El universo recibió a Clarke con pirotecnia

publicado el 23 de marzo de 2008 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

Este miércoles 19 de marzo nos alcanzó una erupción de rayos gama tan lejana que, cuando se originó, nuestro planeta, la Tierra, aún no existía, y el Sol estaba en formación rodeado por un disco de polvo y gases que se condensaría en planetas y satélites. La luz de esa erupción de rayos gama tardó en llegar a nosotros siete mil 500 millones de años; y fue tan poderosa que resultó visible a simple vista por medio minuto. Es el más inconcebible resplandor, pues cubrió la mitad del universo para llegar a la Tierra.

Impredecibles como son estos fenómenos estelares, es posible que nadie haya estado mirando al cielo en ese punto exacto en romántica contemplación de las estrellas, pero sí el satélite Swift de la NASA. "Todavía no sabemos si alguna persona estaba viendo al momento en que el resplandor alcanzó su pico. Pero si acaso alguien estuvo mirando al lugar correcto en el momento correcto, pudo ver el más distante objeto jamás visto por ojos humanos sin ayuda óptica", dice Stephen Holland, del equipo Swift en el Goddard Space Flight Center de la NASA.

Para darnos una idea de lo que pudimos ver, pensemos que al contemplar el cielo en una noche oscura y sin luna, el objeto más lejano que podemos descubrir a ojo desnudo es la galaxia espiral M33, cuya luz nos llega en apenas tres millones de años. En un modelo a escala, donde M33 estuviera a tres metros de la Tierra, la explosión del 19 de marzo habría ocurrido a siete kilómetros y medio.

Los rayos gama son parte del espectro de la luz. Recordemos que sólo podemos ver una estrecha franja de ese espectro, la que va del rojo al violeta. La radiación pasa de menos a más energía: más en el violeta, aún más en el ultravioleta. Los rayos gama tienen mucha mayor energía. "Las erupciones de rayos gama se originan cuando estrellas enormes mueren y explotan. Pero en vez de lanzar su material en todas direcciones (como ocurre con las supernovas), canalizan una increíble cantidad de energía en forma de dos chorros de alta energía. Cuando estos chorros surcan las nubes de gas cercanas, iluminan el gas y generan un resplandor que puede verse desde la Tierra con telescopios".

El resplandor que nos alcanzó este 19 de marzo tuvo suficiente brillo para ser contemplado a simple vista durante unos 30 segundos. Resulta aterrador pensar que, cuando ocurrió esa catástrofe estelar de que acabamos de enterarnos no existía ni siquiera nuestro planeta. Nunca habían visto algo similar los astrónomos, ni siquiera en los brillantes estándares de las erupciones de rayos gama.

Los científicos apenas han comenzado a analizar la erupción de luz y aún no es posible ofrecer una explicación plausible para un fenómeno de esa magnitud. Pudo deberse a una secuencia de hechos todavía por descubrir o, como ya han sugerido algunos, a que los chorros de esa erupción fueron muy estrechos y casualmente dirigidos hacia la Tierra, señala en su nota Robert Naeye, del Goddard Space Flight Center de la NASA.

El satélite Swift detecta normalmente unas dos erupciones de rayos gama semanales. Pero el 19 de marzo fue un día especial. El satélite registró cuatro en ese mismo día, entre ellas la más poderosa jamás vista. Como casualmente Arthur C. Clarke, autor de 2001, Odisea del espacio y decenas de otros maravillosos títulos de ciencia ficción, había muerto un día antes, Judith Racusin, del equipo Swift, bromea al respecto: "Parece que su muerte puso a arder el universo con erupciones de rayos gama". Los fuegos artificiales con que recibió a Clarke.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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