa canción, como digo en el nuevo: Otros días, otros años. Los resultados mostraron a los investigadores chinos e ingleses que la nostalgia amplifica la percepción de apoyo social y éste combate el sentimiento de soledad. "Las personas más animadas era más probable que emplearan nostalgia para sobreponerse a sentimientos de soledad".

Lo dice la canción: "Aquellos fueron los días, mi amigo, en que cantamos y bailamos pensando que no terminarían...". Hay un plural, un "nosotros" que incrementa la nostalgia, pero abate la soledad. Los resultados de esos estudios tienen muy importantes implicaciones en psicología clínica e indican que la nostalgia puede ser empleada en terapia cognitiva como mecanismo de apoyo al que recurra quien confronte exclusión social. "Las personas pueden ser entrenadas para beneficiarse de la función restauradora de la nostalgia cuando les falte apoyo social o perciban que les falta". Contacto: Barbara Isanski.

Masculino y femenino son datos objetivos

La corrección política, esa odiosa manía contemporánea que nos hace hablar con eufemismos, acostumbra entrecomillar "masculino" y "femenino" para indicarnos que son valores puramente arbitrarios. Bien: es un disparate inmenso, como cualquier persona con dos dedos de frente les podría explicar a nuestros científicos sociales. Según estudios que publica el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana. lo masculino y lo femenino existen, son detectables, y el ciclo menstrual de la mujer es particularmente sensible a la masculinidad sin comillas de los rostros.

Por supuesto, no siempre un rostro masculino pertenece a un hombre: ahí tenemos a la corredora Ana Guevara y su gloriosa nuez o manzana de Adán que le sube y baja al hablar o la bella quijada en ángulo recto de Lorena Ochoa. Y hay estilos nacionales: es más fácil hacer pasar por mujer a un vietnamita que a un iraquí, quien no lo logra jamás. Por eso hay países de hombres guapos con mujeres feas y otros de bellas mujeres con hombres ni fu ni fa. Otros, Italia, Yugoslavia, donde cualquier orientación sexual se tambalea.

"Los científicos saben hace tiempo que las preferencias de las mujeres por hombres masculinos cambian a lo largo de sus ciclos menstruales", señala el estudio, "primero en demostrar diferencias en la actividad cerebral cuando mujeres consideraron rostros masculinizados y feminizados de varones que podrían ser potenciales compañeros sexuales".

Durante la fase folicular, cuando la ovulación está más próxima, hubo regiones cerebrales que respondieron con más intensidad a rostros masculinos (y por favor: todos sabemos lo que es un rostro masculino). El estudio, publicado en línea en el journal Evolution and Human Behavior, demuestra la relación entre niveles hormonales de la mujer y respuestas de su cerebro ante rostros masculinizados versus rostros feminizados de varones.

Un área del cerebro que mostró activación diferenciada fue la corteza anterior del cíngulo, "región involucrada en la toma de decisiones y evaluación de riesgos y premios potenciales". Uno de los aspectos más interesantes fue que la actividad cerebral a los rostros masculinizados de varón indicaba tanto mayor riesgo como mayor recompensa para las mujeres. En el habla gay cotidiana, un enorme elogio es decir de alguien que "tiene cara de mata putos". Se dice con eso que su atractivo es enorme: peligro y seducción.

Los rostros masculinizados indican altos niveles de testosterona, pero éstos se pagan con mayor riesgo porque esa hormona compromete el sistema inmune. Así que sólo un varón con alta calidad genética puede permitirse ese riesgo. Es como la cola del pavo real: demuestra a la hembra que con todo y ese estorbo escapa de los lobos. Es una forma de ostentación y fatuidad típica de los machos en una inmensidad de especies: el que no se pavonea, grita, baila, canta, infla el buche, hace ruidos… Vean en NatGeo las cosas tan raras que hacen los machos para llamar la atención: están diciendo "no me importa atraer predadores hacia mí".

Pero también son hombres que, luego de dar buenos genes, tienden a abandonar las crías. Así que en otros puntos del ciclo menstrual, las mujeres prefieren rostros de hombres más feminizados porque predicen conducta más hogareña y atención a la familia. Contacto: Heather Rupp.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

0 animados a opinar:

 

 

ÍNDICE DEL BLOG

milenio diario

la crónica de hoy

la jornada

revistas

misceláneo

 

etiquetas:


pasaron por aquí


la plantilla de este blog es el "pizarrin" donde, durante sus ratos de ocio, eltemibledani hace sus pininos modificando el xhtml fuente.

páginas vistas

desquehacerados